Todo comenzó como un sueño, un sueño de un padre y una hija de tener una casa del árbol para fortalecer su relación. El señor Elfego y su hija Jazz Rodríguez encontraron el lugar perfecto para construirla en las faldas del Iztaccíhuatl y fue así que nació Aldea Pachamama.
Tanto el padre como la hija notaron que este espacio tenía que ser preservado y para evitar el descuido de la naturaleza decidieron que su aldea sería con ubicación secreta. No es un hotel y no hay glampings, la aldea es un conjunto de casas del árbol para aprender a cuidar el medio ambiente, que se medite y se puedan conectar con la naturaleza.
No hay electricidad, WiFi, ni señal de teléfono. Y si alguien desea ir, debe hacer una reservación previa y comprometerse a respetar todos los elementos que rodean este espacio, el cual, consideran sagrado.
Jazz Rodríguez tiene 29 años, es 100 por ciento poblana y ella es parte creativa de la Aldea. Esta idea la tenía desde niña, pero concretamente se empezó a construir hace 4 años. Como llegó la pandemia creyó que se pausaría, sin embargo, la misma contingencia fue la que aceleró este ideal, pues la gente necesitaba un respiro de aire fresco y estar alejados de la monotonía de las ciudades.
“Desde niña siempre le pedí a los reyes magos una casita del árbol, pues a mí me encanta la naturaleza y cuando visité el lugar con mi familia nos atrajo mucho el área, tuvimos la oportunidad de llegar con este terreno y como me gusta hacer montañismo quería compartir esta vista del Popocatépetl (…) me nació la idea de compartir ese respiro de la naturaleza y que las personas puedan acercarse, pero de una manera consciente”, comentó.
En muchos portales se ha difundido la información de este hermoso lugar por la vista que ofrece el volcán, sin embargo, Jazz pidió que no sólo se interesen por tener una foto bonita para Instagram, sino que vivan la experiencia completa de ser amantes de la madre tierra.
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Dejó en claro que este espacio es para que la gente pueda unirse con la naturaleza, pero sin perjudicar a la misma. Incluso el nombre de la aldea se debe a que Pachamama es la diosa de la tierra.
“Aquí las personas deben estar de verdad presentes en el lugar y en Puebla tenemos la suerte de tener al Popocatépetl y al Iztaccíhuatl que también es hermoso y es lo que quiero, que los poblanos le demos valor a esta zona verde que todavía nos queda, que preservemos el bosque y le demos su lugar”, agregó.
Su padre la acompañó en todo momento en la entrevista y al igual que ella, es aventurero, pues le gusta viajar y andar en motocicleta. Gracias a la imaginación del señor es como pudieron construir este tipo de casas en lo alto de los arboles. Él y toda la familia de Jazz son sus primeros porristas y el sostén para que ella pudiera lograr su emprendimiento.
La aldea está llena de frases, como: “Observa profundamente a la naturaleza, entenderás todo mucho mejor”, “Viniste a ser feliz, no te distraigas”, pero la favorita de Jazz es la primera, pues cree que la sociedad está distraída por la tecnología y los quehaceres de la ciudad. Por tanto, están olvidando lo que realmente es importante, como la tierra, pues es la que nos da la vida día con día.
“Le dimos poder a la creatividad y las frases que están en la Aldea yo las he escogido, creo que son motivadoras y nos hacen querer estar bien con nosotros mismos y también que nos hagan entender en donde estamos y de qué estamos rodeados (…) si estás aquí te sientes en paz, sereno y más presente contigo mismo”, compartió.
Si en algún momento quieren visitar la aldea, deben de hacer una reservación previa y alguien de Pachamama les enviarán las especificaciones, deben de tomar en cuenta que toda la basura que generen tendrán que llevársela de vuelta para no contaminar la zona verde y que es un lugar que su principal objetivo es la reconexión con la tierra.