Estamos viviendo un subidón de energía tan fuerte, que están resurgiendo a la superficie estructuras de nuestro inconsciente que son las sombras oscuras y luminosas que tienen que ser disueltas y transmutadas.
La mirada es hacia el interior, limpiar tus emociones, los hombres su miedo, agresividad y resistencia e incapacidad para sentir. Las mujeres, el exceso emocional, el miedo y la toma de decisiones.
Somos capaces de amar en la medida en que podemos amarnos a nosotros(as) mismos(as).
Estamos atravesando una energía que es mucho más fuerte que hace 20 años, ello implica conflictos más intensos, personas se van de tu vida, otras llegan de forma increíblemente rápida y hay nuevas comprensiones.
Se requiere de un trabajo interno fuerte y real, además de una férrea voluntad que no sea excedida por el exceso emocional.
Para sanar tu sexualidad es necesario que conozcas tú dimensión espiritual así como la apertura de tu corazón para ello debes lograr primero reconocer.
Debes saber ante todo que estás atrapado(a) por un sinfín de fantasías y tienes que desbloquear tu sexualidad que incluye tu vida entera, enfrentar el miedo y cambiar tu comprensión de las leyes de la causalidad como, por ejemplo, "si te comportas sexualmente de determinada forma te mereces aquello", "eres culpable por tomar una decisión en tu vida sexual que le han hecho daño a otros", primero "el sexo sólo está permitido dentro del matrimonio”.
Cuando te determinas a limpiar y depurar los aspectos pendientes de tu vida, es necesario hacer un fuerte trabajo interno. Los remordimientos, los celos, la rabia, la culpa, las quejas, la amargura, la vergüenza, la ira, los traumas, los conflictos, hacen su aparición de formas intensas, lo mismo que tus creencias y tus patrones de comportamiento sobre los cuales se han formado tus bloqueos.
Elevar tu estado de consciencia para liberarte de tus prisiones requiere, entre otras cosas, que lleves a cabo una transformación radical tanto de tus creencias como de tus pensamientos.
Cuando la pareja se desequilibra, la desintegración se manifiesta, las energías masculinas y femeninas se transforman en densidad, todo lo femenino se vuelve caótico y lo masculino controlador, inflexible, dominante.
En la relación empieza un proceso de desintegración porque la información entre ambos se detiene y la creatividad se bloquea. La atención de la pareja se centra en los aspectos repetitivos del pasado y la energía vital se drena transformándolo todo en densidad.
La transformación individual y de grupo que estamos viviendo en estos tiempos nos provoca, en ocasiones, estados emocionales de ira, ansiedad, tristeza, angustia y depresión que son necesarios porque se encuentran inmersos en nuestra historia personal y humana de grupo.
Cada pareja tiene un punto de equilibrio que surge del equilibrio interno de cada miembro de la pareja, pero hay que trabajar para ello.
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