Las organizaciones de salud del mundo entero han hecho consenso para que durante este año 2019 se dedique un mes completo a dos de los problemas para la procreación de un hijo. Si bien, los datos de la población hacen referencia a un gran crecimiento demográfico a nivel mundial, se tiene que analizar con detenimiento este fenómeno, ya que es propio del sudeste asiático, mientras que en Europa las tasas de natalidad son sorprendentemente bajas.
Los datos que se manejan actualmente en referencia a la esterilidad y la infertilidad pueden resultar alarmantes: se calcula que afecta entre el 15 al 20 por ciento de las parejas en edad reproductiva, más de 70 millones de parejas en todo el mundo que tienen problemas para concebir un hijo.
De manera común, los términos de esterilidad e infertilidad se utilizan como sinónimos, ya que ambos se relacionan con la incapacidad de tener hijos y en algunos casos tienen un origen común. La infertilidad es la incapacidad para llevar a término un embarazo, es decir, sí que hay embarazo, pero se interrumpe involuntariamente antes del nacimiento. Por su parte, la esterilidad tiene que ver con la incapacidad para implantar un óvulo fecundado.
En la infertilidad, los problemas están relacionados a la dificultad de la implantación y el mantenimiento de la gestación como problemas anatómicos en el útero, problemas de receptividad en el endometrio, enfermedades endocrinas, trombofilias o alteraciones genéticas o cromosómicas (del óvulo, del espermatozoide o del embrión).
Las causas de la esterilidad pueden tener su origen en la mujer (40 por ciento), en el hombre (40 por ciento) o en una mezcla de ambos (20 por ciento). En el caso de la mujer, las causas más frecuentes son los problemas de ovulación, la obstrucción de las Trompas de Falopio, la endometriosis, o tener edad avanzada o alguna enfermedad crónica.
En el hombre, las causas más frecuentes se relacionan a trastornos del esperma (cantidades anormalmente bajas u oligospermia, ausencia de espermatozoides o azoopermia, poca movilidad, anomalías morfológicas, etc.); anomalías cromosómicas o anatómicas (obstrucciones del tracto genital, infección o inflamación del tracto urogenital, varicoceles, etc.). También la edad, especialmente en el caso de la mujer, el estrés, el sobrepeso, el tabaco o el alcohol pueden afectar a la fertilidad de una persona.
Debido a que son múltiples los factores que pueden causar la esterilidad o la infertilidad, su abordaje puede ser difícil, multidisciplinario y conlleva también a numerosos estudios para determinar la causa. El tratamiento varía de acuerdo con el diagnóstico y con los factores de la pareja. Es importante mencionar que en la mayoría de los casos existen soluciones, pero la pareja debe de entender que el proceso puede ser lento y tardado.
- * Titular de Cirugía Ambulatoria IMSS UMAA.
- Máster en Patología Mamaria y Senología.
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