Huauchinango, Pue. Con el objetivo de no vivir depredando los recursos naturales, sino de su apariencia y bondades, una familia de lugareños de Teopancingo y Xopanapa, ubicadas en la zona alta de Huauchinango, incursionó en el ecoturismo y empezó a combinar la producción de trucha con los servicios turísticos de senderismo, rapel y tirolesa desde el año 2019.
Son dos comunidades arribeñas de Huauchinango, en donde por su altura el clima frío dista mucho de la sensación térmica templada de la cabecera municipal. Esto, debido a que rebasa los 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar.
Pese a los ataques de la tala clandestina, aún se cuentan con grandes extensiones de macizo boscoso, cuyos árboles se sostienen de pocas superficies parejas y abundan los acantilados que acogen ríos y riachuelos.
El suelo “quebrado”, donde abundan los peñascos, empezaron a ser aprovechados por la familia de don Mario Hernández, quien juntos con otros consanguíneos, en el año 2019 tomaron un curso de turismo de naturaleza, bajo la Norma 09, que avaló la Secretaría de Turismo federal, por lo que al término del adiestramiento recibieron su acreditación.
Pronto vino la inversión en una tirolesa de 200 metros y luego otra de 200 metros que regresan de un cerro por un costado, en la comunidad de Xopanapa, lugar donde establecieron un restaurante donde operan los fines de semana ofreciendo su especialidad, la trucha en sus distintos guisos, ya sea entre chiles, empanizada, con cacahuate, por mencionar algunas, todo acompañado de gorditas de maíz prieto.
Los guías de turistas que encabeza don Mario Hernández, ofrecen un sendero a los turistas, en el que además de admirar la naturaleza y cruzar por zonas que invitan a la aventura, avanzan por peñascos, algunos pronunciados y otros no tanto, en los que practican el rapel a personas de todas las edades.
Al descender sobre las paredes, lo mismo llegan a una zona arbolada o a zonas de manantiales, en donde el agua es fresca y cristalina.
En medio de cantos de aves de la región, se transita por veredas y brechas; sorteando especies del bosque mesófilo de montaña y de niebla que, por cierto, representa el 1 por ciento y sólo existe en esta zona que es parte del Área Natural Protegida (ANP) Cuenca Hidrográfica del río Necaxa.
Para terminar el día, en el mismo lugar de Teopancingo, se ofrece pernoctar en las cabañas de madera, que parecen que son fruto de los árboles donde están trepadas. Por lo que ver obscurecer el denominado cerro del tigre, no es preocupación, sino un agasajo.
Teopancingo está en la zona alta de Huauchinango, a 40 minutos de la cabecera municipal o bien, si el visitante viene de la CDMX o de la ciudad de Puebla, puede desviarse antes de llegar a Huauchinango, y entrar por el acceso principal a la comunidad de Venta Grande que, está sobre la carretera federal México-Tuxpan, también conocida como carretera 132.
Está a dos y media horas de la capital poblana y a dos horas de la capital del país.