Puebla es reconocida como una ciudad rica en cultura e historia, además de ser multifacética, ocupa un lugar destacado en la historia en el mundo del vino para México y el continente americano.
Si bien, Casa Madero, ubicada en el norte del país en Parras, Coahuila, es reconocida como la vinícola más antigua en toda América la cual fue fundada en 1597, el origen de la actividad vitícola y vinícola en la región remonta mucho más atrás, para ser más precisos comienza en el estado de Puebla, incluso mucho antes de que la ciudad fuera fundada.
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La historia comienza entre 1520 y 1525 durante la colonización de la Nueva España, cuando los franciscanos se establecieron en el territorio para iniciar su labor de evangelización. Para conseguir realizar sus actividades, el territorio de lo que hoy conocemos como Puebla, se convirtió en un punto estratégico entre la ruta del puerto de Veracruz y la Ciudad de México, conocido en ese entonces como la gran Tenochtitlán.
Sarmientos de uva misión
Los franciscanos construyeron la vitivinicultura como la esencia de la doctrina católica en el Nuevo Mundo y parte fundamental de la eucaristía, pero traerlo desde Europa durante la colonización era una tarea titánica debido a que los flujos de comercio no estaban del nada consolidados ni con la fortaleza de hoy en día. Entonces, optaron por traer sarmientos de vid en lugar de vino.
La ruta comenzaba en puertos del reino de España, pasaba por Canarias para reabastecerse y cargar el sarmiento dormido, luego continuaba su viaje hacia la Nueva España. Los sarmientos, eran principalmente de la cepa Listán Negro, hoy conocida como "uva misión" en México, se introdujeron en el territorio americano para iniciar la viticultura local.
Éxito de la plantación y producción de vino
A medida de que la colonización avanzaba, los franciscanos construyeron sus conventos en la región y a la par llevaron a cabo su vocación por la agricultura para plantar extensas áreas de viñedos en la parte trasera de dichos conventos, consagrados únicamente a la elaboración de vino en cada una de las misiones que los padres fundadores tenían, este sistema no solamente determinó el nacimiento de la viticultura en Puebla, sino también formó regiones como Borgoña que bajo el mismo modelo lo llamaron “Clos”.
La producción de uva para la elaboración de vino en Puebla resultó ser un éxito, dando como resultado la primera región vitivinícola en toda América. Esto, gracias a las condiciones climatológicas del territorio, debido a que presenta inviernos muy fríos lo que permitía el fácil transporte de la vid dormida hacia otros territorios de la Nueva España y los territorios de la colonia, específicamente al virreinato de la Plata del Perú y, finalmente, expandirse por toda Sudamérica.
Para 1531, cuando Puebla es fundada por primera vez, se comienza a tener los primeros registros documentados sobre la plantación y producción de vino para consagrar, descrito por los franciscanos, el cabildo del virrey y por Fray Juan Zumárraga quien fue el padre fundador de Puebla y que da constancia en sus crónicas.
Puebla la región vinícola más antigua de América
Actualmente en los principales conventos de la época, ubicados en Huejotzingo, Tepeaca, Calpán y Cholula se pueden observar frescos dónde se logran apreciar cómo dibujaban las plantaciones de vides y uvas, dando a demostrar que Puebla fue y es una región vinícola de origen. También dentro del Museo del Vino Mexicano ubicado en Valle de Guadalupe, existen documentos oficiales que reconocen a Puebla cómo la primera región vinícola del territorio de la Nueva España y de América que produjera vino para la eucaristía.
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En conclusión, la historia del vino en Puebla se reconoce como la región más antigua, no sólo de México, sino de la América misma y al mismo tiempo como una de las regiones más jóvenes del país y a la par de las más prometedora, con un legado que se está recuperando y que continuará vivo para la cultura vinícola contemporánea y de nuestra historia.
Para adentrarse en el fascinante mundo del legado vinícola en Puebla y México, invitamos a continuar explorando esta historia. La riqueza de tradiciones y la pasión por el vino son solo el comienzo de un viaje que promete descubrimientos inolvidables. Esta historia continuará develando los secretos y la grandeza de la cultura vinícola de esta región a través de un viaje entre letras, historias, platillos y momentos que nos hacen ser Poblanos.