Buenos días queridos lectores, este sábado les tengo como tema un recorrido por nuestro máximo tesoro poblano: la majestuosa catedral angelopolitana. Basta mencionar que, como motivo de presunción poblana, es la que tiene las torres más altas de toda Latinoamérica, la que tiene el atrio más grande también de todo el continente, la única también en tener la totalidad de este enlajado en piedras de cantera -más de cuatro mil piezas-, la única en tener más de cincuenta angelitos que coronan las pilastras de su enrejado y mucho más, comencemos.
EL BALDAQUINO POBLANO
Nuestra catedral tiene como altar mayor al centro un enorme monumento llamado baldaquino o ciprés, diseño del arquitecto Manuel Tolsá y su construcción bajo la dirección del poblano José Manzo. Es una enorme pieza de arte colocada debajo de su cúpula central y contiene en su sótano la cripta donde reposan los restos de todos los arzobispos que ha tenido la ciudad de Puebla.
Terminada su construcción en el año de 1819 se colocan los restos recuperados de todos los arzobispos en su cripta en el año de 1824, cuando es consagrado a la virgen de la Purísima Concepción; cuenta con una altura de 18 metros, montada su cúpula en cuatro pilastras de cuatro columnas y entre sus espacios cuenta con cuatro estatuas de los médicos de la iglesia: San Gregorio, San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo.
UNA GALERÍA DE ARTE DENTRO DE LA CATEDRAL
En el interior de la catedral se conserva el más grande acervo pictórico, desde pequeñas imágenes hasta cuadros monumentales de más de 20 metros cuadrados de superficie, como el bellísimo cuadro de San Cristóbal y, entre otros, la colección de 14 medallones que forman el viacrucis de Cristo, enormes pinturas ovaladas de más de un metro de altura, 7 colocadas en la nave norte del templo y el resto en la nave sur, todas obra del pintor Miguel Cabrera, además cuenta con otras obras dignas de ser admiradas.
UN ALTAR SOLO PARA REYES
En la parte posterior del baldaquino se encuentra el Altar de los Reyes, que cuenta con el retablo más grande existente en el continente, con una altura de 22 metros y un ancho de 17, ganándole en tamaño al retablo del Altar Mayor de la Catedral metropolitana por un metro de altura.
Majestuosa y bellísima colección de óleos que forman un retablo impresionante, diseño de los españoles Juan Martínez Montañés y Lucas Méndez, consagrado en el año de 1679 por el arzobispo Juan de Palafox, cuenta en su parte central con una enorme pintura de la coronación de la virgen María; a sus lados, seis pinturas de los reyes y reinas católicos de la iglesia; a los lados del sagrario dos pinturas más al igual que otra en su parte central superior, que muestra la Asunción de la virgen María a los cielos. El cuadro completo lo integran los altares laterales y la enorme cúpula bellamente pintada con alegorías religiosas.
Como detalle de decoración, cuenta este altar en su parte inferior con dos bellísimas tallas en mármol de carrara a los lados de la escalinata principal. Cabe mencionar que es muy raro encontrar tallas en mármol en las iglesias poblanas, dos de las más conocidas son en la fachada del templo de San Antonio y otra en el templo de la Sagrada Familia.
PARA CONFESARSE CON ESTILO
Otro de los detalles que tiene nuestra catedral es la enorme colección de mobiliario con tallas en finas maderas, desde los distintos confesionarios, elaborados en roble, cedro y ébano con tallas artísticas en su decorado; las puertas de acceso al coro también artísticamente elaboradas, sin olvidar toda una colección querubines, serafines y ángeles que coronan los altares, cornisas y retablos de sus capillas, todo esto para deleitar nuestra vista y enriquecer nuestro acervo cultural.
Y ALGO MÁS…
¿Te has fijado en un detalle en la mayoría de las iglesias?, si pones atención, en todo templo católico siempre te encontrarás cuatro figuras repetidas, ya sean en sus enormes pinturas, sus tallas en madera o en sus fachadas. ¿Sabes cuáles son?: un toro, un león, un ángel y un águila, ¿y sabes qué representan?, a los cuatro apóstoles evangelistas. El león a San Marcos, el toro a San Lucas, el ángel a San Mateo y el águila al principal de los cuatro, a San Juan. Pues estos también están representados en la fachada de la entrada norte de la Catedral, en cuatro imágenes talladas en los cuatro nichos que flanquean la entrada.
Pero pon mucha atención en el último, San Juan, pero ¿cuál es su importancia?, muy sencillo: el encargado de la construcción de la catedral fue Don Juan de Palafox y Mendoza en 1670, quien al mismo tiempo que dirigió su edificación, dirigió la obra del colegio de San Juan, la actual Casa de la Cultura. Por eso, si también te fijas, todo el enrejado de la Catedral tiene el símbolo de San Juan, unas pequeñas águilas con una serpiente en el pico, la cual representa el mal. ¿Te recuerda esto algo que has visto toda la vida? ¡Así es, el escudo nacional!, ¿qué te parece?
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón rojo. Nos leemos el próximo sábado.
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