Hola, queridos lectores, gracias por recibirme en el calor de sus hogares, sobre todo porque ya comenzaron los fríos de este ahora sí agonizante 2018, ya preparándonos para las fiestas de los Fieles Difuntos y Todos Santos. En esta nota les voy a narrar de una manera muy breve la historia del mercado más pequeño y más típico de nuestra ciudad: El Parián.
Durante esta semana tuve la oportunidad de dirigir a un grupo muy numeroso de visitantes de la hermana república de Irapuato, un grupo muy agradable de visitantes, que tuvieron a bien organizar una excursión de fin de semana por nuestra ciudad. Su servidor fue el encargado de organizarles un agradable recorrido por lo más bello que nos representa a nivel nacional e internacional: nuestra majestuosa Catedral, la Capilla del Rosario, los museos del Centro Histórico, y, desde luego, no podía faltar la clásica visita obligada a nuestro mercado típico de artesanías poblanas, el mercadito de El Parián.
Fundado a finales del siglo XVII, con la intención de ubicar en él a los mercaderes que por casi dos siglos ocuparon nuestra hoy en día Plaza de Armas o Zócalo, en la explanada al frente de la Capilla de San Roque, en las actuales Avenida Palafox y esquina con la 6 Norte.
Según crónicas, el mercado fue diseño del arquitecto Antonio Santana Inchaurregui en el año de 1801. Se le llamo “El Parián”, sinónimo de parador, porque este sitio era parada obligada para los surtidores de mercancías y productos para las amas de casa que habitaban el centro histórico de la ciudad, además de mayoristas de diversos productos. Era una especie de central de abastos, cuya vida comercial terminó a mediados del siglo XIX, cuando se establecieron las estaciones del ferrocarril al norponiente de la ciudad.
Pero esto no fue motivo para que cesara su actividad mercantil, pues entonces se dio paso al establecimiento de pequeñas fondas, cantinas y pulquerías, actividades noctámbulas que, a su vez, comenzaron a decaer después de la Revolución dado el crecimiento de la ciudad hacia la periferia, principalmente al sur de la catedral. Lo anterior obligó a los pobladores a mudarse y a buscar otras fuentes de abasto, lo que causó que la actividad comercial decayera, provocando incluso el abandono de accesorias, las cuales fueron rescatadas en los años 40 del siglo XX, cuando nace el Barrio del Artista, formando así un conjunto comercial, artesanal y artístico que la da una gran fama al centro de la ciudad, pues se forma el corredor turístico más importante del centro, comenzando con el Mercado de Antigüedades de Los Sapos, el Edificio Carolino, El Parián, El Barrio del Artista, el Teatro Principal y la Explanada del Boliche, donde se ubica la Capilla de la Virgen De Dolores, frente al templo de San Francisco, contiguo al Mercado de Antojitos y Mariachis de El Alto.
Datos curiosos del Mercado del Parián: es el mercadito más cercano al zócalo de la ciudad, el 99% de sus clientes no son poblanos, son turistas nacionales y extranjeros; casi ningún poblano tiene en la sala de su casa una artesanía adquirida en este mercado; casi ningún poblano lo visita hasta que recibe en su casa visitas de su familia de otros estados; y es el único mercado donde no existen conflictos políticos de ninguna índole.
Desde que se dedicó exclusivamente a la venta de artesanías en 1961 hasta la fecha, casi el 70 % de la mercancía de los comerciantes se encuentra en el exterior de sus locales. Todos los locatarios son poblanos citadinos, todos los proveedores son poblanos del interior del estado; además, por respeto al estado ningún locatario vende artesanías de otro lugar que no sea Puebla. Solo el 30 % de los locatarios entiende y medio habla el idioma inglés, solo uno habla alemán y uno habla el francés debido a que el primero trabajó en la planta armadora alemana y en alguna época fue becado en Europa; el otro trabajó al servicio de una familia francesa aquí en la ciudad. De los turistas extranjeros el 60 % son norteamericanos, el resto son alemanes franceses y españoles; menos del 10 % de los turistas son sudamericanos.
¿Qué te pareció esta narración, querido lector? Espero que haya sido de tu agrado. Y, recuerda, cuando tengas visitas de tu familia de otros estados El Parián es una visita obligada en tu recorrido por el centro de nuestra ciudad. Y también visítalo y disfrútalo, es hermoso una caminata por sus locales, disfrutando de los colores de tu estado. Ten en cuenta que todo lo que ahí se vende está hecho por manos poblanas, tan poblanas como las de tu familia, por eso con orgullo gritamos: “Soy pipope: pieza poblana perfecta”.
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención. Mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com. Mis páginas: Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora. WhatsApp: 22 12 532690 y Twitter: @elbaronrojo62. Se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. Hasta la próxima.