Fundado por indígenas nahuatlatos, “el lugar de los pequeños carrizales”, mejor conocido como Acatzingo, fue una zona prehispánica habitada por olmecas, chichimecas y mexicas. Fue hasta la llegada de los conquistadores en 1524, cuando trajeron a frailes franciscanos, que se convirtió en un pueblo con rasgos españoles.
Acatzingo se encuentra a 50 kilómetros del centro de la capital poblana, posee un clima templado que acoge con alegría a sus visitantes y es ideal para darte una vuelta el fin de semana para conocer un poco más de la historia de nuestro estado, en un lugar que aún conserva costumbres y tradiciones que llenan de orgullo a sus pobladores.
En su plaza principal destaca el Ex Convento Franciscano del siglo 16, donde aún hay celebraciones religiosas y está abierto al público; así como la parroquia de San Juan Evangelista que tiene anexo el Santuario de la Virgen de Dolores, de gran relevancia regional y donde anualmente se celebran dos fiestas en honor a ella en medio de una gran verbena popular: una previa a la Semana Santa y otra del 5 al 15 de septiembre.
En esta última, las calles del centro se ornamentan con arreglos diversos y se elaboran casi 8 kilómetros de alfombras con diferentes motivos de arena y aserrín pintados, por donde pasará la imagen de la Virgen que los pobladores llevan a cuestas. Inicia a las 11 de la noche, momento en que las almas de acatzincas y visitantes se estremecen con los juegos pirotécnicos preparados para la ocasión; el festín visual es acompañado con atole, chocolate, pan y tamales.
En Acatzingo aún se lleva a cabo la práctica milenaria del “trueque”, en la que no existe la moneda y los pobladores de las diferentes comunidades de la región ofertan sus productos a cambio de otros como semillas, chiles, verduras y frutas. Esto sucede todos los martes en la plaza principal.
También se venden artesanías, sobre todo en esta temporada de Todos Santos, ya que gran parte de estas se utiliza para las ofrendas; son hechas de palma o carrizo y encuentras canastas, chiquihuites y petates, además de jarritos, tazas y platos hechos en barro.
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A unos 20 minutos al norte de Acatzingo se encuentra la comunidad “Ranchería Hernández”, una zona boscosa a la que asiste gente de la región para disfrutar la naturaleza y hacer sus días de campo los fines de semana. Puedes pasear a caballo y hay asadores de carne, también venta de pulque y otras comidas regionales como gorditas y tacos placeros, que son típicos del lugar.
Para comer, en las inmediaciones del centro abundan las taquerías, fondas y restaurantes, pero si te quieres deleitar con toda la comida regional no dejes de darte una vuelta por el mercado municipal.
Se espera que a inicios del año entrante se inaugure el primer Museo Regional, donde podrás apreciar hallazgos de los pobladores como piezas de barro y huesos; también habrá exposiciones temporales.
¿CÓMO LLEGO?
En auto toma la autopista Puebla-Orizaba o la federal Puebla-Jalapa, son aproximadamente 50 minutos de viaje.
De Capu toma el autobús que va a Ciudad Serdán o a Guadalupe Victoria, hay corridas constantes desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche.
Agradecemos al profesor Andrés Morales Zayas, secretario de Cultura y Deportes del ayuntamiento de Acatzingo, por facilitarnos la información para este reportaje. Teléfono 249-100-9191, https://www.facebook.com/113277186714379?referrer=whatsapp y http://acatzingo.puebla.gob.mx