“Ni madres que la gente se enardeció porque Mercury salió al escenario en Rapsodia Bohemia con un sombrero mexicano. La gente la agarró con él porque en Rapsodia Bohemia hubo playback, y eso no fue porque no pudiera cantar o les diera hueva tocar (a Queen), era por lo difícil que era reproducir esa canción en vivo, pues se trataba de una canción vanguardista para la época”.
Así recuerda Octavio Ramos, hoy empresario de las telecomunicaciones y en 1981 estudiante universitario el lío que se armó en el primer concierto de los británicos en Puebla el 17 de octubre de aquel año y que derivó en una serie de acontecimientos (asaltos y vandalismo) al exterior del Estadio Olímpico Zaragoza y que se extendieron hasta el centro histórico de la ciudad, de los cuales este fin de semana se cumplen 40 años.
“Ahora a eso súmale que toda la banda, pero banda en serio, y tal vez me escucho muy despectivo utilizando esta palabra había estado ingiriendo de todo previo a su ingreso al concierto del sábado. Así que imagínate, borrachos y drogados, luego que no cantara ‘en vivo’ y lo del sombrero… ahí tienes tu respuesta”, agrega en charla con El Sol de Puebla por motivo al aniversario de los icónicos recitales en la ciudad.
El fanático que compró boletos para los dos conciertos de los británicos en el Zaragoza y se apersonó a las afueras del inmueble desde las 15.00 del sábado, cinco horas antes del evento, en el afán de gozar de un buen lugar terminó en las gradas a pesar de comprar un boleto de 300 pesos, hoy más de mil a decir de Octavio.
“Mi hermano, un amigo y yo fuimos al concierto porque nos sentíamos muy roqueros escuchando a Queen. Pero nada más el ver todo el relajo que estaba sucediendo abajo, a nivel de cancha: gente agarrando como baños la zona de los dugouts, dándose de golpes y todo lo que corría con Queen de fondo, como en una película, pues mejor nos subimos a la grada para desde ahí disfrutar todo el show de luces y el sonido que traían, porque de verdad el mismo show que montaron en Estados Unidos o Inglaterra lo trajeron a México y eso hablaba muy bien de ellos”, explica.
“Visto a la distancia, y si bien Queen no volvió a México, a ellos como artistas les ayudó porque de verdad el evento probó su paciencia cuando cualquier otro paraba el concierto desde el primer momento. Pero en realidad Freddie mostró su lado más competitivo porque ‘cómo chingaos no iba él, Freddie Mercury, contener o entretener a una afición tan hostil’”, agrega.