¿Alguna vez te has quedado atrapado (a) en un pensamiento que no te deja en paz y no llegas a ningún lado con él? En muchas ocasiones podemos ponerles el adjetivo de obsesivos, negativos, catastrofistas, inútiles y rumiantes. Darle vueltas sin parar a aquello que nos preocupa no sólo no sirve de nada, sino que es dañino y causa fatiga emocional. Para salir del bucle existen técnicas que funcionan siempre que seamos persistentes y para conocerlas acudimos con el Psicólogo Adán Contreras, quien nos habla sobre el tema.
“La Rumiación o pensamiento rumiante sucede cuando nos enganchamos mentalmente a una idea o pensamiento, dándole vueltas y vueltas sin encontrar una solución o tomar una decisión”, afirma, por lo que podemos decir que es cíclico o circular por que recorremos los mismos caminos una y otra vez y repetimos los mismos patrones de pensamiento.
SUS CONSECUENCIAS
El cerebro es un órgano maravilloso que está diseñado para resolver problemas y el pensamiento rumiante desequilibra sus funciones al no ser capaz de salir de ese ciclo. Algunas consecuencias de este desequilibrio.
- Tener la sensación de estar en un laberinto sin salida.
- Limitación de nuestra capacidad de toma de decisiones.
- Estrés y tensión emocional.
- Incapacidad de fijar metas a largo plazo, debido a que el pensamiento se encuentra sumergido en un ciclo sin fin que no te permite ver más allá del corto plazo.
- Falta de creatividad y pensamiento crítico en todos los aspectos de la vida.
- Podemos experimentar síntomas de ansiedad y depresión ansiosa.
¡COMBÁTELO!
Para evitar el pensamiento rumiante te sugerimos llevar a cabo lo siguiente:
- Analiza si eres de las personas que les dan muchas vueltas a las situaciones y no concretas una solución. Haz un recuento de todas las veces que tú mismo te has encontrado pensando por días, semanas o meses en una cosa o situación, ya sea del pasado o del presente, que no te deje realizar tus actividades o que te haga sentir incómodo.
- Si del análisis anterior descubres que coincide con lo mencionado, trata de identificar si lo que te cuesta es tomar decisiones o ejecutar una decisión ya tomada. Esto te ayudará a clarificar mejor cuál es tu debilidad y te permitirá trabajar sobre ella.
- Entrena tu atención para que siempre puedas ponerla donde debe estar y no donde ella quiere estar. Realiza ejercicios de respiración y de atención dirigidos a diferentes objetos para que puedas enfocar y recuperar tu atención y evites distraerte con las mismas ideas.
- Finalmente trata de establecer tiempos muy específicos a la hora de tomar decisiones, puede ser de 30 minutos a 1 hora. Una vez que hayas tomado la decisión, ponle fecha a la ejecución. Con esto estarás a un paso más de evitar caer en esta trampa mental.
CONTACTO
- Psic. Adán Contreras Contreras
- Tallerista y Terapeuta.
- LU-NA Espacio de Desarrollo Integral Humanista A.C.
- 2222 15 12 56.
- desarrollohluna@gmail.com