El decidir que es lo que vas a estudiar o elegir a qué te quieres dedicar en tu vida adulta es uno de los mayores retos a los que muchos nos enfrentamos cuando somos jóvenes y el miedo a equivocarnos puede llegar a representar un enorme dolor de cabeza… pero, con el tiempo, podemos realizar muchas otras actividades que complementen eso que nosotros llamamos “vocación”.
Y es que la vocación es mucho más que estudiar una licenciatura, una carrera técnica o conseguir un trabajo; de acuerdo con lo que puntualiza Magali Becerra, especialista en salud mental con maestría en orientación y desarrollo familiar, esta se define como el llamado a hacer algo, es la inclinación que nosotros tenemos; elegir una actividad profesional representa solo una parte.
Agrega que no es algo innato, sino que la desarrollamos a lo largo de nuestra vida, a través de nuestras experiencias; esta nos define, nos acerca a lo que queremos ser como personas y a lo que deseamos dejar como legado. Descubrirla ciertamente es difícil cuando no tenemos interés o hábito por estar en contacto con nosotros, por tener este discernimiento de saber qué es lo que nos gusta, nos interesa o para qué somos buenos.
LA PROFESIÓN ES SOLO UNA PARTE
Es necesario entender, enfatiza, que sería muy pobre decir que la vocación solo es ser en la vida doctor, psicólogo o comunicólogo; esto es solo una parte que se suma a todo aquello que me va a realizar como una persona íntegra, pues nosotros tenemos una cantidad enorme de talentos, aproximadamente 200 o 300; algunos se quedan dormidos y otros los desarrollamos.
Afirma que hay ocasiones en que nos quedamos en una zona de confort, hacemos siempre lo mismo y pensamos: como soy psicóloga, ya no voy a poder poner un negocio, meterme en las artes culinarias o ya no me puede gustar y ser buena para la cocina, por ejemplo; eso es un gran error, porque podemos desarrollar estos talentos a medida que los descubrimos y esto suma a lo que somos como profesionistas.
¿CUÁNTOS SE DEDICAN A LO QUE ESTUDIARON?
La entrevistada comenta que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Egresados, el 53% de la población de alumnos logran conseguir su primer trabajo al salir de la carrera y, de ellos, el 75% lo obtiene en algo relacionado con la carrera que estudiaron.
Entonces algo muy importante es que, al elegir carrera, no deben quedarse solamente con la idea de lo que les han dicho o de lo que ellos piensan que se trata aquello que piensan estudiar, sino que deben ponerse en contacto con personas que la han estudiado e introducirse en las diferentes áreas en las que se puede ejercer.
Por eso es recomendable tener una orientación profesiográfica adecuada y reflexionar mucho acerca de sus intereses, inclinaciones, gustos, aptitudes y actitudes, ya que todo esto se puede combinar; por ejemplo, si a alguien le gustan las matemáticas y también el arte, puede ser un gran arquitecto o arquitecta.
DEDÍCATE A LO QUE TE ENCANTA
Confucio decía: “si tú haces aquello que te gusta nunca vas a sentir que trabajas”, porque no lo sentirás pesado o como una carga, sino que será un placer hacerlo, expone Magali y, por ejemplo, eso pasa con quienes terminan por dedicarse a aquello que en un principio era su pasatiempo.
Hay muchas causas por las cuales no nos dedicamos a lo que nosotros queremos o lo que nos apasiona, a veces es por situaciones familiares, herencias o modelos en cuanto a las ocupaciones de la familia y quizá no es lo que hubiéramos querido ser.
Es importante entender que la vocación es aquello que yo quiero ser y durante la vida podemos encontrar que, aparte de lo que hacemos como trabajo, hay muchas otras cosas que nos gustan y a veces incluso necesitamos hacer algo más, o algo diferente, para poder tener un sustento equilibrado y que nos dé para vivir.
¿Y SI QUIERO CAMBIAR DE GIRO?
