Más de trescientas cincuenta personas asistieron a la posada que como cada año, desde hace veintisiete, lleva a cabo para mantener vivas las tradiciones.
La posada tuvo lugar en la terraza panorámica del recinto donde entre villancicos, ponche, chocolate y ricos antojitos, los presentes disfrutaron la velada en feliz convivencia con Otrébor, mascota del museo quien trajo alegría a los más pequeños.
Durante la velada algunos jugaron lotería y otros participaron en un taller de piñata; la más afortunada, María Blanca Cervantes, quien arrulló al niño Dios.
En el evento estuvo presente el director general del museo, Ramiro Martínez, quien agradeció la preferencia del público que cada año los distingue con su presencia y no deja de asistir a talleres, cursos, conferencias y exposiciones que se realizan durante el año.