Por: Jaquelin Machado
Las personas que viven una plenitud sexual en la que seencuentra envuelta una forma de vida a través del éxtasis, lasensualidad, el exotismo y/o el erotismo, saben que hablo de unasexualidad fina, delicada y, no por ello, carente de pasión,excitación y múltiples caricias y orgasmos.
El sexo consciente es en silencio y con discreción, no sealardea al respecto ni de sí mismo(a) ni del(a) otro(a). Vivirsexualmente consciente es saber que eres un ser individual que hatenido y se ha invertido a sí mismo(a) minuciosamente tanto anivel físico como emocional, mental y espiritual.
Este tipo de personas sexualmente conscientes, al relacionarsecon otra persona, lo hacen en un nivel cuya intensidad e intimidad,solo puede ser comprendida por personas que vivan del mismo modo.Esta forma de relacionarse las marca como un tatuaje indeleble,pues una vez que empiezan a vivir de este modo, su sexualidad novuelve a ser la misma y siempre va de más a más.
El sexo consciente implica que ni hombre ni mujer salen en buscade este tipo de sexo, simplemente se dedican a conocerse a símismos profundamente, explorando el misterio de su cuerpo, es unaveneración que no tiene nada que ver con aspectos y actitudesmetrosexuales. Ambos (hombre y mujer) permiten que sus vidasfluyan, de tal forma, que el encuentro se da por sí solo, porsincronía, sintonía y discreción, “eso” escapa al azar querige a la mayoría de los encuentros humanos.
Pareciera que cuando se encuentran, en cierto modo, se da unflechazo porque se reconocen sin saber cómo es que esto puede sery, claro está, ello forma parte del misterio, del enigma y elcarisma con que suceden los eventos y es por esto que se transformaen un sexo discreto pues es con la fuerza del silencio que estetipo de encuentros adquiere su belleza y su pasión. El sexoconsciente no es un secreto para la humanidad, pero sí esdiscreto.
Ya sea mujer u hombre, en un encuentro sexual, puede ser almismo tiempo un guía y un aprendiz ya que, la otra parte,representa un universo totalmente diferente, pero complementario ycon ello se crea un ambiente en el que las dudas se disipan y setransmiten enseñanzas mutuas porque ambos salen enriquecidos yrenovados después del contacto sexual.
Ambos (mujer y hombre) producen lo que se denomina catálisispsíquica (proceso de cambio en ritmo e intercambio de energíasexual a través del plasma sexual de los fluidos corporales). Loque ni uno ni otro podrían realizar aislado, separado, se produceen su presencia recíproca.
En ningún caso se trata de subordinación, ni siquiera en laque pudiera existir entre el(a) que sabe más. No es una relaciónde dominio y sumisión, no se utiliza la explotación porque larelación no va en un sentido único, dando uno, recibiendo elotro. Hombre o mujer reciben, por lo menos, tanto como dan y nointervienen aquí variables como la edad, sexo, años de inversiónsexual, etc…
El sexo consciente requiere de práctica para poder manteneresos niveles de éxtasis y plenitud a los que llegan las personasque lo experimentan, este tipo de relación sexual consciente lesrevela a ambos participantes reacciones que desencadenancomportamientos espectaculares, por ejemplo, el despertar deenergías nuevas producidas por los orgasmos cada vez más intensosy elevados que van adquiriendo la característica de “orgasmosextasiantes” por darles algún nombre pues la experiencia vívidade estos no tiene alcance en definición por lo superlativo con quese viven los orgasmos. Por la magia de esta catálisis recíproca,en poco tiempo pueden alcanzar niveles de experiencia y estados deconsciencia a los cuales otros intentan acceder en vano, incluso algrado de pagar altos cotos en cuanto a consecuencias.
Las relaciones sexuales de los hombres y mujeres que vivensexualmente conscientes, son de una intensidad extraordinariacomparadas con las relaciones sexuales ordinarias. Los hombres ymujeres que viven un sexo consciente, lejos de destruir una parejaeventual pueden, por el contrario, enriquecerla y fortalecerla.¿Paradójico e inadmisible’?, tal vez para algunos, pero elhecho es que sea cual fuere la respuesta, nadie está obligado acompartir esta visión de las cosas.
Todo lo que caracteriza a las relaciones habituales de parejacomo la posesividad y los celos, en las mujeres y hombres que vivenun sexo consciente, no existe ya que éstos se relacionan de talmanera que trascienden el tiempo y el espacio.
Este tipo de encuentros son excepcionales, pero existen. Serequiere de mucho valor, entrega, consciencia y discreción.
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