El final del verano y las primeras semanas de otoño son fechas muy proclives para la aparición de varios virus, especialmente en los más pequeños y con el inicio del curso escolar, que puede favorecer contagios, así como los cambios de temperatura que condicionan una baja en las defensas de nuestros organismos. Dentro de ellas aparece una que es frecuente pero no es tomada en cuenta que es la mononucleosis infecciosa.

La mononucleosis, conocida popularmente como la "enfermedad del beso", es una enfermedad infecciosa común que se contagia generalmente a través de la saliva, y que puede aparecer a cualquier edad, aunque sea más frecuente en niños y adolescentes.

Los especialistas señalan que cuanto mayor edad ataca más evidente es el cuadro, aunque por lo general la enfermedad tiene un tiempo de incubación (desde que se contagia hasta que se manifiesta) que va de dos a seis semanas -siendo aún más largo este periodo en adolescentes-.

El inicio, aun con todo, es poco específico, y al cursar con malestar, inapetencia o cansancio puede pasar desapercibido en los más pequeños. Además, se trata de un virus que no siempre da fiebre, pero cuando cursa con esta siempre es alta (de 39 - 40º).

Suele aparecer un cuadro de malestar generalizado con crecimiento de los órganos linfoides: amígdalas, ganglios linfáticos y ocasionalmente el bazo y el hígado. Se autolimita y no suele dejar secuelas, desapareciendo por completo de diez a catorce días.

El tratamiento es sintomático: reposo para el cansancio, antitérmicos para la fiebre y líquidos abundantes como en cualquier proceso viral. No se deben de administrar antibióticos.

Por lo general, los expertos matizan que no se trata de una enfermedad grave, y aunque en ocasiones puede desencadenar un cuadro de hepatitis, estos son los casos menos frecuentes. Lo que marca el pronóstico de la enfermedad es que haya afectación de hígado o de bazo -que es más frecuente en adultos-, pero en niños generalmente se pasa como una enfermedad benigna que no da complicaciones.

CÓMO SE CONTAGIA Y QUÉ HACER PARA EVITARLA

El hecho de que se conozca popularmente a esta patología como la "enfermedad del beso" es debido a que la mononucleosis se transmite sobre todo a través de la saliva, siendo por este motivo la mayoría de los contagios entre niños y adolescentes. La enfermedad es contagiosa, pero no lo es tanto como una varicela o la enfermedad mano-pie-boca (Virus Coxackie). Aunque se le llame la enfermedad del beso, puesto que en adolescentes concentra más casos al ser esta la época de los primeros besos, no hace falta besarse con nadie para contraerla, pues se contagia a través de la saliva entre cualquiera que pueda compartir un vaso, cigarros o dulces. ¿Para evitar su contagio? Buenos hábitos, evitando este tipo de cosas, e insistir en el lavado de manos, que es siempre la mejor manera de prevenir cualquier enfermedad infecciosa.

* Titular de Cirugía Ambulatoria IMSS UMAA.

Máster en Patología Mamaria y Senología.

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