La parálisis facial no se puede prevenir

A pesar de que es una enfermedad muy frecuente, también deja secuelas o es parte de un problema médico de consideración

MIGUEL FUENTES BLANCAS / Médico cirujano y senólogo*

  · miércoles 2 de octubre de 2019

La parálisis facial aparece en temporadas de cambios de temperatura y de lluvias. Se muestra como una afectación de la movilidad de los músculos de la cara de un solo lado. Como antecedente puede tener un cuadro gripal normal, estrés o dolor de cabeza sin causa aparente.

Existe evidencia de que la parálisis afecta más a portadores de hipertensión arterial, diabetes mellitus, portadores de herpes virus, enfermedad de Lyme, mononucleosis infecciosa y antecedentes de traumatismos craneales.

Esta puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más frecuente en personas de 15 a 60 años. Hasta el momento se desconocen las causas exactas de su aparición, pero se cree que pudiera ser el resultado de la inflamación de los músculos que controlan el movimiento del rostro o de una infección, cuando el nervio facial ejerce presión contra el hueso que lo rodea. No hay forma de prevenir la parálisis facial.

Una vez que se presenta la parálisis, aparece el lagrimeo, la salida espontánea de la saliva por la boca, así como dificultad para articular las palabras en forma adecuada; visión doble, asimetría en la apertura de los párpados y falta de expresión facial. Se ha detectado también la falta de sensibilidad a olores y a sabores, dolor de cabeza y dificultad para cerrar ambos ojos.

Hay parálisis producidas en el nervio y otras producidas en el sistema nervioso central. Es importante que se detecte su origen, porque de eso depende su tratamiento. Las parálisis periféricas responden favorablemente al tratamiento y no dejan secuelas. Las originadas en partes del sistema nervioso central tardan hasta más de 6 meses en sanar y pueden dejar secuelas.

* Titular de Cirugía Ambulatoria IMSS UMAA.

Máster en Patología Mamaria y Senología.

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