En una entrega anterior ya comentábamos acerca de algunos aspectos que por muchas personas pueden ser considerados como maltrato animal pero que, de acuerdo con la opinión de Daniel Arjona, experto en adiestramiento canino, en realidad no lo son como, por ejemplo, el ponerlos por algunos periodos de tiempo en su jaulita, especialmente mientras nos movemos en vehículo.
LAS MUTILACIONES
Ahora vamos a complementar este tema con otro asunto que es bastante polémico: el esterilizarlos desde pequeños para evitar el tener cachorros que después acaban abandonados. A este respecto Arjona comenta que es una mutilación, al igual que cuando se les cortan las orejas y la cola.
Explica que las orejas se empezaron a cortar, en primer lugar, por las peleas; a un perro que las tiene colgantes se las pescan con mucha facilidad, se las desgarran, se las rompen; si las tienen cortas, como los perros pastor alemán, las retraen hacia atrás, entonces esta fue una de las razones por las que se empezaron a recortar.
Agrega que la oreja, además de servirles para oír es como un radiador, ya que los perros se enfrían, como los elefantes, cuando mueven las orejas, porque ahí tienen venas y cuando las acomodan el aire les pega, le llega a la oreja sangre caliente y así se enfría.
Pero el hecho es que sí es una mutilación y era una moda, por ejemplo, en los dóberman, cortarles las orejas y la cola era como un detalle estético y él considera que no es correcto hacer esto, pero tampoco le parece que se le dé auge a que les corten los testículos a los machos y que a la hembra le quiten la matriz cuando tiene cinco meses.
“Esterilizarlos también es maltrato y quienes promueven esto de que los perros sean como hijos no tienen una idea clara de lo que es un maltrato, también esterilizarlos es una mutilación, ¿dónde está la congruencia?”, asevera.
¿CÓMO EVITAR LA REPRODUCCIÓN?
“Para que no se reproduzcan hay que educar a la gente, el problema es la gente no los perros; por ejemplo, las manadas de lobos tienen siempre una población, no se exceden en ese número de miembros, porque si eso pasa la comida en el territorio que ocupan no alcanzará para todos, va a empezar a haber animales débiles, enfermos, por ahí entran las epidemias y acaban con ellos. Una manada siempre se mantiene de un cierto número, expulsan a algunos cuando crece mucho el número.
“¡Qué fácil esterilizar a todos los perros!, mejor eduquen a la gente; para evitar el problema, si la perra está en celo, pues no la juntas con ningún macho. Aquí en la casa hemos tenido hembras y machos y los separamos, es difícil porque el macho se pone como loco de que se quiere pasar a cruzar a la perra, pero yo no voy a castrar ni a mi macho ni a mi hembra, yo me echo el trabajo de separarlos para no tener cachorros”, enfatiza.
SE REQUIERE EDUCACIÓN
Respecto al tema de la adopción de perros callejeros, el especialista expone que, para llevarlos a casa, quienes los acogen deberían tener en consideración que se llevan a un can que siempre vivió en la calle, que al poco tiempo no van a poder con él y lo mandan afuera otra vez. Añade que debería de existir un programa de educación, no solamente recoger al perro, guardarlo y luego volverlo a mandar a otro lado.
Estima que lo correcto sería educar a la gente que se lo va a llevar, explicarles o darles un entrenamiento (a las personas) para que puedan convivir con un perro que fue recogido de la calle, que tuvo que haber sobrevivido por sí mismo durante un año, si es que lo recogieron a esa edad.
Es importante saber que a esos perros la inactividad, el permanecer encerrados en una casa, los lleva a hacer muchas travesuras: hoyos en el jardín, morder muebles, porque están acostumbrados a moverse, porque tenían que comer, sobrevivir.
“Aquí tiene todo, pero ¿qué hace con toda la energía que tiene? Los que los que recogen animales pues qué bueno que lo hagan, pero lo están haciendo mal, deberían tener asesoría para quienes se llevan los cachorros o los perros; ahorita yo atiendo a muchos adoptados: ‘es que es muy miedoso’, pues sí, el perro de la calle tiene que serlo, si no se mueve, no sobrevive.
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Comenta que en muchas ocasiones le preguntan cómo quitarles lo temerosos a esos canes, pero explica que, si ya están muy grandes, ya no se les puede quitar y enfatiza en que, aunque en las ferias de adopción se les “venda” a las personas la idea de que van a ser felices en un hogar, donde les van a dar todo, si lo van a tener encerrado esto no será posible. Lo sustancial es recibir asesoría antes, para saber cómo convivir con ellos.
Contacto Daniel Arjona:
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