El problema de verbalizar los sentimientos de los hombres para los hombres es más profundo del simple hecho de decir te quiero, ya que en sí misma es una frase socialmente acordada como restringida para momentos sumamente emergentes y no porque nazca del corazón.
La cuestión es que desde pequeños nos enseñan que las demostraciones de afecto entre los hombres no tienen cabida a hacerse extensivas, en este sentido, por años y quizás como un legado generacional, se ha atribuido que los únicos seres humanos autorizados para relacionarse con sus emociones y sensibilidad son las mujeres.
Y es que pareciera que el solo hecho de nacer como mujer, obliga no sólo a asumir el rol de pareja, pues es obligatorio ponerse en el papel de amiga, madre, hija y compañera, lo que automáticamente le exigiría la expresión espontánea de su vínculo y apego hacia sus seres amados.
De tal forma, no es nada extraño escuchar frases como “los hombres no lloran” que, a nosotros nos pone en guardia contra nuestras propias emociones, porque vivirlas no es una opción ¿Cómo un hombre puede mostrar sus más profundos sentimientos sin hacer que tambalee su fuerte sentido de poder y virilidad que en el imaginario público le hacer ser hombre? Si esto sucediera, el aparente “temple racional” asociado a la naturaleza masculina se iría en picada.
Una vez desdeñada la posibilidad de los hombres, de simplemente sentir y dejarse llevar por ello, sería inconcebible expresar su sentir hacia otros hombres, la única posibilidad que queda para vivir las emociones entonces, es externarlo hacia las mujeres, pero no de forma libre, pues la manera de demostrar su amor se reduce a actos concretos de protección y cuidado, nuevamente sin que exista forma alguna que permita al sexo masculino desplazarse en el terreno emocional sin tapujos.
Y es que es probable que más de una vez un te quiero de un hombre para otro hombre, de aquellos espontáneos, de los que solo porque si te nace decirlo sin necesidad de una circunstancia crítica que te obligue a decirlo, generalmente, condiciones adversas, invariablemente se vea ensombrecido por rebuscar en esas dos simples palabras deseos, cuestionamientos o expectativas ocultas, que se apetecen incluso desagradables.
¿La sociedad ha pensado algún día en el deseo de nosotros de decir te quiero a otros hombres sin que ello no signifique más que eso? Y es que amar, seas hombre o mujer, amar de verdad, supera la necesidad, porque el amor es no esperar nada a cambio, no más allá de solo sentirlo y vivirlo.
CONTACTO:
Dr. Joaquín Alejandro Soto Chilaca
Médico Psiquiatra, Sexólogo, Psiquiatra Forense y Psicoterapeuta
Director de Mindful. Expertos en Psiquiatría y Psicología