Una mujer de poder, puede aplicar el conocimiento o sabiduría... Lo primero en el sendero es vaciar la tasa es decir, todo aquello que tiene que ver con tus creencias, apegos, hábitos de pensamiento y de comportamiento, adicciones emocionales y de otro tipo.
Ello implica atravesar el fango de tu propia negación a tu propia esclavitud al sistema, que te dicta la forma "correcta de vivir". Igualmente, atravesar el fango de tu propia tiranía a los demás pretendiendo que eres linda tierna y noble. Por otro lado, sumergirte en el pozo de las aguas profundas del miedo a ser tú misma.
Si pretendes seguir perpetuando un mundo calcificado de soberbia, sin profundizar y reflexionar en la necesidad de pedir perdón a quién sea necesario y en el “me equivoqué”, simplemente seguirás en la cárcel mental, en la intrascendencia del día a día, o evadiéndote en la caja del control mental.
La televisión, las redes sociales y los videojuegos te mantienen evadida, como en un juego de pelota, metida en una absurda competencia, pendiente de las revistas de moda, la farándula y la vida de artistas que están más insatisfechas que tú ahora.
Una mujer de poder sabe la necesidad de asumir la responsabilidad de su propia vida, desde adentro, sabe que la ignorancia es una de las cosas más peligrosas, porque te conduce a una estupidez concienzuda.
Se acercan tiempos revueltos y confusos. A donde quiera que vayas llevas tu propio bagaje, tu historia personal, que se encuentra con las historias personales de los demás.
Se vuelve imperativo que aprendas a identificar tus verdaderos estados emocionales, las interrelaciones, ese miedo, esa agresividad y tu sexualidad conflictuada, que se encuentran en la zona oscura, en tu sombra, porque de no ser así seguirás siendo una mujer que no es consciente de que en cada encuentro con los demás, ya sea de pareja, de amistad de familia, en lo profesional y laboral, así como lo social, tu sombra saltará a la luz cuando irónicamente lo que quieres mostrar es tu propia luz.
Si quieres viajar ligera es necesario que reúnas energía para que tengas la suficiente voluntad y serenidad, sobriedad emocional y equilibrio en tus sentimientos, lucidez y claridad mental en tus pensamientos; para ello es necesario un profundo trabajo interior, para afrontar los cambios convulsos y confusos que se acercan ya.
Como sacerdotisa y mujer consciente de tu sexualidad, es importante el equilibrio interno entre tu energía femenina y masculina.
Si vives internamente en desequilibrio, te sientes conflictuada porque vives más desde el afuera que desde el adentro. No ser consciente de esto te aleja de la fusión del adentro y el afuera, del femenino y el masculino de tu energía.
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