En la sexualidad masculina, cuando el hombre logra trascender los patrones repetitivos de su linaje familiar, haciendo un trabajo interior muy profundo, poco a poco recupera la energía masculina sagrada y se va alineando hacia ella cada vez con más fuerza y poder, siempre y cuando persiga su esencia interior.
Con ello logrará disfrutar los sentimientos de amor y poder de realización y a medida que avance será más fuerte, más comprensivo, más respetuoso y logrará mayor ternura hacia los demás y hacia la naturaleza.
Sin embargo, en este camino de trabajo interno, hay una etapa difícil en la que el hombre sufre una especie de corto circuito hacía todo lo femenino.
Comprender que para que alcances un equilibrio entre tu cuerpo físico y tu cuerpo espiritual es necesario que profundices en el entendimiento de que la lucha no es necesaria, de que el enojo y la ira atraen lo que quieres evitar, que agredir y atacar a los que creemos nuestros enemigos no es un signo de fortaleza sino de debilidad, que el rencor y la culpa posterior van a crear dolor.
Cuando buscas una pareja y lo haces consciente o inconscientemente resulta que, si internamente estás viviendo ideales cargados de necesidades y obsesiones, entonces la persona que encuentras es semejante a ti; por otro lado, cuando internamente vibras desde el corazón hacia el éxtasis de una conciencia en expansión continua, resulta que encuentras a una persona complementaria a ti.
Todos podemos acceder a ello y por eso es que hay que ir aprendiendo sobre el camino, haciendo camino al andar.
Al hablar de un plano físico, lo masculino y lo femenino se unen en las relaciones amorosas al momento de intimidad sexual. En el plano mental se expresan como la mujer interna para el hombre y como el hombre interno para la mujer.
En el plano espiritual, en el momento de intimidad sexual, en un encuentro de pareja ambos son creadores y dadores de la vida, que es el origen del universo y de todo lo que es; entonces el ego deja de ser masculino o femenino y se convierte en uno.
Sin embargo, hay que pagar el precio energético y labrar tu propio camino, porque nadie lo hará por ti. Llegar a esos niveles en la sexualidad es un camino para suicidas, porque nunca sobrevive la personalidad del ego pues hay que llegar al ser esencial que todos llevamos en el interior.
En estos tiempos de cambios tan acelerados, todos literalmente estamos siendo probados bajo esquemas de compasión, amor y fe.
Una de las principales finalidades: comprobar que al menor obstáculo que surja no nos rendimos, incluso a pesar de la traición del desprecio del rechazo de las mentiras que rodean a las personas que determinan.
Si estás trabajando internamente, eres consciente de que para ti no es una opción entregarte a la autocompasión, sino que sigues avanzando hacia tu meta. Intervienen factores como ajustes de cuentas que vienen de atrás. Sabes que no es momento de entrar en conflictos sino de acabar para siempre con ellos y encontrar nuevas maneras de enfrentar el descontrol y el ataque personal.
Sabes que es importante aceptar lo indeseado y dejarlo ser, porque es necesario que estés alerta y atento(a) a la realidad de cada instante, experimentando el gozo y la libertad que te otorga cada acto de enfrentamiento, siempre que logres dejar lo personal de las ofensas a un lado.
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