Siempre se ha dicho que la natación es un deporte muy completo que deberíamos de aprender desde pequeños, ya que aporta múltiples beneficios a nuestra salud física y mental al estimular el metabolismo, tonificar el músculo y relajarnos, entre otras virtudes más.
De acuerdo con Enrique Varela, maestro en Ciencias de la Salud, entrenador de fuerza y acondicionamiento físico, especializado en ejercicio oncológico, la natación es uno de los deportes que pueden practicar la mayoría de las personas sin tener en cuenta la edad, ya que dentro del agua se tiene un bajo impacto sobre las distintas partes de nuestro cuerpo lo que reduce al máximo la tensión de los huesos y las articulaciones.
Refiere que la natación puede ser practicada de muchas formas diferentes y adaptarse a las necesidades individuales de cada persona. En los últimos años, la variedad en el tipo de ejercicio de esta disciplina se ha ampliado con actividades terapéuticas.
“La práctica regular de este deporte hace que los músculos respiratorios adquieran elasticidad y movilidad. Los pulmones son capaces, consecuentemente, de tomar mayor cantidad de aire con lo que también las células del cuerpo se benefician con un mayor aporte de oxígeno. La expulsión de los gases de desecho al espirar resulta más eficiente. Los pulmones son órganos elásticos que dependen de la capacidad de contracción y expansión de los músculos de la pared torácica, para un buen funcionamiento. Estos músculos adquieren fortaleza y trabajan con mayor efectividad en respuesta a un ejercicio efectuado de manera regular”, expone.
UN ALIADO EN TERAPIAS Y PATOLOGÍAS
La natación favorece tan positivamente la salud de las personas que en los últimos años los profesionales de la salud la recomiendan para terapias y/o patologías como: asma, molestias musculares y articulares, hernias de disco, lumbalgia o pinzamientos, estrés, estimulación precoz, ayuda en dietas de adelgazamiento controlado, discapacidades físicas y motoras y autismo.
“Las posibilidades de la rehabilitación en el agua son muy grandes y abarcan muchas patologías: parálisis cerebral, miopatías graves, incluso autismo; eso sí, siempre bajo control médico. Personalmente he trabajado con los dos primeros grupos y he comprobado importantes resultados en todos los niveles”, advierte.
LA NATACIÓN Y LOS NIÑOS
Como todo aprendizaje, la mejor edad para empezar con la natación es de pequeños. Dice que la matronatación (0 meses a 3 años) permite que el niño afronte junto con su padre o madre el miedo que crea el agua por primera vez. Le aportan seguridad y refuerza en gran medida la confianza de los niños hacia sus progenitores.
A nivel físico contribuirá con la mejora de su sistema cardiorespiratorio al reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, lo que ayudará a controlar su peso corporal y prevenir la obesidad. Además, permite a los niños mejorar su equilibrio, su coordinación y su conocimiento del espacio. En esta edad la natación será una práctica deportiva segura en todos los aspectos.
“La práctica deportiva debe ser habitual entre los más pequeños. Los padres son responsables de crear en sus hijos un hábito que les ayuda a mantenerse sanos y equilibrados y les aporta beneficios psicológicos y sociales. La natación es de los deportes más completos, se trabajan todos los grupos musculares”, finaliza.
BENEFICIOS A LA SALUD
Es un hecho que, practicados de forma adecuada, todos los deportes favorecen la salud. Sin embargo, el especialista asegura que la natación tiene características especiales que no poseen otros tipos de ejercicios aeróbicos, por lo que aporta beneficios como:
· Gran resistencia cardiopulmonar
· Estimula la circulación sanguínea
· Ayuda a mantener la presión arterial estable
· Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares
· Desarrolla la mayor parte de grupos musculares --más de dos tercios-- del cuerpo
· Fortalece los tejidos articulares previniendo posibles lesiones
· Facilita la eliminación de secreciones bronquiales
· Mejora la postura corporal
· Desarrolla la flexibilidad
· Alivia tensiones
· Genera estados de ánimo positivos
· Mejora estados de ansiedad y alivia síntomas de depresión
· Relaja la excesiva tonicidad muscular de la tarea diaria
· Estimula el crecimiento y el desarrollo físico-psíquico
· Mejora el desarrollo psicomotor
· Favorece la autoestima
Varela enfatiza que hacer ejercicios en el agua permite una libertad de movimientos y posturas que no se pueden lograr fuera de ella, con el trabajo en seco. Tiene efectos psicológicos positivos, porque la persona está en un ambiente lúdico, a cierta temperatura, y eso hace que se relaje.