En la actualidad es difícil imaginar un festejo en familia, una cena entre amigos o un viaje, sin dejar un testimonio gráfico del acontecimiento, cualquier situación que vivamos está a solo un touch de quedar inmortalizada en una imagen.
La llegada de la fotografía digital y los dispositivos móviles multiplicaron el número de imágenes y videos que tomamos y guardamos. También transformaron el contenido de estos y los métodos con los que capturamos, organizamos y compartimos. Por ello, entre tanta abundancia y variedad, la tarea de organizar las fotos y videos personales se ha vuelto más compleja y tediosa.
"Dicen que una imagen vale más que mil palabras y es que nos brindan mucha información", asegura la psicóloga la psicóloga Lucy Tam del Encuentro Comercial Sustentable Tameme. Expone que dependiendo de tu personalidad o de lo que quieres compartir serán las fotos que más acumularás. A lo mejor eres alguien muy afortunado que viaja mucho, entonces guardarás las de los lugares que visitas o si quieres aparentar que tienes una familia feliz, son las que compartirás.
Además, apunta que hay que tener cuidado y no caer en la trampa de querer construir algo que no es real a través de lo que cuentan tus imágenes, y es que esa tendencia va en ascenso en redes sociales.
Es justamente ahí, en las redes sociales, donde nos damos vuelo para subir videos y fotos para compartirlos con el mundo entero. La posibilidad de acceso a todas esas redes es que hace que queramos tomar tantas imágenes como nos sea posible para que nuestros amigos y familiares, y hasta aquellos que no nos conocen, vean como estamos pasando el rato, lo que comemos, bebemos, vestimos, lo que hacemos y lo que nos gusta o disgusta.
Por otro lado están los selfies que reflejan nuestra naturaleza y personalidad, pero ¡aguas! porque la forma en como estos influye en la vida de algunas mujeres y hombres es tan extrema, que a veces hasta los lleva a cambiar su apariencia para sentirse mejor con las fotos que se toman.
Las fotografías y videos que hacemos con el celular representan momentos y aspectos significativos de nuestra vida, reflejan nuestra propia historia y forman un compendio único de recuerdos y vivencias. Por ello son una de las colecciones que más atesoramos y nos resistimos a borrarlas, aunque no las utilicemos.
Sentimos la necesidad latente de interactuar con los demás y lo que nos rodea, estar cerca, querer estrechar lazos que nos ayuden a sentirnos mejor, preservar nuestra memoria de una forma duradera como la foto digital.
El deseo de retratarlo todo se ha vuelto una obsesión. Por eso hay quienes hacen varias tomas de la misma foto por si alguna sale mal, y no es mala idea, pero quizá lo mejor sea seleccionar y conservar solo aquello que vale la pena.
La psicóloga enfatiza que también hay que tener en cuenta que cada vez que tomamos una foto o hacemos un video, quedan registrados en la memoria del teléfono ¡y no solo eso!, muchas veces se almacenan en la nube de manera automática y eso causa contaminación al medio ambiente, es conocida como basura digital o cibernética, es información que circula en nuestro equipo y no es útil. Por eso no conviene guardar tantas imágenes y video en nuestros dispositivos que al final no vamos a utilizar.
No esperes a tener tiempo para ordenarlo todo, en el momento que capturas una imagen o haces un video, revísalo y deshazte de los que no te gusta.
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