Si bien es cierto que nuestros amigos de cuatro patas nos profesan un cariño tan incondicional que nosotros debemos corresponderles y quererlos como se merecen, eso no significa que los debamos tratar como seres humanos, porque su naturaleza es diferente y el hacerlo puede dañarlos mucho más de lo que te imaginas.
Para entender la verdadera esencia de los perros y las graves consecuencias de humanizarlos platicamos con Daniel Arjona, experto en adiestramiento canino, quien expone por qué no debemos tratarlos como bebés, alimentarlos tres veces al día, darles de nuestra comida, ni ponerles ropa.
“Muchas veces los propietarios tratan de explicarle las cosas como si fuera niño y le dicen: ‘oye, no hagas esto amor mío’… así el perro no entiende y empieza a tener muchos problemas. La gente lo puede querer, consentir y apapachar todo lo que quiera, pero sin sacarlo de su naturaleza.
“Ahora la gente en nuestra cultura cada vez tiene menos hijos o en ocasiones se van muy pronto, entonces empezaron a tener a los perros para sustituir esa ausencia. El dinero que se invertía antes en los hijos ahora se gasta en los perros, por eso venden tantas cosas en las tiendas de mascotas”, asegura.
¿CUÁL ES LA NATURALEZA DEL PERRO?
Añade que los ellos actúan basados en instintos y recuerdos, no entienden nuestras palabras, solo escuchan sonidos. Están acostumbrados a una disciplina muy estricta desde que nacen, impuesta por su mamá que, aunque juega mucho con ellos, hay ciertas cosas que no les permite hacer y les enseña mediante un gruñido y una mordida, solo lo hace una vez y con eso el cachorro aprende. En varios artículos del mes de febrero, respecto a cómo educar a tu perrito, ya hablamos de este tema.
Nosotros lo que hacemos si el perro mordió un zapato, por ejemplo, nos enojamos, lo correteamos, le pegamos, lo sacamos al patio y lo dejamos encerrado ahí, dizque para que sepa que es un castigo, pero él así no entiende. Si lo veo que mordisquea el zapato y en ese momento lo corrijo, entonces sí, asegura.
Agrega que a un niño le podemos explicar: “oye, te comiste mi comida hace una hora, no lo vuelvas a hacer” … el cachorro tiene que ser enseñado como aprenden entre ellos, eso no significa que nos vamos a volver unos tiranos con él y lo vamos a maltratar. Además, debemos enseñarles desde pequeños y no dejarles hacer todo lo que quieran, porque en muchos ya más bien casos ellos controlan a los dueños y cada vez hay más problemas de conducta.
Otra cuestión es que nunca necesitan usar suéter y mucho menos si duermen afuera de casa, porque la prenda se moja con el rocío matutino y si se los dejas puesto así mojado todo el tiempo se va a enfermar. Si el rocío cae en su pelo, como es muy denso no pasa nada y la temperatura normal de su cuerpo es de 38°C, no les da frío.
PROBLEMAS DE CONDUCTA
El principal asunto es que los perros son animales de manada y hay jerarquías, hay jefes y subordinados. Cuando el perro vive con nosotros para él componemos su manada y al madurar su instinto le dice: “tú vas a ser el nuevo jefe”. Si el perro fue educado al estilo humano, no te tiene ningún respeto y cuando ese instinto aparece, te muerde.
“Si desde pequeños aprenden como es debido, ese desafío no va a existir y si existe es muy leve; pero si no, todo mundo en la casa le va a tener miedo y el perro va a hacer lo que quiera (…) y el día que quieras obligarlo, te muerde; pero la culpa no es de él, sino tuya porque así le enseñaste.
“Pueden acabar con tu casa si no los educas bien, ese perro que ya te destruyó tu mesa, computadora o teléfono, si no encuentras a quién dárselo, lo sacas a la calle y aumenta el número de perros callejeros en lugar de reducirlo, porque no es posible vivir con un perro que hace lo que quiera adentro”, asevera.
CÓMO EVITARLO
Arjona enfatiza que, si lo hacemos como nuestros abuelos o papás, que sabían vivir con los animales, cómo enseñarles a no morder los muebles ni orinarse adentro, entonces no vamos a tener esos problemas, ni vamos a llegar al extremo de querer deshacernos de ellos.
“Si no lo educaste bien, para corregirlo se debe caer en castigos excesivos para quitarle las mañas que ya permitiste que crecieran. Es como apagar un fuego: si está iniciando lo pisas y se acabó, si quieres apagarlo cuando ya es una llamarada, no puedes; es lo mismo con el perro: si ya está grande, tienes que pelearte con él, literal, y ganar, para no llegar al extremo de que ya no lo quieras, lo saques a la calle o lo duermas”, concluye.
- A tu perro lo puedes querer, consentir, apapachar y acariciar todo lo que quieras, pero hay reglas que tiene que seguir, de lo contrario acabará en la calle o lo sacrificarás