/ lunes 9 de enero de 2017

La magia de Chiapas | Descubriendo con Paco Noriega

Redacción

Hola compañeros lectores, ¿cómo están? Espero que seencuentren con muchas ganas para este 2017 en todos los sentidos,va a ser un buen año, ya verán.

Ahora les voy a platicar de otro gran viaje que hice encompañía de mis amigos, lo realizamos nuevamente en moto y fue auno de los estado más completos que tenemos en el país, es sinduda uno de mis favoritos, tiene pueblos mágicos, riquezasnaturales, zona arqueológicas, gastronomía, gente amable ytrabajadora y como siempre, hay para todos los presupuestos. Setrata del estado de Chiapas. Espero que después de este relatojunten un dinerito, se organicen y vayan a Chiapas, siempre les vana quedar ganas de regresar.

Nuevamente estábamos reunidos los amigos en algún bar deCholula para escuchar propuestas para realizar un nuevo viaje porMéxico. Hablamos de Morelia, La Península de Baja California,costa de Oaxaca y Chiapas, inmediatamente elegimos esteúltimo.

Cada quien seleccionó algún lugar que le interesaría conocerpara ir acomodándolo en nuestro itinerario. Finalmente llegó eldía pactado para la salida, nos quedamos de ver como siempre enel café de la gasolinera y después de un desayuno ligero partimoshacia nuestro primer destino que era Tuxtla Gutiérrez. Despuésde casi 8 horas llegamos a Tuxtla, un poco cansados pero con muchasganas de empezar ya el viaje.

Al día siguiente partimos temprano hacia San Cristóbal de lasCasas para desayunar y conocer el magnífico pueblito. No conocíaSan Cristóbal, me encantó, hay mucha gente de varias partes delmundo viviendo ahí, pintores, músicos, escritores que seguramentedecidieron quedarse, seducidos por las calles empedradas, lasiglesias, el clima y la arquitectura de San Cristóbal. Hay muchastienditas donde se puede “chacharear” a gusto y comprar cosaspadres, desde accesorios de ámbar hasta faldas hechas con lana deborrego, también hay galerías de arte y una gran cantidad derestaurantes buenísimos; por hoteles no paran, hay muchospadrísimos y muy económicos, la comida está muy rica y variada.Me sorprendió un poco el clima, pensé que era caluroso pero no,más bien es frío, o sea que vayan preparados. Está rodeado demontañas y muchos pinos.

Teníamos que ir a Palenque y San Cristóbal lo conoceríamosmejor a nuestro regreso, así que nos trepamos a las motos y nosfuimos a Palenque. Llegamos ya por la noche, cenamos rico ydormimos temprano.

Después de un buen, abundante y delicioso desayuno fuimos haciala zona arqueológica de Palenque, que en maya se llama Bàak. Esuna de las zonas más impresionantes de esta cultura. Como casitodas las zonas arqueológicas mayas, ésta tuvo su nacimiento,esplendor y caída, sin embargo lo que la hace interesante es quelas continuas guerras con Calakmul y la inestabilidad en lasdinastías anteriores que la gobernaban hicieron que casidespareciera, hasta que surgió” Pakal El Grande”, también eraconocido como “el protegido de los dioses”, la ciudad bajo sugobierno floreció como nunca antes, llevó a Palenque a niveles deesplendor, incluso llegó a opacar a la gran Tikal. Para mi gustoel lugar más significativo es el Templo de las Inscripciones,aquí se detalla con jeroglíficos la historia de la dinastía ylos hechos de Pakal el Grande. En el interior del templo hay unaescalera que desciende dentro de la pirámide hasta llegar a lacripta funeraria de Pakal, donde está una loza y un sarcófago queexplica en relieves la llegada de Pakal al inframundo. Hay diversosedificios, juegos de pelotas y más templos para recorrer, enverdad es una zona arqueológica fantástica que deben devisitar.

Ya se nos había ido gran parte del día, así que nuevamentenos subimos a las motos y ahora nos dirigimos hacia FronteraCorozal, que justamente es frontera con Guatemala, la carretera esmuy agradable, muchas curvas rodeadas de selva, de vez en cuando senos cruzaban por el camino tucanes y monos arañas. Nosinstalamos en el hotel en la zona de camping que justo a la orilladel rio Usumacinta, no conocía este río, en verdad es muy grande,bastante ancho y muy caudaloso. Junto a la orilla del Usumacintaestá el restaurante que es una palapa, cenamos muy a gusto yplaneamos lo que haríamos al día siguiente, nos decidimos por ira Yaxchillan.

