Hoy en día las terapias psicológicas ya no tratan solamente de hablar con un profesional y decirle tus problemas, sino que han evolucionado muchísimo y cada vez se utilizan más herramientas de apoyo para poder superar alguna situación emocional que atravieses en un momento determinado; tal es el caso de la musicoterapia, que funciona como un coterapeuta.
Para entender de qué se trata, entrevistamos a Swami Deva Râga, especialista en musicoterapia, quien, junto con Deva Ámbar, profesional de la salud mental, organiza talleres grupales en diversos espacios aptos para un retiro en el bosque, en los que se llevan a cabo actividades que incluyen tanto esta herramienta como meditaciones, caminatas en la naturaleza y un ritual lakota, del que hablaremos más adelante y que están encaminadas a sanar la mente del miedo al Covid-19.
La musicoterapia, explica Râga puede ser tanto personal como grupal y se hace en dos vertientes: receptiva, con música pregrabada o activa, con instrumentos musicales que se usan como extensiones de las emociones de quienes participan; por ejemplo, si sientes cierto tipo de emoción en este momento, el terapeuta te pide que elijas un instrumento que la represente, ya sea corporal o mentalmente en alguna situación existencial.
Agrega que muchas veces los terapeutas, que toman un entrenamiento de psicoterapia para poder acompañar a las personas, solo guían el proceso; la música hace todo lo demás y juega un papel increíble para ayudarles a “desenmarañar” lo que está en la cabeza del paciente; funciona como una herramienta para lograr, de una manera más rápida, poder entrar específicamente al conflicto del paciente o, en su caso, en un ejercicio estructurado grupal, por ejemplo, para trabajar el miedo.
¿A QUIÉNES VA DIRIGIDA?
Comenta que existen varios tipos de musicoterapia, algunas van dirigidas a hospitales, personas con algún trastorno mental, corporal o con enfermedades degenerativas, pero él se entrenó en los métodos: “GIM”, creado por la norteamericana Helen L. Bonny y uno mexicano que se llama “Musicoterapia humanista” de Víctor Muñoz.
En estos se atiende a personas que buscan una manera sana de manejar sus emociones por algún problema obsesivo compulsivo, neurosis o estrés. Asegura que se enfocan a personas que quieren crecer, todos los “neuróticos anónimos”, que la verdad la mayoría hoy tenemos un poco de eso, y más ahora con la situación que vivimos. Básicamente está enfocado a todas las personas que quieran tener una conexión con su cuerpo – mente - emoción y que deseen tener salud mental.
¿EN QUÉ ASPECTOS AYUDA?
Afirma que la musicoterapia puede ayudar a la salud del sistema inmunológico y explica que la combina con meditaciones en las que genera un puente entre las melodías, los instrumentos musicales como maracas o tambores, por ejemplo, y el movimiento corporal; estas no son solamente de sentarte a escuchar tu respiración, sino que han evolucionado mucho; son muy intensas, de moverte, sacudirte.
“La musicoterapia prácticamente puede trabajar cualquier área, como el estado de shock, los de pánico, los de ansiedad, el Trastorno Obsesivo Compulsivo, la neurosis, los problemas psicosociales, temas de pareja, muerte, duelo, emociones reprimidas, contenidas, sobre-exigencia, exceso de control; hoy en día todos necesitamos una parte que nos ayude a reconectar con el presente, porque estamos siempre enfocados hacia el futuro o el pasado”, afirma.
¿CÓMO FUNCIONA?
“Por ejemplo, en los talleres que se ofrecen en el bosque la musicoterapia cumple varios papeles, se une con las mencionadas meditaciones en una sola rama, porque ambas tienen una finalidad: ayudar a las personas a tener un espacio para entrenar su mente a que esté en función de nosotros y no nosotros en función de nuestra mente”, asevera.
“Si voy a trabajar el miedo, por ejemplo en un grupo de personas, lo hago con la musicoterapia. Ya sea que elija un programa musical para ayudar a los participantes a que entren en este sentimiento, porque generalmente tendemos a evitar o evadir las emociones que más conflicto nos producen, sobre todo las que no están “permitidas”, como el enojo o tristeza, o tendemos a ser muy expresivos a ratos, nos victimizamos o maximizamos las emociones.
“Hacemos programas para que estas tengan una manera sana de expresarse, llevar al grupo o paciente a la catarsis para que, a través de esta, puedan limpiar todo lo que necesita su cuerpo hacer para liberarse y a través de esta liberación generar un estado de mayor conexión con su mente, de mayor sanidad y que el sistema inmunológico se mantenga sano”, finaliza.
TALLER “SANANDO MI MENTE DEL COVID”
Este fin de semana, los días sábado 20 y domingo 21 de marzo, se llevará a cabo este taller en la “Ermita del Silencio” ubicada entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. La experiencia, que incluye también hospedaje y alimentos, consiste en musicoterapia, meditaciones AUM, además de una caminata y ritual lakota (unos nativos americanos del norte-centro de Estados Unidos) en el bosque. Se trata, sobre todo, de una integración con la naturaleza, explica Gerardo Gómez de Alvear, uno de los organizadores.
El taller, que inicia a las 10 de la mañana del sábado y concluye alrededor de las 3 de la tarde del domingo, nace por todos los efectos del confinamiento que no ha concluido, por el querer transmitir los conocimientos y compartir actividades en la naturaleza, que nos hagan llegar a revitalizarnos y estar mejor.
“La ermita se encuentra inmersa en la naturaleza y es un lugar muy imponente, con una energía muy diferente a cualquier otro bosque. No hay virus en este mundo que sea más peligroso que el miedo. Comprender este miedo es parte de los tesoros de este espacio sanador, porque es muy fácil evitar el virus, pero es muy difícil evitar el miedo que está presente en ti y en el mundo”, comenta Deva Ámbar, especialista en psicología.
Y explica que “el objetivo del taller es comprender que el miedo, que se encuentra inmerso dentro de muchos seres humanos alrededor del planeta, y al ir un poco más profundo a través de diferentes prácticas transpersonales, buscar mirar este temor colectivo y el que se encuentra en nuestro interior, para así asimilar un despertar para nuestra consciencia.
“Mientras la muerte no llegue, no tiene sentido temer lo que es inevitable. En este espacio transpersonal y de medicina interior, la comprensión a través de nuestro gran guardián, el bosque, será el direccionar el vivir nuestra vida de forma correcta, para curar la mente para NO destruir nuestra vida”, comparten Ámbar y Râga.
Aunque es muy probable que para el día de la publicación de este artículo ya no tengan lugares disponibles en este taller en la Ermita del Silencio en el equinoccio de primavera, porque debido a las medidas de prevención de contagios el cupo es muy limitado (20 personas máximo, costo $2,200).
Los organizadores tienen planeados ya varios talleres en otros lugares, por ejemplo, los días 2 y 3 de abril en Altamira Veracruz, en Villas Natura; habrá en San Luis Potosí el Día del Niño, próximamente en Valle de Bravo y también regresarán a Puebla en algún momento.
Para más información, contacta a los talleristas:
- Râga, 2223-20-31-31, Ámbar, 5580-11-33-81 y Gerardo, 2227-81-09-57