Llevamos más de tres meses confinados y, aunque algunas personas empiezan a hacer su vida de manera normal, existen muchas otras que sienten miedo, incluso pánico, de salir a la calle. El regreso a la famosa “nueva normalidad” no resulta para todos una idea placentera. Y es que no es fácil echarse a las calles en una situación tan delicada como la pandemia por el coronavirus.
Este miedo por volver a salir a la calle es un fenómeno que algunos conocen como “síndrome de la cabaña” que no es una patología, pero refiere un estado anímico, mental y emocional en personas que han pasado una situación de reclusión forzosa y que han tenido dificultad para volver a su situación anterior.
“Entre las emociones y síntomas que se presentan en este estado están el miedo intenso, la ansiedad, tristeza con síntomas de depresión leve a moderada, síntomas de hipocondría, cansancio y letargo, dificultad para la concentración, por lo tanto, dispersión y falta de retención de memoria, nerviosismo, sensación de desasosiego, frustración, angustia y temor, apatía y desgano”, explica Jaqueline Machado Garduño, psicóloga especialista en Desarrollo de Consciencia.
Machado enfatiza que el miedo que se genera, principalmente por el contagio y por el hecho de haber estado encerrados mucho tiempo por una causa extraordinaria, empuja a la gente a conectar con situaciones internas con las que no había conectado por el ritmo de vida que llevábamos.
Refiere que, en muchos casos, esto cambia radicalmente la percepción de la vida: “El hecho de ver de frente a la muerte y como una gran posibilidad, tiene aterradas a las personas; así como la inseguridad, saber lo frágiles que somos como seres humanos y que en cualquier momento la vida te da un giro de 180 grados. Lo que creíamos seguro colapsó, y esto lo que la mayoría de la gente siente tan fuerte e intenso, que le cuesta trabajo reubicar su vida a una normalidad que poco tiene que ver con lo que venía viviendo antes del Covid-19”.
¿QUIÉNES LO RECIENTEN MÁS?
Irónicamente, dice la especialista que este síndrome se presenta posiblemente más en las personas que viven acompañadas, por el cuidado y la protección que se tienen unos con otros. Los que viven solos de alguna forma están acostumbradas a estar más en contacto con su interior.
Los adultos mayores, a pesar de haber vivido muchas experiencias, llegan a considerar esta situación como apocalíptica, al creer que por su edad están más cerca de la muerte, les da más miedo de salir y contagiarse. En las mujeres que son madres solteras, el miedo se presenta porque si se contagian dejarán desamparados a sus hijos.
La especialista dice que “en realidad esto nos ha pegado a todos y, dependiendo de la fuerza interior y de la historia personal de cada quien, a unos les va a costar más trabajo que a otros superarlo. No tiene que ver con que unos son mejores que otros, simplemente tenemos diferentes formas de adaptarnos al cambio y resistirnos a él”.
La psicóloga asegura que el coronavirus cambió la visión segura de vida que teníamos, pero nos brinda la oportunidad de retomar la vida desde una forma totalmente diferente. Para ello es importante la paciencia, la ternura y la compasión con nosotros mismos, así como entender que cada quien va a su propio ritmo.
¿CÓMO ENFRENTO LA NUEVA NORMALIDAD?
“Hay diferentes formas de enfrentar el regreso y uno de ellos es a tu ritmo: reconociendo que está bien sentir miedo o inseguridad, de esta manera reconoces a tu niño interior”, advierte.
Enfatiza que tenemos que comprender que es una situación extraordinaria que nunca habíamos vivido y que son naturales el desconcierto, la desorientación, la confusión y el miedo, tanto a la propia muerte como a la de los seres queridos. No rechaces las emociones que estás sintiendo, “si sientes que, por momentos, esto te rebasa, busca ayuda profesional en psicoterapia o en reuniones dinámicas de grupo”.
ACERCA DEL SÍNDROME DE LA CABAÑA
La psicóloga refiere que las caídas de nieve tan fuertes en Canadá obligan a las personas a estar más tiempo en sus casas. En una generalidad, presentan manifestaciones de ansiedad y miedos por el mismo encierro. Sin embargo, cuando la estación cambia la gente sale y retoma sus vidas en forma gradual y sin mayor problema, porque ya están habituados a esto.
Subraya que el síndrome de la cabaña no está reconocido ni por la Asociación Americana de Psicología ni por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, está cobrando mucha relevancia debido al encierro y a los síntomas y emociones generadas por el mismo.
“Independientemente del reconocimiento de este síndrome por estas organizaciones, la realidad es que un alto porcentaje de seres humanos están sintiendo ansiedad, miedo, confusión, incertidumbre, cuadros nerviosos, entre otros. Es recomendable prestar atención a ellos para que esto no se convierta en un comportamiento patológico”, concluye.