El páncreas tiene una función doble: una interna, bajo la liberación de hormonas a la sangre muy importantes en el equilibrio de la glucosa en el cuerpo (insulina y glucagón), otras hormonas con funciones digestivas (colecistocinina, que promueve el vaciamiento de la vesícula biliar; gastrina, interactúa con movimiento estomacal, entre otras); y la externa, con liberación de sustancias que degradan los alimentos para formar moléculas más simples que puedan ser absorbidas por el intestino.
Por lo tanto, la inflamación del páncreas, en forma aguda o crónica, puede ocasionar la pérdida de estas funciones. Aparece la Diabetes Mellitus de tipo 2, que requiere apoyo con medicamentos o insulina externa y síndromes de mala absorción.
Puede ser provocada por una elevación anormal de las grasas de la sangre, en especial los triglicéridos; el consumo y abuso de bebidas embriagantes, incluyendo las bebidas adulteradas; uso de ciertos medicamentos o provocado por la salida de una piedra de la vesícula biliar que obstruye la salida de tanto el líquido pancreático como la bilis hacia el intestino.
En pocos casos solo se desarrolla una inflamación leve, que provoca náuseas, vómitos y solo requiere manejo con líquidos intravenosos. La mayor parte de casos son graves, con riesgo de muerte, primero por deshidratación severa, que provoca fracaso de la función renal. Posteriormente problemas pulmonares, que requieren intubación y ventilación externa y los derivados de infecciones oportunistas por debilitamiento de las defensas del organismo.
Los pacientes que sobreviven a la pancreatitis quedan con problemas digestivos y diabetes de por vida. Es por eso la importancia de la prevención. Si es portador de elevación de las grasas de la sangre, antecedentes de pancreatitis en la familia, bebe con frecuencia o tiene problemas de piedras en la vesícula biliar, se recomienda que acuda con su médico para evitarla.
* Titular de Cirugía Ambulatoria IMSS UMAA.
Máster en Patología Mamaria y Senología.
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