Los seres humanos funcionamos de manera dinámica, no podemos quedarnos estáticos, es por eso que la vida nos ofrece una variedad de experiencias todo el tiempo, para así movernos y evolucionar. Pero ¿cómo transformar esos cambios en nuestras mejores oportunidades?
Somos seres en evolución, de ahí que continuamente tenemos que reinventarnos, no podemos quedarnos en nuestra zona de confort haciendo y repitiendo lo mismo. En ello radica la importancia de formularnos constantemente objetivos y metas que, además de hacernos evolucionar, nos conduzcan a vivir con un sentido en la vida para sentirnos plenos y más felices. Vamos a crearnos un buen plan de acción. Sigue leyendo…
Merece la pena dedicar unos instantes a plantearnos lo siguiente: ¿qué quiero de mi vida?, ¿qué hago o que puedo hacer para conseguirlo? ¿O ya estoy haciendo algo para conseguir eso que quiero?
Todos tenemos diferentes estrategias internas programadas por las experiencias por las que hemos pasado para conseguir lo que buscamos; otros nunca lo hicimos, ya sea porque no tuvimos necesidad o porque no tuvimos una guía que nos enseñara cómo hacerlo. Eso sí: nuestro cerebro sigue la misma ruta cada vez que nos proponemos una meta, por esta razón se repiten los mismos errores o no obtenemos los resultados que esperamos.
Como decía Einstein: “no hay mayor síntoma de locura que pretender obtener resultados distintos haciendo siempre lo mismo”. O, como decía Gandhi, “si quieres obtener resultados diferentes haz cosas diferentes”. Entonces para evitar que nuestras metas u objetivos se queden solo en intentos hemos de ejecutar cambios en nuestra vida.
1. APRENDE A FORMULAR OBJETIVOS
Es muy importante aquí darnos un tiempo para hacer un análisis de lo que queremos, pero también de lo que podemos y de las herramientas con las que contamos para llevar a cabo el objetivo, de modo que este pueda ser alcanzable y pueda cumplirse en un tiempo y espacio definido.
Aquí hay algunas preguntas importantes que puedes formularte sobre lo que quieres en tu vida:
- ¿Qué puedo hacer hoy para mejorar mi situación?
- ¿Cómo me gustaría verme dentro de 1, 5 o 10 años?
- De no hacer algo diferente, ¿qué estoy perdiendo?
- ¿Qué es lo que sí está en mis manos cambiar?
- ¿Cómo jerarquizo mi tiempo?
- ¿Qué es valioso en mi vida?
- ¿Qué es lo que quiero lograr?
- ¿Cuál es mi mayor talento?
- ¿Qué necesito hacer para tomar decisiones acertadas?
- ¿Qué le da sentido a mi vida?
Una de las claves de las personas que logran cumplir sus metas, eficacia y felicidad es que sus objetivos se dirigen hacia una misión o un gran valor que da sentido a su vida. Cosas que nos despiertan interés y pasión por la vida. Si perseguimos objetivos sin sentido corremos el riesgo de desinteresarnos y no lograr lo que nos proponemos. Puede ser lo que yo quiera: hasta la cosa más simple, como comenzar a caminar, o un hábito diferente (como comer más sano o comenzar a agradecer todos los días todo lo que sí tengo).
OJO CON EL AUTOBOICOT
Muchas veces deseamos algo y, sin embargo, prestamos más atención a nuestra voz interior diciendo “no soy capaz”, “no puedo” que al propio objetivo; esos son distorsionadores de la imagen mental que tenemos de nosotros mismos, ¡pero no hay ninguna razón de que sea así!
1. PLANTEA TU OBJETIVO EN POSITIVO
Todo lo que me plantee como objetivo se debe elaborar en positivo para que de esta manera sea más sencillo de cumplir. Hay que dejar de pensar en lo que no queremos y pensar EN LO QUE SÍ QUEREMOS PARA NUESTRA VIDA. Y en esto enfocarnos solamente, aunque nos cueste al principio mucho esfuerzo. Por ejemplo: “tengo que dejar de fumar” (así no porque reforzamos en nuestra mente la palabra “fumar”) mejor lo manejamos como “quiero gozar de una buena salud”. Donde está nuestra atención está nuestra energía.
2. IMAGINA TU PROPÓSITO Y VISUALÍZALO
Imagina en tu mente con mucho detalle cómo llevarías a efecto lo que tienes en la mente tal y como a ti te gustaría. Visualízalo y siéntelo como si ya lo hubieras logrado. Permítete durante unos minutos para recrearte e ilusionarte con ese objetivo y EMPIEZA A SENTIR DENTRO DE TI QUE PUEDE HACERSE REALIDAD. Aquello en lo que nos empeñamos mentalmente (sea bueno o malo) es lo que suele manifestarse luego ante nosotros.
3. EXPLORA LA SITUACIÓN REAL
¿Qué te está impidiendo hasta ahora que tu propósito se haga realidad? Analiza los obstáculos (falta de tiempo, de información, creencias sobre ti mismo que te limitan, pereza, falta de organización, etc.), pues conviene distinguir las cosas que no podemos cambiar porque no dependen de nosotros, las cuales hemos de aceptar, para que las que sí podemos modificar sean en las que nos ocupemos, teniendo claro que para lograrlo tengo que tener un cambio de actitud vital: pasar de considerarme víctima de las circunstancias a verme como responsable y constructor(a) de mi vida.
4. BUSCA OPCIONES: ¿QUÉ PODRÍAS HACER?
Explora todas las posibilidades que te acercarían a tu propósito. Échale imaginación y trata de salir de tu propio mapa mental, de lo que hasta ahora no te ha funcionado, para descubrir otras nuevas que te hagan sonreír. Haz una lista de opciones, recuerda lo que te hace feliz, lo que te apasiona o, muy simple, recuerda qué soñabas tener o hacer cuando eras un niño. Conéctate con tu intuición y con tu pasión.
5. CONCRETA UN PLAN
¿Cuándo, dónde y de qué forma concreta vas a dar el primer paso? Escribe en donde sea visible el día en que vas a llevar a cabo la acción, por pequeña que esta sea, para acercarte a tu objetivo. Es importante seguirte automotivando para que a tus propósitos no se los lleve el viento. Recompénsate por cada avance. Ejemplo: “ya llevo una semana sin fumar, por lo que con lo que me ahorré esta semana me voy a ir al cine o a comprarme algo que necesito”. “Llevo toda la semana caminando 30 min. Si sigo así en un mes me compro mis tenis”. El chiste es hacer el proceso divertido y agradable. Cuando la fuerza de voluntad se emplea en lo que nos deleita todo fluye.
SÍ AL CAMBIO
Cuando más conscientes seamos de nuestras elecciones y decisiones y de los frutos que estos puedan generar más posibilidades tendremos de lograr una existencia feliz e integrada. Y menos tentación de considerar el esfuerzo un atentado contra nuestra felicidad. Somos nosotros quienes elegimos salir de nuestra zona de comodidad, aunque al principio cueste un poco, cambiando el “tengo que…” por el “quiero…”. 4ntonces entenderemos que no son otros los responsables de nuestro bienestar y que solo está en nuestra mano tender el puente, peldaño a peldaño, por el cual avanzar hacia el futuro deseado.
ATRÉVETE A SALIR DE TU ZONA DE COMODIDAD: EL CAMBIO TRAE RECOMPENSA.
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