Los casados también se masturban

Ma. Carmen Ávila

  · miércoles 24 de enero de 2018

Las mujeres ven a la masturbación como un complemento de su vida sexual.

La masturbación es un tema que posiblemente hasta la fecha seatratado como tabú y el cual la mayoría lo relacionamos conpersonas solteras o adolescentes, sin embargo ¿qué pasa cuandoeste tema se involucra en la vida marital? Muchos lo podrían tomara la ligera y otros como una alerta de que algo anda mal. Pararesolver nuestras dudas visitamos al Dr. Joaquín Alejandro SotoChilaca, psiquiatra, psicoterapeuta, sexólogo y psiquiatraforense, quien nos habló a profundidad sobre el tema.

Desde tiempos inmemorables lamasturbación se ha considerado como un tema incómodo y hastainvasivo en la conducta sexual humana, tanto en hombres como enmujeres, ello, pese a ser algo común para ambos géneros. Esto lorespaldan datos como los de la Encuesta Nacional Británica deActitudes Sexuales y Estilos de Vida II, realizada en 2008, querefiere que 86% de los hombres y el 57% de las mujeres entre 16 y44 años informaron haberse masturbado durante el último año, pormencionar un ejemplo.

En este orden de ideas, vemos que la masturbación en el terrenodel matrimonio adquiere un valor agregado de rechazo, sin embargo,hemos de partir de algo crudo pero real: los casados se masturban.Una vez quitada la venda de los ojos ante la negación de laexistencia de este acto en parejas, concibamos que el matrimonio noes un sinónimo de plenitud sexual, ya que, si bien es cierto quese ha identificado una mayor actividad sexual en parejas reciéncasadas en comparación con los solteros, esto no implica que ellazo conyugal suponga la satisfacción de todas las necesidadessexuales de la pareja, ni que el matrimonio sea la cura ante laesquivada e innombrable masturbación.

Históricamente el acto de masturbarsea la luz del matrimonio, era considerado ese fantasma que indicabaque algo en la pareja no estaba bien, y que venía incluso a hacerlas veces del sustituto de la pareja, sobre todo si incluía lafantasía de estar con alguien más, la incapacidad del otro parasaciar las necesidades de su cónyuge o bien que dichas exigenciasfueran simplemente inalcanzables.

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Sin embargo, perdimos de vista que es resultado de diferentescircunstancias; en un principio, es la más simple y naturalmanifestación de exploración del placer sexual a nivel individualpara el aprendizaje, liberación y autocontrol de sí mismo, que seperfila como antesala de la práctica íntima en pareja, pero sinla distracción que esta última implica. En consecuencia supráctica, más allá de generarnos preocupación, nos deberíaocupar de entender sus motivos.

Al respecto, la ciencia se ha ocupado de proponer explicativasde la masturbación con relación a la frecuencia de la prácticasexual en pareja.

En primer lugar, se ha considerado que en estas circunstanciases un método de escape de energía sexual excedente que en parejano se logra, ya sea por la falta de pareja o bien porque no seencuentre la disposición para tener intimidad con la frecuenciadeseada, por lo tanto es un medio “compensatorio” de estasnecesidades.

En segundo orden, podría ser un medio “complementario”, esdecir, de apoyo y mejora de la vida sexual en pareja, y motivadorapara experimentar otro tipo de actividades. Finalmente, otros másla conciben como un medio autónomo de obtención de placer y deexploración de la sensualidad de sí mismo.

Aunque suene confuso, porque los términos de “frecuencia” y“satisfacción” dependen de la percepción individual, nodebemos perder de vista que la masturbación es un fervienteindicador de libido y deseo sexual, por lo que la frecuencia deesta práctica, propiamente hablando de la masturbación realizadaen forma excesiva y que tenga impactos negativos en diversosaspectos de la vida cotidiana, es una clara manifestación deparejas no conscientes de su deseo que no necesariamente tengasolución en la frecuencia de los encuentros íntimos sino en lacalidad de estos, y cuando decimos “calidad” no nos referimossolo a la cantidad de orgasmos logrados, sino a la forma deconducirnos hacia este momento culminante y el disfrute de esteproceso.

Por ello, no corramos despavoridos ante la presencia de lamasturbación en el lecho nupcial, porque nuestra responsabilidades identificar y averiguar en qué punto de la relación ysatisfacción sexual nos encontramos para canalizar, si esnecesario, esta práctica hacia un medio de aprendizaje yconcientización de la vida sexual individual y de pareja, quenunca dejará de existir estando solos o acompañados.

Contacto:

Dr. Joaquín Alejandro Soto Chilaca. Médico psiquiatra,sexólogo, psiquiatra forense y psicoterapeuta. Director deMindful. Expertos en psiquiatría y psicología.