Hola queridos lectores, como cada domingo les agradezco el que me reciban en sus hogares a través de estas notas, las cuales siempre escribo con el deseo de que sean de su agrado. ¿Qué les parece este mes de febrero?, muy loco ¿verdad?, cuando no tenemos frío, ya tenemos calorcito, y si no, ráfagas de aire, como si estuviéramos en otoño.
En esta entrega les voy a narrar la historia del templo de San Cristóbal a petición de una querida lectora vecina de la Ciudad de México, quien al estar de visita en nuestra ciudad se hospedó en conocido hotel frente a esta iglesia; aquí su servidor, cumpliéndole como a todos mis lectores, comencemos.
Este bellísimo templo, cuya fachada está elaborada totalmente de piedra de cantera, está localizado a media cuadra al oriente del histórico templo y convento de Santa Clara, exactamente donde comienza la calle de los dulces.
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San Cristóbal se construye, según crónicas existentes, como complemento a lo que fue su verdadero inicio y motivo de existir de la casa contigua, un hospital y orfanatorio. Fue construido en el año de 1604 gracias a la entrega altruista de tres personas de la Puebla colonial: el obispo Diego Romano, el presbítero Cristóbal de Rivera y su hermana María de Rivera.
Ellos con limosnas y donaciones construyen primero el hospicio y casa de cuna, para darles hogar temporal a todos los niños que sufrían el abandono de sus hogares, ya sea por pobreza u orfandad -sobre todo por este caso- pues la ciudad era presa constante de plagas y pestes que provocaban la muerte de cientos de padres de familia.
Mientras los padres eran tratados en el hospital de San Juan de Letrán, en la actual esquina de la 2 sur y 7 oriente, los niños recibían refugio, cariño y alimentación en este sitio, sobre todo los indígenas de toda la región poblana e incluso de lo que hoy son los estados vecinos de Veracruz, Oaxaca, Morelos, Tlaxcala, Hidalgo y el actual Estado de México.
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Para alegarse fondos y limosnas, se construye anexa a este Orfanatorio una capilla, la cual según datos es demolida y se construye en 1666 el actual templo, con el patrocinio del empresario español Francisco de Guadalajara, acaudalado comerciante entre las dos Españas; cabe mencionar que la intención principal de esta casa fue la adopción de bebés abandonados, ya sea por orfandad o viudez de sus madres, las cuales los entregaban para que fueran recibidos en hogares estables y así poder ellas entregarse al servicio de Dios, como monjas o seculares.
El templo de San Cristóbal se termina en el año de 1673 y se consagra en 1687; un dato curioso es que se dice que este orfanatorio, durante las guerras libradas en la ciudad, funcionó como hospital de heridos, recibiendo incluso franceses lesionados en la batalla de Puebla.
Así de neutral era la labor de esta institución de caridad, la cual para esos casos utilizaba los servicios de distintas congregaciones de monjas, e incluso de mujeres indígenas, quienes hacían las funciones de nodrizas para los bebés. Se dice que fue en este lugar donde nació el calificativo de “criado”, el cual se le daba a los bebés y niños adoptados, despectivo que luego se les dio a las empleadas domésticas.
Esta iglesia tiene una característica única en los templos poblanos: cuenta con las torres más jóvenes construidas en la ciudad, pues las originales fueron derribadas, producto de los conflictos armados de finales del siglo XIX y construidas las actuales en la década de los años cincuentas del siglo XX, obra del escultor poblano Jesús Corro Soriano (1894-1968).
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención, mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com, mis páginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, WhatsApp: 22 12 532690, y Twitter @elbaronrojo62, se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. Hasta la próxima.