Esta herida surge cuando de niños sentimos que quieren que seamos algo diferente de lo que realmente somos; surge la herida narcisista, una lesión profunda en la experiencia de ser lo que realmente somos: “Así no, necesito que seas de otra manera”.
Los padres son bastante narcisistas, ven al hijo como un objeto que tiene que responder a sus necesidades, no como un niño que tiene derecho a crecer como es. Y esas necesidades pueden ser: que ayuden a criar a sus hermanitos, que ayuden en casa, que sean objeto de cargas emocionales, miedos, agresiones, frustraciones amorosas, sexuales, es decir, que se hagan responsables de aquello para lo que todavía no están preparados.
“No seas quien eres, la persona que eres me decepciona, me amenaza, me enoja, me sobre-estimula, sé quien yo deseo que seas y yo te amaré”. “Hay algo mal en mí tal como soy. Debo ser especial”. Entonces crea una imagen todopoderosa para llenar las expectativas del ambiente. Busca controlar, poseer, dominar, encubre su vulnerabilidad y sensibilidad.
Perciben a las personas como objetos manipulables, que no piensan, no sienten, sus relaciones amorosas tienden a ser de objeto a objeto, “no conectamos, no sentimos, no amamos. Así no siento y no sufro”.
Se imponen con agresividad y fuerzan a otros a cumplir su voluntad, intimidan y someten. Creen que el mundo es hostil, agresivo y es con hostilidad que buscan satisfacer sus necesidades. Buscan mucho reconocimiento. Intentan hacer a los otros dependientes de ellos. Manejan un pensamiento excesivo y obsesivo para el control y dominio de todo. No hay confianza para recibir.
MÁSCARA: poderosos, protectores, encantadores y seductores, pueden ser camaleónicos, ser lo que tú quieras que sean, así estás en sus manos. Dominan el ego en la personalidad, muy racionales, centrados en sí mismos, idealizados, interesados en su imagen corporal
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Su poder por encima del amor, son arrogantes, ellos ponen las reglas. Mienten inofensivamente, aparentemente sin culpa. Les atrae lo que vaya por encima de la ley, leales a los que se parecen a ellos, no toman, arrebatan. Dependientes de otros, les crea ansiedad la separación, valientes, todo lo pueden y todo lo saben. Con ellos estarías a salvo.
Hay terquedad, venganza, contradicción, como el masoquista, a no moverse, no cambiar. En el fondo se sienten con mucha inseguridad, poco importantes y vulnerables, con miedo a ser derrotados.
SER INFERIOR: es decir no al amor, apegados al poder por encima de los demás, miedo, rabia destructiva, odio, culpa, orgullo, desprecio y uso de los demás. Vivir para la venganza, no confiar en el mundo, indulgencia en su voluntarismo cruel, lastimar, negación a la consciencia.
SER SUPERIOR: Tienen un gran y poderoso corazón, con grandes habilidades de liderazgo, don de gentes, capacidad para convocar y dirigir gente, cuentan con habilidades verbales y ejecutivas; son carismáticos, creativos, generosos, versátiles, sensibles a los temas de injusticia, les inspira luchar por las causas justas. Tienen un poderoso Core dotado de abundante energía, habilidad ejecutiva y maravillosos dones de innovación y creatividad.
La terapia los ayuda a regresar a casa, a la conexión con su interior, a escuchar su verdad y conectar con lo que realmente son, implica identificarse con las cualidades de su ser superior y su simple humanidad. Llegan a terapia porque algo en su vida se ha salido de su control.
Inicialmente no buscan transformar su carácter, ni siquiera pensarán que ello los ha llevado a esta crisis, sino que quieren alivio, solución, regresar a su compensada manera de vivir; la meta es que logren sentir su corazón, experimentar el contacto de corazón a corazón e ir confiando en su voz interior y en el poder con corazón, aprender a relacionarse respetándose y respetando a los demás en una relación de persona a persona.
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Trabajos con pérdidas, duelos, angeloterapia.
Niños, adolescentes y adultos.
