Existe un refrán muy sabio que dice: “no soy monedita de oro para caerles bien a todos”, pero a veces, aunque aseguremos estar conscientes de ello, solemos decirlo de “dientes para afuera” cuando en el fondo tratamos desesperadamente de lograr la aprobación de otras personas en todo lo que hacemos; en este proceso podemos llegar incluso a olvidarnos de lo que realmente nos satisface o nos beneficia.
“Desde pequeños nuestros padres nos condicionan, de la misma forma en que ellos ya han sido condicionados por el sistema familiar, educativo, religioso y social que, en términos generales, nos dice que un buen niño o niña es tolerante, no grita, no se porta mal… y cuando hay manifestaciones no gratas para nuestros padres, surge el castigo por medio del rechazo, del abandono, de la humillación o de la injusticia, entre otros”, afirma Jaquelin Machado, profesional de la salud mental con especialidad en coaching multidimensional e instructora en desarrollo de consciencia.
Añade que este condicionamiento nos introyecta la necesidad de agradar, primero que nada, a nuestros padres y con ello surge la búsqueda continua de aprobación y aceptación, con lo que llegamos a aguantar muchas situaciones con tal de ser aceptados y, aunque definitivamente no es posible caerles bien a todos, de forma inconsciente muchas veces tratamos de conseguirlo para sentirnos importantes, calmar la ansiedad que genera el rechazo y de esta manera el afuera dicta, de diferente forma, nuestra propia valía de ser humanos.
“Lo increíble es que decimos que no nos importa agradar a los demás y ser aceptados, pero en el fondo hay una voz que continuamente dicta, por medio de juicio autocastigo, no ser lo suficientemente merecedores de aceptación y muchas veces caemos en esquemas irracionales de comportamiento, con tal de ser aceptados o llamar la atención, aunque sea de forma no muy grata”, asegura.
LA ADICCIÓN A LOS LIKES EN REDES SOCIALES
Desde antes de que existieran las redes sociales ya estaba presente esa necesidad de caer bien y de aceptación, pero esto se ha hecho notoriamente agudo por estas plataformas, pues la gente tiende a mostrar solo aquellos aspectos ideales de sí mismos, ahí todos parecen felices, parecen ir a los mejores lugares, tener la mejor vida y la trampa es basar un esquema de autoestima en el número de likes a cualquier cosa que se suba a los perfiles, ya sea de Facebook, de Instagram, de Tik Tok, de Twitter y demás, expone la entrevistada.
Aclara que las redes sociales no son ni buenas ni malas, pero el uso que les damos, como una búsqueda frenética de aprobación, ha desfasado en proporciones irracionales nuestra necesidad de ser aceptados, cuando escondidos detrás de un dispositivo falseamos nuestra propia identidad y nos alejamos cada vez más de nuestra verdadera esencia, para incrementar también la baja tolerancia a la frustración y al rechazo.
LAS CONSECUENCIAS AL NO LOGRAR EL EFECTO ESPERADO
Cuando no conseguimos la tan anhelada aceptación, la autoestima que de por sí ya estaba fracturada, tiene un quiebre mayor y se generan episodios de depresión, de una gran ira contenida y todo ese rechazo se vuelca entonces en agresividad y en un deterioro del equilibrio emocional de la persona, agrega Machado.
“Los cuadros de ansiedad pueden incrementar de tal forma que se cae en una compulsión por subir memes cargados de mensajes, de indirectas a cierto grupo de personas que se tienen por ‘amigos’ en redes sociales, porque es tal ya la desconexión de sí mismo, que muchas veces ya no se habla desde el corazón, sino desde la programación de frases que otros han dicho y que las tomamos como nuestras, generando un círculo vicioso de alejamiento de nuestro propio ser esencial.
“En una generalidad, las personas caen en comportamientos infantiles, tales como bloquear a ciertas personas, agredir por las mismas redes, exagerar aún más un perfil deseable y también caer en excesos al mostrar incluso el propio cuerpo en formas degradantes, con tal de llamar la atención a toda costa y otras cuestiones más por el estilo”, explica.
