Alicia en el país de los juguetes | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

Hoy les presentamos una muy especial colección dedicada a todos los pequeños y a aquellos adultos que aún conservan a su niño interior

Jorge Eduardo Zamora | El Sol de Puebla

  · sábado 25 de abril de 2020

Foto: Cortesía Eduardo Zamora Martínez

Hola queridos lectores, en esta ocasión les voy a mostrar algo muy especial dedicado a todos los pequeños de casa, pues en poco tiempo festejaremos el día del niño; por supuesto, también va con dedicatoria para todos aquellos que aún conservan ese niño dentro de sus corazones, ese niño que nunca desaparece y que deberíamos llevar por siempre en el alma.

Esta nota surgió gracias a mi querido público radioescucha que fielmente me sigue cada domingo, a la par de ustedes mis fieles lectores. Entre mis radioescuchas hubo una bellísima persona que se comunicó con un servidor para invitarme a su hogar a conocer su tesoro personal: doña Alicia Enríquez Almendaro.

Doña Alicia, a quien tuve el honor y el privilegio de conocer, me mostró con mucho orgullo su colección personal de juguetes antiguos. Cuando me platicó por teléfono que deseaba mostrarme unos juguetitos y unas cositas nunca me imaginé lo que iba a ver… algo de otro mundo, una enorme, enorme, enorme colección de juguetes de todas las épocas, desde muñecas del siglo XIX, juguetes porfirianos, hasta colecciones completas de objetos de uso cotidiano, todos perfectamente clasificados, seleccionados, mostrados y colocados en una gran cantidad de vitrinas, también estas muebles de colección; todo aquello susceptible de ser coleccionado, doña Alicia ya lo recopiló.

UNO NUNCA TERMINA DE JUGAR

Doña Alicia ha dedicado toda su vida a coleccionar juguetería, mobiliario, muñecas, fotografías, libros de cuentos, partituras, portadas, publicidad, recuerdos de bautizo, muñequitos de rosca de reyes, frascos medicinales, latería de galletas, propaganda de épocas pasadas… es tan extensa la colección de esta bella dama, que para hacer esta nota tomé más de trescientas fotografías y no terminé. Calculo que cuenta con más de tres mil piezas, reunidas durante toda una vida dedicada a coleccionar y con sobrado éxito; dudo muchísimo que exista una colección igual, al menos en este estado.

MUÑECAS, MUÑECAS, MUÑECAS

Tan solo dentro de la línea de muñecas, nada más les menciono algunas: con cabeza de porcelana, con vestiditos porfirianos, muñequitos de rosca de reyes todos perfectamente vestiditos y, en un estuche especial, muñecas afroamericanas, zapatitos de muñecas, cunitas, carriolas, todas perfectamente mostradas en su vitrina especial con luz interior.

¿Y PARA LOS NIÑOS?

En la sección de niños tiene: muñecos, títeres, carritos de cuerda, trenecitos, autos de metal, madera y plástico, carcachitas de época, autos de hoja de lata, baleros, yoyos, trompos… ¡uf!, el cuento de nunca acabar.

Así es queridos lectores, fue para su servidor un verdadero placer el conocer a tan bella señora, que gustosamente me permitió conocer el motivo de su vida. Doña Alicia deja para la posteridad un enorme tesoro de recuerdos tan bellos como lo es la niñez, la más bella etapa de nuestra vida, la cual compartimos con nuestros juguetes.

En cada uno de ellos se queda un pedacito de nuestra existencia, nunca mueren, siempre están vivos, en nuestra infancia, nuestra niñez, en nuestra vida adulta y qué mejor que conservarlos, cuidarlos, exhibirlos, heredarlos… no heredamos un pedazo de plástico, sino un pedazo de épocas pasadas, de cariño, de historia de nuestra vida misma.

Doña Alicia Enríquez Almendaro, mil gracias por compartirme su bella vida, disfruté su compañía como no tiene idea.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.

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Foto: Anika Pardo y Erika Albisúa | El Sol de Puebla