Muy temprano fuimos despertados por unos sonidosescalofriantes, no sabíamos de qué se trataba, eran un tipo deaullido producido por alguna bestia que parecía enojada ointimidada, nos armamos de valor y salimos de las tiendas decampaña a ver que tipo de bestia nos atemorizaba con susaullidos, no tardamos mucho en darnos cuenta que en las copas delos arboles arriba de nosotros se encontraban familias de monossaraguatos, mejor conocidos como mono aulladores. Son unos monos detamaño mediano y no crees que puedan hacer semejante aullido, songraciosos.

Por fin se acercaba uno de los días más esperados por unservidor, iba a conocer la famosa zona arqueológica de Yaxchillan,que en maya quiere decir “piedras verdes”. Para llegar a estazona arqueológica no hay de otra más que tomar una lanchita ynavegar por el Usumacinta alrededor de 30 minutos río arriba, eltrayecto es muy emocionante, ves lagartos, aves, árboles ymontañas. Finalmente llegamos al muelle que afortunadamente parami gusto está muy austero y de esta manera, creo yo, se conservaese espíritu de explorador y aventurero. Muchas veces imaginécomo sería Yaxchillan, y la verdad, la realidad superó miimaginación.

Las ruinas se encuentran a la orilla del río, y están repletasde vegetación. Muchos templos están semidescubiertos, gigantescosárboles crecieron sobre ellos, miles de plantas los cubren ycantidad de animalitos las recorren, la mayoría de los templosestán cubiertos de musgo verde. El guía que nos acompañó nosrelató la historia, nos explicó muy bien cada uno de los templos,juegos de pelota, edificios, estelas, murales y todo lo que hace aYaxchilan diferente. Recuerdo que el guía se llamaba Jesús.

Ya era más de medio día y afortunadamente llevábamos unossándwiches para cualquier cosa, ya que no hay nada para comer obeber; tomamos un pequeño descanso sobre un templo y admirando ellugar nos los comimos, esa vista es de las que más recuerdo, dellado izquierdo templos y del lado derecho el Usumacinta, todorodeado de vegetación. Terminamos de recorrer la zonaarqueológica y nos dimos cuenta que ya éramos los últimos,fuimos hacia el muelle para tomar nuestra lancha que ya nosesperaba para llevarnos a nuestro campamento.

La tarde empezaba a caer y una pequeña neblina nos acompañó,el sonido del motor y el agua salpicando cuando la lancha hacepequeños brincos es la constante durante el trayecto, percibiendoestos elementos y recordando lo que había visto, sin duda sabíaque mis expectativas habían sido superadas por mucho, tenía muchasatisfacción por haber estado ahí y por haberme imaginado comosería esa ciudad cuando estaba en su esplendor.

Al día siguiente nuevamente nos despertaron los monosaulladores, ahora ya no nos asustamos y empezamos a levantar elcampamento porque había que llegar a Bonampak. El trayecto siguesiendo divertido, curvas, paisajes y calorcito, está muy cerca delrío Lacanja, que dicen es muy bonito, esta vez no lo pudimosconocer.

Bonampak se encuentra en la selva lacandona y fue un lacandónel que nos recibió y nos acompañó hasta la zona arqueológica,una de las principales características de los lacandones es suvestimenta, que es un manto blanco, el cabello largo, liso ysuelto. Nos explicó que Bonampak significa “muros pintados”y que fue descubierta en 1946, no es un sitio arqueológico muygrande, pero destaca precisamente por los murales y las estelas quetiene, verdaderamente es impactante.

Mary Miller, profesora de la Universidad de Yale, quien dirigeel extensivo estudio de los murales, escribió que "probablemente,ningún artefacto antiguo del Nuevo Mundo ofrece una complejavisión de la sociedad prehispánica, como las pinturas deBonampak. Ningún otro trabajo, relacionado con los mayas, nosacerca a la vida de la corte con tan gran detalle, lo que hace deBonampak y sus murales un recurso sin paralelo, en la comprensiónde la sociedad antigua." (Wikipedia).