Si siempre te has dedicado a algo, pero te gustaría ahora ocuparte en algo diferente, o tienes la necesidad de buscar algo nuevo, todo suma a tu crecimiento como persona y no debes verlo como un fracaso. Es necesario a veces atreverte a salir de tu zona de confort, innovar en cosas diferentes y esto podría llevarnos a algo grande, pues hay muchos casos de personas que han empezado imperios enormes al animarse a hacer aquello que les gusta, se dieron cuenta de que era su pasión y les trajo grandes retribuciones económicas, asegura.
El decidirnos a hacer cosas nuevas no es precisamente cambiar de vocación, sino sumar a ella; el anexar otro tipo de actividades, que desarrollan en nosotros otras habilidades, repercute en nuestro desarrollo personal, puesto que los seres humanos estamos en constante crecimiento y descubrimiento de todas nuestras capacidades, habilidades y nuevas formas de vivir, añade.
ATRÉVETE A CAMBIAR
Si durante años se han dedicado a alguna actividad profesional, pero sienten la necesidad de comenzar algo nuevo, Magali Becerra, profesional de la salud mental recomienda que, tanto los jóvenes como personas ya mayores, antes que nada, deben atreverse a reconocer cuáles son aquellas inclinaciones que tienen hacia aquellas cosas que todavía les falta hacer en la vida y que quieren realizar, analizar si tienen las aptitudes y habilidades para aquello que les llama la atención.
Por ejemplo, si te gusta cantar, pero nunca lo has hecho, pues puedes aprender, estudiar y, si bien quizá no llegues a ser tenor o soprano, podrías descubrir que sí eres bueno para eso. Lo importante es quitarte el temor de hacer el ridículo o sobreponerte al miedo al fracaso y así podrás tener la satisfacción de hacer algo que te agrada o te interesa.
No necesariamente tienes que dejar lo que actualmente haces y que también te gusta; se trata de poner en una balanza lo que pierdes por no atreverte a hacer eso de lo que tienes tantas ganas y que a veces implica un riesgo, el cual no debe percibirse como algo negativo, sino como el hecho de enfrentarte a nuevas circunstancias en las que puede ser que no te vayan como querías, pero esto no lo vas a saber hasta que te arriesgues.
A QUIÉN ACUDIR PARA DECIDIRTE
En lugar de aventarte a hacer algo nuevo por impulso, ante una decisión tan importante como es el cambiar de profesión o de actividad, necesitamos una planeación; necesitamos tener algo muy importante que es un proyecto de vida y aquí la especialista hace hincapié en que este, aunque lo hagamos cuando somos jóvenes, no quiere decir que sí o sí lo tenemos que llevar al pie de la letra.
El proyecto de vida es flexible, lo vamos a cambiar y recapitular a partir de nuestras experiencias, de nuestras necesidades, de nuestro contexto y de nuestra situación actual. No es lo mismo cuando somos jóvenes y no tenemos un compromiso familiar, que cuando ya tenemos 50 años, hijos, esposo(a) y que arriesgamos un poquito más; sin embargo, en cada etapa de nuestra vida podemos observarlo, consultarlo y entender si hay algo que debamos modificar.
Cuando tengamos esa necesidad de cambiar de ocupación, los orientadores profesiográficos o vocacionales, los psicólogos, nos pueden ayudar mucho a decidir y pueden darnos las herramientas para entender y elegir qué es lo que queremos en un momento determinado, o cuando sentimos miedo a cambiar de actividad.
Para concluir, tanto en el caso de decidir qué carrera estudiar o para hacer un cambio, aconseja no decidir impulsivamente, por lo que digan los amigos o las personas cercanas. Otra recomendación es no permitirnos caer en la rutina, siempre hacer algo diferente para sentirnos motivados, tanto a continuar con la actividad que elegimos, como a aprender cosas nuevas.
Entrevista completa en Facebook
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