¿Alguna vez has oído decir que “los mexicanos siempre dejan todo al último”? La lista de útiles, los pagos, las tareas, el trabajo, las labores domésticas e inclusive el ejercicio y las metas…sin embargo, esta no es una cuestión de nacionalidad, sino de un problema que se llama “procrastinación”, tema del cual el día de hoy nos habla el Por Psic. Adán Contreras Contreras.
¿QUÉ ES?
“La procrastinación es el hábito de dejar para después (postergar, aplazar, etc.) actividades, situaciones o acciones que es necesario atender, remplazándolas por otras menos relevantes o más agradables”, afirma el especialista, añadiendo que la procrastinación es un problema de autorregulación y de falta de organización del tiempo. Por un lado, somos incapaces de ponernos límites a nosotros mismos y por el otro nos cuesta trabajo administrar nuestro tiempo, dando prioridad a tareas de menor importancia en donde se consume la mayor parte de nuestro día. “Además, quien pospone sus tareas y actividades, en el interior, es una persona evasiva”, enuncia.
SITUACIONES EN LAS QUE PROCRASTINAMOS
- Con nosotros mismos: Nos saboteamos al impedir que nuestras propias vidas mejoren; no hacemos ejercicio, no aprendemos nada nuevo, no aprovechamos las oportunidades de crecimiento, no dejamos malos hábitos, no resolvemos problemas familiares, etc. Esto nos lleva a la insatisfacción personal y la inseguridad.
- Con los demás: No atendemos nuestros compromisos adquiridos, quedamos mal con otros, incumplimos obligaciones laborales, no respetamos plazos, llegamos tarde a las reuniones, hacemos perder el tiempo a los demás, etc. Esto nos lleva a perder el respeto y la confianza de los demás.
- Cotidianamente: Aplazamos actividades necesarias del día a día como comprar la despensa, ir al banco, ir al médico, lavar la ropa, cocinar, ir al médico, hacerse estudios, etc. Esto produce sensación de desorden, de no poder cumplir hasta con lo más básico, de enojo y frustración debido a la acumulación de actividades.
¿CÓMO IDENTIFICARLA?
De acuerdo a la opinión del Psicólogo, es importante identificar las trampas que tú mismo te pones a la hora de realizar tus actividades. “Existen pensamientos trampa que nos inducen a procrastinar. Ejemplos de ellos son: ‘Ahorita lo hago rápido’, ‘Voy a ver mi celular y luego ya me pongo a trabajar’, ‘Juego otro ratito y ya me pongo a trabajar’, ‘Veré un rato la tele para distraerme’, ‘Voy a dar una vuelta y cuando regrese lo hago’, ‘Mañana ahora sí voy al gimnasio’ etc.”.
Estos pensamientos nos desvían de nuestro objetivo y si no los erradicamos salen nuevas excusas que no nos dejan actuar ni terminar absolutamente nada.
¿CÓMO DEJAR DE PROCRASTINAR?
- Identifica las excusas que tú mismo te pones y trata de erradicarlas cumpliendo con tu actividad en ese momento. Crea el hábito de llevar a cabo al momento lo que te dicen o piensas hacer, de esta forma no se te acumularán actividades y podrás destinar más tiempo a otras cosas que disfrutas hacer.
- Si realmente no puedes cumplir con esa tarea en el momento, entonces anótala en una agenda, pero poniendo fecha y hora. Haz el compromiso contigo mismo de que deberás llevar a cabo la actividad cuando se cumpla el plazo que tú mismo has establecido.
- Elimina los distractores cuando tengas que cumplir con una tarea o actividad. La vida moderna está llena de distractores que nos roban la atención, por lo que debes identificar cuáles son los que más te afectan y deshacerte de ellos hasta que hayas cumplido con tus tareas.
- Divide y vencerás. Cuando nos enfrentemos a una tarea que sea muy desafiante o tediosa podemos “partirla” en tareas más pequeñas, de esta manera nos será más sencillo ir completando éstas y así evitar la procrastinación.
REFLEXIÓN
Contreras Contreras advierte que es importante que los adultos enseñen a los pequeños a no procrastinar, inculcándoles que deben cumplir sin falta con sus tareas escolares y domésticas cotidianas. La mejor manera es el ejemplo y el seguimiento, por lo que de nosotros depende que los pequeños no sean esclavos del “ahorita”.
CONCLUSIÓN
“Todos procrastinamos, pero también, todos tenemos en nuestras manos la fórmula para dejar de hacerlo ¿cómo? Autorregularnos y mejorar nuestra administración del tiempo”. Si adquirimos estas dos habilidades, seremos capaces de minimizar la ansiedad que nos producen los pendientes y también de disponer de más tiempo para cuidar de nosotros mismos y nuestras familias.
CONTACTO
- Psic. Adán Contreras Contreras.
- Psicólogo y Tallerista en LU-NA Espacio de Desarrollo Integral Humanista
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