Luego de una semana que la mexicana Hanna Jazmin Jaff Bosdet arribara a nuestro país, tras su ruptura con el inglés barón Henry Roper-Curzon, tras haber vivido violencia doméstica y racismo, la empresaria narró a un medio nacional los pormenores de la violencia verbal de la que fue víctima en los últimos meses en Londres, por parte de su pareja.
“A él le encantaba todo el mundo mexicano, pero cuando estábamos ahí (en Londres) poco a poco se empezó a hacer como su familia. Me empezaron a humillar como mexicana. Ellos odian a los mexicanos”, comentó en entrevista para el programa Venga la Alegría.
Pero la agresión no solo era por parte de su ex pareja, sino también de su familia, quienes en constantes ocasiones le expresaban cometarios muy crudos y sumamente racistas por su origen, incluso deseando la muerte a los mexicanos por no ser “una raza pura”.
“Empiezan a decir que merecemos morir, o sea, amenazas de muerte, que los ingleses son superiores, que los mexicanos tenemos una revoltura de sangre no pura, que merecíamos estar en los campos trabajando. Muy feos todos los comentarios de la familia hacía mí”, señaló la joven empresaria a Anette Cuburo, la presentadora.
Como parte de las revelaciones, afirmó que la familia del primo de las princesas Beatriz y Eugenia, no tiene dinero, está en bancarrota y que solo vive de “apariencias”, por lo que veían en el matrimonio una forma de “arreglo” y así saldar sus deudas.
“La familia está quebrada (…) ellos creyeron, pero es que eso no fue un acuerdo. Yo me casé enamorada, él pidió conocerme a mí, yo no a él. Yo nunca lo presioné para casarnos ni mucho menos. Me empiezo a dar cuenta de cosas que yo no sabía que me tenían escondido. Están completamente en bancarrota, la casa ya no era de ellos, ya estaba perdida”, platicó.
Finalmente, la joven de 34 años de edad, afirmó que la familia de Henry la amenazó con desacreditar su palabra si ella hablaba y dijeron que la podían “destruir porque su palabra valía más porque ella era una mexicana”.
“Me salí con las pocas cosas que todavía tenía en mi departamento en Londres y me fui al aeropuerto. Llegué tan contenta que abracé a todas las aeromozas. Casi beso el piso cuando llegué a México”, concretó.