Hoy quiero compartirte algo que he experimentado en mi propia vida y que ha tenido un impacto maravilloso en mí y en nuestra familia.

Cuando tenemos la bendición de tener hijos es un gran privilegio, sin embargo, también es una gran responsabilidad ya que todo lo que hagamos o dejemos de hacer tendrá un impacto positivo o negativo en la vida de ellos.

Quise titular a este artículo “Los hijos y el tiempo” ya que recuerdo cuando íbamos a tener a nuestro bebé y todos los comentarios que recibimos, comentarios positivos de qué hacer en diferentes casos: “cuando llora mucho”, “cuando no obedece”, “cuando hace berrinches”, “consejos para llevarla en paz con nuestra familia”, y tantas cosas que en su momento nos sirvieron mucho y, por supuesto, algunas cosas que nos siguen ayudando.

Sin embargo, recuerdo que uno de los consejos que la mayoría nos dio a mi esposa y a mí fue “Disfruta cada etapa de tus hijos, porque el tiempo se pasa volando”, de verdad, este consejo lo recibíamos casi a diario, todos los papás que nos veían nos decían, “disfruta mucho a tus hijos porque cuando te das cuenta ya crecieron”.

Realmente quedó muy grabado en nuestro corazón y desde que nació nuestro hijo puedo decir que hemos disfrutado cada etapa. Claro, como en todo, ha habido etapas difíciles puesto que te empiezas a adaptar, en gran parte de tu rutina, debido a que un hijo viene a transformarte para bien toda tu vida, y aunque sé que cada día que pasa es algo nuevo con nuestro hijo, siempre estamos recordando ese consejo que recibimos de mucha gente cercana. “Disfruta cada etapa, el tiempo se pasa volando”.

Y es por eso que hoy quiero compartirte dos consejos que podemos aplicar con nuestros hijos, no importando la edad que tengan, para, así, poder disfrutar la maravillosa bendición de tenerlos.

1. Nunca pienses que ya es demasiado tarde. En muchas ocasiones he escuchado a mamás comentar que pasó mucho tiempo y no disfrutaron de sus hijos; no obstante, yo creo firmemente que tengan la edad que tengan puedes sembrar algo maravilloso en sus vidas, que tarde o temprano dará fruto. Yo te aconsejo que si tus hijos aún están contigo, es decir, no se han casado, no se han ido de la casa, empieces a pensar cómo hacer para que el tiempo que pasas con ellos, sea mucho o poco, cause una diferencia en ellos y en ti. Pregúntate: ¿qué puedes hacer para sembrar en sus corazones ese amor que como madre siempre has tenido hacia ellos?

2. Las palabras marcan el corazón de los hijos. Cuando nació mi hijo yo era una persona que no expresaba tanto, sin embargo, este consejo me lo dio un excelente amigo y me dijo: “Recuerda que las palabras moldean la vida de alguien” y más la de tus hijos. Desde ese momento entendí que todo lo que yo le dijera a mi hijo marcaría su vida, y es por eso que en cada oportunidad que tengo le digo que lo amo, que lo bendigo, que deseo lo mejor para su vida, que me gusta verlo contento y declaro bendiciones para que se graben en su mente y en su corazón. Si tú eres como yo era, que no me gustaba expresar mucho con palabras, te animo a que cada día sueltes una palabra de bendición sobre la vida de tus hijos; probablemente ya lo haces, si es así, continúa haciéndoloy, si no, empieza ahora mismo, velo(a) a los ojos y dile lo que salga de tu corazón. Recuerda: no debe de haber un solo día donde no les digamos una palabra que marque sus vidas.

Nosotros, como padres, somos una de las personas que más influyen en sus vidas. Sigamos sembrando amor en ellos y estoy seguro de que tarde o temprano dará un fruto de alegría, gozo y paz.

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