LAS GUACAMAYAS

Una vez terminado este recorrido emprendimos el viaje hacianuestro nuevo destino: “Las Guacamayas”, habíamos escuchado deeste lugar en un viaje que realizamos unos años atrás al cual nopudimos ir, así que ahora era la oportunidad de conocerlo.

De Bonampak a las Guacamayas fueron aproximadamente unas treshoras, el camino no está muy bien y teníamos que ir despacio.Unos cuantos kilómetros antes de llegar, pasamos por una pequeñacomunidad que me llamó la atención por limpia, ordenada y biencuidada, no eran más de 30 casas y la gente que las habitaba seveía feliz, los niñitos jugaban en los jardines mientras lasmujeres platicaban en las mecedoras, lo comento porque másadelante les haré referencia sobre esto.

El lugar de Las Guacamayas es un hotel ecológico impecable,todo está muy ordenado, hay cabañas grandes, medianas y chicas,todas están unidas por un puente cubierto de flores que lleva adiferentes áreas: el restaurante, el río, o a los cuartosindependientes. El restaurante es inmejorable, la atención deprimera, la comida muy variada y deliciosa y la vista espectacular,es hacia el río Lacantun. Lo que destaca en este lugar es laconservación de la flora y fauna, hay recorridos en lancha paraobservar aves y cocodrilos, también paseos a caballo por senderosmuy cuidados pero sin duda lo que lo hace especial es la caminatapara observar a las guacamayas.

Me llamó mucho la atención lo bien organizados que están eneste lugar, lo servicial de la gente y lo preocupados por el medioambiente. Después de tomar algunas de estas actividades, convivircon la gente y ver la extraordinaria organización que había,llegué a la conclusión que este sitio era de algún extranjero(¡maldita sea!, pensé). Sin embargo al continuar pregunté y mepresentaron al responsable del lugar, no recuerdo el nombre pero meexplicó cómo funciona Las Guacamayas, los dueños y/ o socios son30 ejidatarios locales, ocho trabajan ahí en la operación delhotel junto con gente de la comunidad que antes mencioné, sonmeseros, cocineros, gente de limpieza, recepción, guías de laslanchas, guías de caballos o guías de caminatas, todos estánperfectamente bien capacitados en sus áreas. Me comentó queiniciaron hace más de 12 años con una cabaña pensando en variascosas, explotar la riqueza natural, ayudar a la conservación delas especies que ahí habitan y en mejorar la calidad de vida en sucomunidad. Todos ellos están muy orgullosos de lo que han logrado,han tenido éxito en su idea, tanto que han ido personas de otroslugares a pedirles asesorías para poder implementar en otrossitios las bases que ellos tienen y que les han rendido frutos.

Tuve sentimientos encontrados, ya que este hotel es la muestrade que sí se pueden hacer cosas bien hechas, que sí hay un biencomún, una organización bien definida, roles asignados,capacitación continua y voluntad se puede lograr en nuestro paíscosas excepcionales. Ojalá y todos pudiéramos adoptar en nuestrasvidas algo de este ejemplo para lograr mejores objetivos en lo quenos planteemos.

Después de haber estado en este pequeño paraíso, emprendimosel regreso rumbo a San Cristóbal de las casas, no sin antes pasara Comitán de Domínguez, la verdad no pensaba que estuviera tanbonito, tanto que decidimos quedarnos un día más ahí paraconocerlo mejor, las calles empedradas, el Zócalo y sus portaleslo hacen diferente, bien valió la pena habernos quedado una nochemás.

Ya por último pasamos a San Cristóbal… qué les puedo decir:Pueblo Mágico, gastronomía completa, la calidez de la gente y elaire intelectual por los artistas que ahí viven lo hacen muyespecial.

Desafortunadamente el tiempo se nos había terminado y tuvimosque emprender un largo regreso. Una vez más compruebo lo especialde nuestro país y me llevo como recuerdo grato lo vivido en LasGuacamayas porque me da una gran esperanza de que sí podemos hacergrandes cosas.

Bueno compañeros lectores, espero que les haya gustado esterelato y les deseo que este año 2017 lo emprendan con muchas ganaspara hacer todo lo que se propusieron y yo me voy a esmerar enhacer nuevos reportajes para compartirlos con ustedes y se animenal igual que yo a descubrir nuevas cosas.