INTELIGENCIA ARTIFICIAL, LA HIJA "FASHION" DEL "BIG DATA"
Watson sabe escuchar, ver, leer y dar conversación, como cualquier persona. Pero también sabe analizar vastas bases de datos con miles de millones de archivos, una tarea que un ser humano no podría concluir en un tiempo eficiente.
Gracias a esto es capaz de determinar cuál será la próxima tendencia o el color que se postula como el "best seller" de la temporada venidera. Una manera de diseñar menos romántica que dar rienda suelta a la inspiración pura pero mucho más práctica en una industria tan competitiva como la textil.
Watson es uno de los hijos del "Big Data", esos ficheros interminables de información, cruciales para las industrias. Se trata de un sistema de Inteligencia Artificial desarrollado por la multinacional IBM iX, que ya se aplica en el sector del "retail".
De hecho, nació como un asistente de compra capaz de imitar a un dependiente de carne y hueso para mejorar la experiencia de las tiendas "online".
Buscar un artículo concreto en un directorio de ropa no es tan fácil como parece y este cerebro virtual responde a cuestiones tan complejas como "Necesito una chaqueta para viajar a Patagonia en abril del año que viene".
EL ASESOR DE LAS EMPRESAS DE MODA
Aunque la Inteligencia Artificial sea muy hábil en el trato directo con clientes, la mayoría de los sistemas desarrollados hasta el momento están orientados a asesorar a otras empresas del sector.
Es el caso de StyleSage, una plataforma especializada en la analítica de moda que permite inspeccionar con lupa el mercado textil y las tendencias emergentes.
Una base de datos de 300 millones de prendas -con un incremento semanal de un millón de artículos- constituye el amplio conocimiento de esta cabeza digital, que madura con base en la técnica de "aprendizaje supervisado": redes neuronales constituidas en capas, cada una de ellas pensada para imitar capacidades humanas.
La capa más externa y la que primero actúa puede ser, por ejemplo, la vista. Gracias a ella el sistema ve -literalmente- el cuello de una camisa, sus mangas y el estampado y, con un rápido repaso a su base de datos, determina si es un cuello mao o barco, una manga francesa o de murciélago, y un "print" pata de gallo o príncipe de Gales.
Esto resulta especialmente útil para marcas de "retail" que quieran plantear su siguiente colección con base en las tendencias más vistas entre las "influencers" de un país, inspirarse en los vestidos más buscados de la última alfombra roja o cualquier otro factor del que existan datos.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA PALMA DE LA MANO
A pesar de lo complejos y futuristas que parecen estos sistemas sus desarrolladores aseguran que no son caros. De hecho, basta con un ordenador y algunos conocimientos sobre programación y matemáticas para crear una base de datos y un cerebro que la analice.
Del mismo modo, no se limitan a lo estrictamente comercial y empresarial, sino que pueden utilizarse para crear aplicaciones de uso cotidiano.
Es el caso de Mi Escaparate, una start-up que ayuda a sus usuarios a encontrar esa prenda de la que se han enamorado.
¿Vas por la calle y ves unos zapatos que te encantan? ¿Has visto en Instagram un estilo que quieres copiar y no das con él? Basta con tomar una fotografía con el celular o hacer una captura de pantalla y cargar la imagen a la aplicación, que analiza las características de la prenda y encuentra artículos iguales o similares en tiendas "online".
Así, el "Big Data", la Inteligencia Artificial y la moda se dan la mano y caminan juntas hacia un futuro tecnológico tan interesante como intrigante. En un mundo de cerebros digitales, ¿dónde quedan los diseñadores de carne y hueso?