En una festividad como el día de las madres, donde el chocolate no puede faltar, unas paletas artesanales con mensajes personalizados son el mejor aliado para los hijos más cariñosos o aquellos más tímidos que no se atreven a decir a viva voz un "te amo".
La artesana chocolatera Samantha Carrión elabora desde hace cuatro años estos dulces, con los que es más fácil expresar un "felicidades mamá" o proclamar que es la "mejor mamá del mundo".
"Es un símbolo de amor, de cariño, de hacerle saber a la mamá que piensas en ella", comenta la creadora de Sweet Cake México en una entrevista.
Carrión ofrece sus paletas artesanales, que elabora para fechas especiales y eventos como bautizos y bodas, durante todo el año, pero para San Valentín y para el día de las madres elabora productos con un relleno especial.
Dentro de la cubierta de chocolate crujiente semiamargo se esconden nueces y cerezas, fruto que, explica, reserva para esos días especiales del año porque su color rojo intenso hace alusión al amor.
Por motivos como este, regalar chocolates el día de las madres va más allá del mero gesto: "La mamá simboliza la felicidad, es lo que nos da alegría en la casa", y eso es lo que queda reflejado gracias a ese detalle.
Además de dar a la madre un dulce que es "innovador", las paletas tienen el "plus" de venir con el mensaje grabado en la oblea comestible, elaborada a base de harina de arroz.
Entre las paletas, además, hay algunas con mensajes divertidos que hacen referencia a frases que están en boca de la mayoría de madres mexicanas, como "porque soy tu mamá y punto", "¿y si lo encuentro, qué te hago?" o "cuando tengas hijos me vas a entender".
Esta idea responde a una estrategia de "diversificar" los mensajes, porque muchas veces, las paletas se regalan a mujeres que no son la madre de quienes ofrecen el regalo.
"Le puedes regalar a una amiga que es mamá una paleta con otro mensaje que no diga 'felicidades mamá' o 'te amo'", razona la artesana.
Al momento de degustarlo, además, el chocolate da felicidad: "Dicen que todo lo cura, desde un raspón hasta un desamor", así que no puede haber nada mejor que el hijo vea a la mamá contenta.
Cuando llegan ocasiones especiales, Carrión, quien trabaja desde su propia casa en Ciudad de México, se afana en sacar a tiempo los pedidos que recibe tanto por la página de Facebook de su empresa como de quienes le hacen encargos porque ya conocen su trabajo.
"Esto no lo encuentras en un centro comercial o en una tienda de dulces, (me gustaría) que pudieran adquirir mi producto en una tienda", concluye.