Todos los seres humanos tenemos tiempos de aflicción, momentos donde quisiéramos no estar presentes, sin embargo, hoy te quiero compartir que en la aflicción puede haber bendición.
Déjame te explico a qué me refiero, ya que puedes estar pensando: “Estás loco Mario, en la aflicción no hay bendición, solo hay sufrimiento”, puede ser, pero todo depende de cómo enfoquemos esa aflicción.
Te voy a compartir algo muy personal, una aflicción que mi esposa y yo tuvimos hace unos años, por diferentes motivos perdimos a nuestro bebé cuando estaba en la panza de mi esposa, por una u otra cosa no nació, en el momento cuando estábamos pasando esa aflicción sentíamos que el mundo se nos derrumbaba, que nada, ni nadie podría sacarnos de ese estado de tristeza y desesperación, era tanto el dolor que yo en lo particular no tenía ganas de nada, sentía un dolor en el pecho y un vacío que pensé que nunca se terminaría.
¿Qué fue lo que sucedió después? Mi esposa y yo clamamos a Dios para que nos fortaleciera, sabíamos que nadie más que él podía ayudarnos, al pasar del tiempo de un día a otro, ese dolor desapareció, no te estoy diciendo que ya no nos importaba lo que había sucedido, claro que nos importaba, era nuestro bebé, pero Dios hizo algo en nuestro corazón que ese vacío ya no estaba ahí, ese dolor ya no estaba presente.
Tiempo después Dios nos regaló un hermoso bebé y ahora somos padres de un niño maravilloso que tiene un año, agradecidos con Dios por tan hermoso regalo, todos los días le digo a Dios “Gracias por mi Hijo”, pero ¿qué tiene que ver esto con lo que te estoy comentando de la bendición detrás de la aflicción? Bueno, para nosotros fue algo que impactó nuestra vida y que nos ha hecho valorar mucho cada etapa de nuestro bebé, y aunque hay momentos donde uno se puede desesperar, sabemos que detrás de esa aflicción que tuvimos, vino una bendición maravillosa que tratamos de disfrutar al máximo todos los días.
En algunas ocasiones observo a la gente y veo que no valora lo que tiene, no valora la familia, no valora a sus hijos(as), no valora su trabajo, no valora su salud, y me pregunto: ¿Necesitarán una aflicción? Yo espero que no, yo anhelo que toda esa gente aprenda a valorar las bendiciones que Dios les ha regalado, llámese trabajo, familia, hijos, padres, hermanos, salud, o cualquier otra cosa que no todo mundo tiene.
Y con esto quiero comentarte que no importa la aflicción que puedas estar viviendo, o alguna que ya hayas vivido, nosotros tenemos que decidir seguir adelante con la ayuda de Dios y que él nos pueda mostrar la bendición que viene detrás de esa aflicción, hay aflicciones menos dolorosas que otras, pero a lo largo de nuestra vida habrá momentos de aflicción, y lo que tenemos que preguntarnos es: ¿Qué bendición puedo sacar de esta aflicción?
Vivimos en un mundo lleno de maldad, donde las mentiras, las infidelidades, las tragedias suceden, pero lo que no podemos permitir es buscar las aflicciones, romper los principios, ya que nos traerán consecuencias terribles.
Una cosa es tener una aflicción y otra cosa es buscar una aflicción, seamos sabios y caminemos por las sendas del bien.
*www.mariogarcia.com.mx