HASTA DÓNDE PODEMOS LLEGAR
Si una persona tiene un quiebre de autoestima y una sensación de complejo de inferioridad, en la que siempre se comparamos con los demás en forma negativa, esto la puede llevar a ser capaz de aceptar la humillación, la renuncia a sus propios gustos y a su misma esencia, con tal de no ser abandonada, con tal de ser aceptada, con tal de no ser rechazada, asevera.
Advierte que, en la vida real, sin redes sociales, la sensación de soledad puede ser tan aguda que, con tal de no estar solos, podemos aceptar ingerir sustancias, drogas o ir a ciertos lugares, con personas que ni siquiera son gratas para nosotros, con tal de no ser juzgados. Podemos prestarnos al juicio y la crítica hacia otros, para no ser víctima de esas mismas críticas, cuando en el interior hay una gran incomodidad por este comportamiento inadecuado.
Se puede caer también, indica, en relaciones sexuales sin consentimiento, con un condicionamiento y un muy aparente consentimiento, caer en relaciones de amistad y de pareja tóxicas, o hasta adoptar una personalidad que sea antagónica a nuestra forma natural de ser, en la cual incluso nos escondemos de los padres o de los hijos para llevar una doble vida.
LIBÉRATE DE ESA ANSIEDAD
Para liberarte de la continua ansiedad originada por la búsqueda de reconocimiento de los demás, es importante que ubiques el motivo u origen del por qué buscas tanta aceptación. Al mismo tiempo, debes ser conscientes de que a veces tú mismo tampoco te aceptas y trabajar en ello, para adquirir la consciencia y madurez de que no vas a ser aprobado por toda la gente y eso está bien, no pasa nada; ni tú vas a aceptar a todo el mundo y eso tampoco está mal, entonces se trabaja fuera de los juicios de valor, recomienda Jaquelin.
QUÉ HACER CUANDO LE DESAGRADAS A ALGUIEN
Si te topas con alguien a quien sabes que no le agradas, ubica primero que posiblemente es una proyección de algo que no aceptan en ellos mismos y lo reflejan en ti. Si te enganchas con el hecho de que no has ganado la aceptación de los demás, entonces es importante dar una mirada hacia tu interior, trabajar sobre aquellos aspectos que surgen a la superficie de tu conciencia y que te generan ya sea culpa, ansiedad, preocupación o estrés por el rechazo que sientes, para que comprendas que no todo tiene que ver contigo; aunque sea un tema de no agradar a los demás, no te lo tomes tan personal.
SUGERENCIAS PARA QUE NO TE IMPORTE
La especialista nos da algunos consejos y sugerencias para sentirnos libres de la búsqueda de aprobación:
- Identifica en qué momentos y bajo qué contextos tu ansiedad por la búsqueda de aprobación se incrementa.
- Aprende que la persona más importante en tu vida eres tú mismo.
- En la medida en que tienes un autoconocimiento sobre ti, te aceptas, te respetas y te amas a ti mismo, puedes vincularte con los demás sin buscar su aceptación y aprobación.
- Identifica que muchas veces, al pretender que no te importa la aceptación de los demás, en realidad la disfrazas de arrogancia y prepotencia, porque son las máscaras con las que te cubres.
- Sé consciente de que hay personas que no tienen por qué aceptarte y eso no tiene nada que ver con tu valía como ser humano, porque recuerda que tú tampoco aceptas a todo el mundo, pero sí puedes respetar y ser tolerante con las diferencias.
- No te tomes las cosas como personales.
- Recuerda que muchas veces el rechazo que otros tienen hacia ti parte del rechazo que tú tienes de ti mismo en el interior, ya que muchas veces lo que afuera se manifiesta es reflejo de lo que internamente no has resuelto.
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Todos pasamos por diferentes momentos de vida y experiencias, y todas forman parte de un aprendizaje de vida. Al ser consciente de ello, te das cuenta de la importancia que tiene el vivir en el presente y liberar las programaciones del subconsciente grabadas en tu pasado. Si aprendes a soltar, una vez aprendido esto, te liberas de la constante búsqueda de aprobación y aceptación.
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