Al escuchar la palabra feromonas quizá puedas pensar en una sustancia que funciona para atraer a una persona, en un perfume o algo similar, pero en el ámbito de los animales existen unas sustancias que ya han sido creadas artificialmente y que pueden usarse, por ejemplo, para tranquilizar a un perro o un gato.
Para conocer más acerca de la terapia para mascotas con ellas, entrevistamos a Alberto León Hernández, especialista en etología clínica (estudio del comportamiento animal) quien explica que las feromonas son sustancias químicas que necesitan ser liberadas al medio externo por secreciones como saliva, orina u otras vías, para que otro individuo las perciba y así obtener información del emisor; actualmente se prefiere el término semioquímicos, que viene de la palabra griega semeion, que significa información o señal.
En el ámbito natural, una de las principales feromonas que existen en los perros la segregan las hembras en la línea media de sus glándulas mamarias cuando sus cachorritos están lactando y tiene la función de apaciguarlos para que estén más tranquilos y relajados; en el caso de los gatos la que más se ocupa y se ha creado de manera artificial es la facial, que secretan los mininos por ejemplo cuando tallan la cara contra una superficie para marcarla y “hacerla suya”.
¿PARA QUÉ SE USAN?
El entrevistado comenta que los semioquímicos comerciales se utiliza en los consultorios, por ejemplo, para rociarlos sobre una toalla o algún otro objeto que los pacientes puedan oler para que estén un poco menos estresados en las consultas u hospitalizaciones. El público en general las puede adquirir ya que no son medicamentos ni requieren receta.
Se pueden ocupar para rociar con ellas la trasportadora, por decir algo, cuando se vaya a hacer un viaje largo. En estos casos el especialista recomienda no comprar la caja el mismo día en que vayamos a necesitarla, sino con bastante tiempo de antelación para que nuestro peludo la conozca, le quitamos la tapa, metemos ahí una camita, le introducimos ahí unos premios, la rociamos con las feromonas y así se convierte en un objeto familiar para él, que no lo estresará tanto cuando llegue el momento de estar ahí metido por horas.
En el caso de los gatitos indica que los semioquímicos funcionan también para hacer introducciones de mininos nuevos a casa, ya que el llevar a un compañerito nuevo lleva todo un proceso, hay que tener mucho cuidado porque si lo hacemos de golpe puede generar muchos problemas.
Para perritos sirven para cuando estén en recuperación de alguna cirugía o en los que tengan miedo a algunas situaciones como ruidos fuertes, tormentas, cohetes, podemos rociarlos en las zonas donde ellos estén; para calmar a las hembras que acaban de parir y que están un poco estresadas por el manejo, por el sitio o porque llegue gente a ver a los cachorros.
Ahora bien, Alberto aclara que para cualquier problema de conducta en las mascotas lo ideal es analizar primero cuál es la causa, encontrarle una explicación e instaurar un manejo conductual, ya como coadyuvante entonces se pueden agregar las feromonas, para ayudar a que el proceso de modificación conductual sea mucho más rápido y fácil para la mascota.
LAS PRESENTACIONES QUE EXISTEN
Para perros se comercializan en spray y collar; acerca de este último es importante mencionar que una vez abierto solamente dura un mes, no se puede usar tres días guardarlo 15 días y después querer que funcione otros 27 días más. Después de ese tiempo se desecha ysi se requiere otra vez, se tendría que usar otro nuevo.
El spray dura mucho más, tiene buena caducidad y se rocía solo en pequeñas cantidades para situaciones concretas: rociarlo en el coche, ponerlo en la transportadora, en sus juguetes, cuando vamos a ir de viaje.
Para gatos no hay collar, en este caso sería el spray o un frasquito con líquido y difusor como el que ponemos con aromatizantes, que igual tiene una duración de 30 días; aunque las feromonas naturalmente no tienen olor, en esta presentación se les añade un aroma artificial para que los humanos percibamos si está funcionando. La desventaja de este es que abarca cerca de 50 metros cuadrados, entonces si la casa es muy grande, quizá se necesite más de uno.
NO SON MÁGICAS
Alberto comenta también que, en un principio, cuando el laboratorio introdujo estas feromonas a México se pensaba que serían como recetar un medicamento para curar una enfermedad y listo, pero la realidad es que estas sí tienen un efecto, pero no el suficiente como para generar por sí solas una modificación conductual.
Para corregirlo debe haber un trabajo de parte del especialista en comportamiento, con rutinas de manejo para poder solucionar el problema que tenga un paciente. No es como que, si tu perro tiene una fobia o miedo intenso a las tormentas, a otros peluditos o a situaciones nuevas, lo puedas bañar con feromonas y ya está, se le va a quitar.
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