¿Agnes Sofía en el espacio? | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

Una historia verídica durante el viaje a la Luna de abril de 1970

JORGE EDUARDO ZAMORA MARTÍNEZ

  · sábado 14 de julio de 2018

Foto: Jorge Eduardo Zamora Martínez

Hola, queridos lectores. ¿Les extraña este título para mi nota? En un momento les explico el porqué. Gracias nuevamente por abrirme las puertas de sus hogares en estos ya muy húmedos días de julio, esperando todavía lo bueno de los aguaceros en agosto y septiembre. Aquí estoy, una vez más, con mi obligada entrega semanal. Espero que sea de su agrado.

APOLLO XIII, ABRIL DE 1970

Primero les voy a narrar una historia verídica que tiene relación con el tema: durante el viaje a la Luna de abril de 1970 el APOLLO XIII sufrió una avería en el módulo de servicio, donde explotó un tanque de oxígeno. Los astronautas, para sobrevivir, se pasaron al módulo lunar y utilizaron el oxígeno de los dos módulos, ahí fue donde surgió una de las frases más famosas de la historia: “Houston, tenemos un problema”. Pero hubo un detalle que no tomaron en cuenta: de los filtros de monóxido de carbono que se utilizan para purificar el aire, en algún momento se daña el filtro del módulo lunar y tiene que utilizar el del módulo de servicio; sin embargo… los filtros son cilíndricos y el receptáculo es cúbico y más pequeño que los filtros. ¿Sabe cómo solucionaron este problema? Muy fácil: aplicando un principio de diseño de la antigua arquitectura italiana, llamado “Agnes Sofía”, que se refiere a adaptar un objeto redondo a una base cuadrada. Los astronautas, entonces, por medios improvisados lograron sacar adelante el problema, aplicando este principio y, de esa manera, salvaron sus vidas.

Foto: Jorge Eduardo Zamora Martínez

LAS CÚPULAS AGNES SOFÍA

Una cúpula es un espacio de techo cerrado de forma semiesférica y es básica en todo diseño religioso de la historia;casi todas se asientan en bases cuadradas, esto es, una base formada por cuatro arcos o dos arcos y dos muros. Pero ¿cómo adaptar una cúpula en un asentamiento cuadrado? Se realiza por medio de unos muros triangulares llamados pechinas, los cuales se adaptan a la redondez de la cúpula y, por tanto, la base triangular se acopla a los arcos que forman la base.

Muchas cúpulas, por su diseño, se montan en un muro circular (llamado tambor), al cual se le construyen pequeñas ventanas con arco superior. Esto les da una resistencia extra; además, de ser necesario, a este tambor se le refuerza con pequeñas vigas (llamadas contrafuertes). Los ejemplos más claros lo tenemos en la cúpula de la Iglesia de la Compañía, en la cúpula mayor de La Catedral, entre otras. Como dato extra, la cúpula de La Compañía se asienta en un tambor cuadrado; la de la Capilla del Rosario, en un tambor octagonal, e incluso está montada sobre doble tambor. Pero todas siguen el mismo principio: montadas sobre arcos con refuerzos llamados pechinas.

¿Por qué el nombre ? Se le llama así porque este principio se aplicó por primera vez en el templo de Santa Sofía (Constantinopla) en el siglo VI. Ahí se montó una cúpula sobre cuatro arcos adaptados con pechinas, dando origen, así, a este principio arquitectónico, que se aplica casi en todo templo religioso del mundo.

Foto: Jorge Eduardo Zamora Martínez

Este diseño, además, se utiliza para darle un detalle de belleza interior fabuloso, pues si algo nos puede sorprender de ello es la belleza del interior de las cúpulas de las iglesias. Siempre que estés de visita en un templo colócate exactamente al centro de la cúpula mayor y levanta la mirada: te sorprenderá la increíble vista que te presenta una cúpula bellamente decorada y complementada con sus cuatro pechinas perfeccionando su diseño. Es un cuadro digno de admirarse. Incluso, lo más correcto para admirar estas vistas, si no te llaman la atención, será acostarte en el suelo y fijar la mirada hacia el centro de ellas, así tendrás una imagen hipnótica increíble. Haz la prueba.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de su atención. Mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com; mis páginas: Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora; WhatsApp: 22 12 532690; y Twitter @elbaronrojo62. Se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo, ¡hasta la próxima!