En las tierras lejanas de Europa Occidental se esconde un misterio aterrador que ha acompañado a la humanidad en todos los tiempos: el vampirismo. #QuedateEnCasa y disfruta virtualmente, escenarios de película que, además de poseer algún tipo de maldición, o al menos es lo que la gente cuenta, son recintos históricos de gran belleza y que en la actualidad funcionan como museos.
En el Castillo de Orava se grabó la icónica película del cine de terror “Nosferatu”, en 1922, cuando todavía no se escuchaban las voces pero el cine ya asustaba. El Castillo de Bran es el hogar del personaje ficticio de la novela, “Drácula” de Bram Stocker, llevada al cine en 1992 y que es considerada la obra maestra del género de terror.
CASTILLO DE ORAVA
El Castillo de Nosferatu está en Eslovaquia, es un lugar impresionante sobre una colina de roca medio ocultó entre los frondosos árboles.
Muchos lugareños aseguran que el castillo fue hecho por el mismísimo lucifer. Cuenta la leyenda que un noble de nombre Marek, descendía navegando por el río Orava cuando se topó con una impresionante montaña rocosa de forma puntiaguda; quedó tan impresionado que se dijo a sí mismo que, sin importar el costo, en ese lugar tan inaccesible tenía que construir un castillo… aunque fuera con la ayuda del diablo.
En ese momento se le apareció Lucifer y le ofreció un pacto: si él lograba construir ahí un castillo en siete días, Marek le entregaría su alma a los 77 años. El joven aceptó porque no creía que fuese posible llevar a cabo tal apuesta. Así que el demonio puso manos a la obra para levantar la fortaleza.
La obra estaba casi concluida y el último día Marek comenzó a sentir miedo, cayó de rodillas al suelo y se puso a rezar; mientras el diablo subía una última roca en la oscuridad de la noche. Dios al ver la escena se apiadó de él, entonces hizo que cantase el gallo anunciando el nuevo día. Lucifer, lleno de rabia al ver que había perdido la apuesta, lanzó la roca con fuerza y esta quedó incrustada en el lugar: la Roca de Marek.
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CASTILLO DE BRAN
Situado en Transilvania este castillo es el hogar del conde Drácula, definido por los lugareños como un “no muerto”, categoría que se usa para identificar a los vampiros en las regiones más rurales de Europa Oriental.
Transilvania es la región más misteriosa de Rumania, un lugar de escabrosas montañas, valles oscuros y bosques espesos. Conocer esta zona es adentrarse en la tierra del príncipe de las tinieblas.
Dicen que el conde era de rostro aguileño, dientes afilados, una piel muy blanca y su fuerza física superaba a la de veinte hombres. Dormía en su ataúd lleno de tierra mortuoria, la única donde puede renacer. Aseguran que tenía poderes psíquicos como la adivinación y la telequinesis, controlaba fenómenos naturales como las tormentas, y a animales nocturnos como murciélagos, búhos, ratas y serpientes. Al menos es lo que se dice del personaje ficticio de la novela Drácula, de Bram Stocker, llevada al cine en 1992 y que es considerada la obra maestra del género de terror.
El mito del vampiro, un ser que se alimenta de sangre humana, ha formado parte de la cultura popular desde las más antiguas civilizaciones y lo que en un principio eran solo leyendas transmitidas de boca en boca, en el siglo 19 empezaron a ser escritas. ¿Te atreves a conocer el castillo?
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