Alimenta tu alma en Morelos con su eterna primavera

La mayor parte del año tiene un clima cálido que no encontrarás en otro lugar de la república mexicana

JAVIER ZAMBRANO

  · sábado 6 de octubre de 2018

Foto: Javier Zambrano

Hola, amigos(as) lectores(as). Me di una escapada de entrada por salida al estado de Morelos y su capital, Cuernavaca, mejor conocida como La Ciudad de la Eterna Primavera, pues la mayor parte del año tiene un clima cálido que no encontrarás en otro lugar de la república mexicana.

Dicen que viajar te alimenta el alma y aquí lo comprobé, pues recuerdo que caminando por su centro histórico una persona me comentó: “Aquí no estamos tan desarrollados como en otros estados, pero solo cierra los ojos y respira. Eso que entra por tus pulmones es lo que nos caracteriza”.

Morelos es un destino para ir de fin de semana, pues tan solo se encuentra a una hora del Estado de México y a dos de Puebla. Aquí depende mucho de lo que quieras hacer, por ejemplo, si buscas un destino para nadar, te recomiendo Cuautla; si lo que quieres es algo más aventurero, tienes que ir a un Pueblo Mágico conocido como Tepoztlán.

Foto: Javier Zambrano

Mi aventura comenzó en el centro histórico de Cuernavaca, donde hice un recorrido por sus calles coloridas y llenas de todo tipo de flores como bugambilias, jacarandas, tulipanes africanos, azucenas, jazmines y margaritas.

Posteriormente, visité su catedral; el Palacio de Cortés que, por cierto, está decorado con murales de Diego Rivera; el Jardín Borda, que tiene plantas exóticas; y, por último, conocí el Museo de Robert Brady, donde hay piezas de diversos artistas como Frida Kahlo. Cuernavaca tiene pocos lugares turísticos pero, como mencioné anteriormente, su principal atractivo es el clima, así que por lo menos tienes que conocerlo una vez en tu vida.

Más tarde condujimos durante 40 minutos aproximadamente para llegar a uno de los tantos Pueblos Mágicos que tiene la república mexicana: Tepoztlán, un lugar que te va a enamorar con sus calles empedradas y sus decenas de artesanos que te ofrecen productos 100 % mexicanos, tales como instrumentos musicales prehispánicos y ropa hecha con algodón.

Foto: Javier Zambrano

Todo turista que visita este lugar lo hace principalmente para subir el Cerro del Tepozteco: y créanme que no es nada fácil, pues en lo personal tardé más de dos horas para llegar a la cima, pero es de esas experiencias que jamás se olvidan ya que es una travesía en la que te adentras a lo más profundo de la naturaleza y pareciera que en momentos de cansancio esta es tu mejor amiga, pues sus árboles o piedras te servirán para descansar.

Si el camino se te hace algo maravilloso, tienes que ver la Zona Arqueológica, la cual te estará esperando en la punta del cerro, donde muchos se sientan por varios minutos y no necesariamente a recuperarse del camino, sino para observar la bonita vista que se acompaña con el cantar de los pájaros. Es aquí donde te recomiendo relajarte, cerrar los ojos, escuchar cada sonido a tu alrededor y reflexionar.

Al bajar terminé con mucha hambre y probé la comida típica de este lugar, los itacates, que son una especia de gorditas en forma triangular y que están rellenos de diferentes guisados, como tinga de pollo o res, papa, flor de calabaza, queso, carne, etc.

Foto: Javier Zambrano

Por último, recorrí cada una de sus calles mientras degustaba de una rica tepoznieve, que son helados con sabores exóticos, como los de San Miguel de Allende.

Morelos es el estado perfecto para los y las amantes de la tranquilidad, de los paisajes dotados de colores, aromas y de una arquitectura colonial, por eso quiero dejarles una serie de tips y recomendaciones que deben tomar en cuenta durante su visita:

  • Solo podrán ingresar al Cerro del Tepozteco en un horario de 9 de la mañana a 5 de la tarde.
  • Si van a subirlo lleven ropa ligera y una mochila con lo indispensable, pues son más de dos kilómetros de camino.
  • Por indispensable me refiero a botellas con agua, gorra, gafas y protector solar.
  • Prueben los itacates, las tepoznieves y tomen un masaje en un temazcal.