Uno de los procedimientos quirúrgicos que más generan controversia e incertidumbre es la circuncisión y para dar a conocer algunos datos sobre el tema visitamos al Dr. Joaquín Alejandro Soto Chilaca, psiquiatra, psicoterapeuta, sexólogo y psiquiatra forense.
“Estas inquietudes surgen principalmente porque este procedimiento encuentra su origen tanto en factores propios de salud, higiene, religión y el entorno social con una fuerte influencia en la decisión de los hombres para dar este paso, o bien autorizar la intervención en menores”, afirmó en entrevista Soto Chilaca.
Lo cierto en un primer momento y de acuerdo a la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos es que la circuncisión es una cirugía para quitar el prepucio, esto es, la piel que cubre la punta del pene. En este sentido y de acuerdo a Boris Friedman, Johad Khoury, Neta Petersiel, Tal Yahalomi, Mical Paul y Ami Neuberger de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Rambam Medical Center, la circuncisión es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes, ya que casi el 30% de los hombres están circuncidados en el mundo.
Aunque esta intervención se realiza frecuentemente en bebés recién nacidos, el procedimiento puede hacerse a diferentes edades; al respecto entidades como la Academia Estadounidense de Pediatría y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades apoyan la circuncisión infantil como una medida deseable de salud pública al considerar que la intervención realizada a temprana edad confiere beneficios inmediatos y para toda la vida al proteger contra infecciones del tracto urinario con posibles efectos renales adversos a largo plazo, fimosis que causa erecciones difíciles y dolorosas e “hinchazón” al orinar, condiciones inflamatorias de la piel, higiene del pene, candidiasis, varias infecciones de transmisión sexual en ambos sexos, úlceras genitales y cáncer de pene, próstata y cervical.
Asimismo, los investigadores del Rambam Medical Center agregaron que las parejas sexuales femeninas de los hombres circuncidados tienen tasas más bajas de cáncer de cuello uterino, tipos oncogénicos de virus del papiloma humano, vaginosis bacteriana, virus del herpes simple tipo 2, triconomiasis y clamidia.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado que la circuncisión forme parte de los programas de prevención de VIH en algunos países con altas tasas de este virus, principalmente localizados en África, esto se explica porque la superficie interna del prepucio contiene células de Langerhans con receptores del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), lo que explica los fundamentos biológicos del uso de la circuncisión para disminuir las tasas de adquisición de VIH entre los hombres.
Asimismo la Academia Estadounidense de Pediatría refirió que existe un amplio cuerpo científico que sustenta que la circuncisión no tiene ningún efecto perjudicial sobre la función sexual, la sensibilidad o el placer.
No obstante existen décadas de debate respecto al carácter ético de la circuncisión en bebés y el derecho del individuo a tomar esta decisión de forma libre e informada y es que pese a que en una investigación del World Journal of Clinical Pediatrics se realizó un análisis de riesgo-beneficio que mostró que los beneficios excedían los riesgos de procedimiento, en una razón 200 a 1, es una realidad que han existido casos con daños irreparables y catastróficos.
Sin embargo, la Academia Estadounidense de Pediatría atribuye estos hechos lamentables a la praxis de este procedimiento por personas sin el entrenamiento, técnicas de esterilidad y control efectivo del dolor, así como la percepción desvirtuada de la circuncisión como un método de rutina, cuando por su parte consideran debería ser resultado de una decisión estrictamente familiar, lo que, para ojos de la comunidad europea no es válido, porque opinan que ni los padres (hasta con las mejores intenciones) deberían decidir sobre la extracción de una parte sana del cuerpo de otra persona que no se encuentra en facultades de tomar esta determinación.
A nivel nacional y de acuerdo a la Guía de Práctica Clínica del Gobierno Federal, la circuncisión es un método que se realiza sola y exclusivamente en organismos apegados a estos procedimientos cuando en niños exista una indicación médica y en la edad adulta la indicación médica de la circuncisión, es en casos de disfunción prepucial. Asimismo y en lo que respecta a la circuncisión como medida preventiva de transmisión de VIH, se ha partido de que México no es un país con índices altos de transmisión de este virus y que tenemos diferencias étnicas, culturales y sociales con los países que han adoptado este método como una política preventiva y de salud pública, por lo que no es posible aplicar este mismo criterio a nuestro contexto y nuestro papel radica en asegurarnos de que la población masculina esté informada del procedimiento como una protección parcial tanto de VIH como de otras enfermedades.
Lo cierto es que decidir si realizar el procedimiento es más fácil para las personas que residen en áreas con alta prevalencia de enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH y para quienes eligen circuncidarse o circuncidar a sus hijos por razones religiosas, sociales o culturales, en estos casos tenemos la responsabilidad de informarnos de manera oportuna con los expertos calificados y recursos de fuentes confiables, así como acudir a hospitales y clínicas que garanticen la ética profesional debida.
Contacto:
Dr. Joaquín Alejandro Soto Chilaca
Médico, psiquiatra, sexólogo, psiquiatra forense y psicoterapeuta.
Director de Mindful. Expertos en Psiquiatría y Psicología.
