El santo patrono de las mascotas | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

Conoce la historia del barrio de San Antonio, a quien los fieles encomiendan sus animalitos y las chicas solteras ponen de cabeza

Jorge Eduardo Zamora | El Sol de Puebla

  · sábado 31 de octubre de 2020

Foto: Cortesía Eduardo Zamora

Hola queridos lectores, gracias nuevamente por recibirme en la calidad de sus hogares en este frío último sábado de octubre. En esta ocasión su servidor, El Barón Rojo, aterrizó unas cuantas cuadras al norte del Zócalo citadino, concretamente a 12 calles, sobre la 3 Norte, en el histórico y famosísimo barrio de San Antonio.

Aunque ya había hablado de este famoso barrio en una entrega años atrás, varios lectores me pidieron que la reeditara para saber el origen de la leyenda de un pasaje de la vida del músico poeta Agustín Lara. ¿Dónde queda ubicado este popular barrio? Lo conforma el polígono localizado entre las calles 5 Norte, 28 Poniente, Bulevar 5 de Mayo y la 20 Oriente-Poniente.

En el centro de este barrio se localiza la iglesia de San Antonio, centro de reunión familiar por excelencia, ya que este templo está dedicado al santo patrono de las chicas que buscan esposo, ya que, de acuerdo con una tradición popular, las jóvenes solteras ponen a este santo “de cabeza” hasta que son pedidas en matrimonio; otra leyenda popular dice que las chicas solteras barren el atrio de esta iglesia y ofrecen la escoba a San Antonio. Estas y otras leyendas forman parte del folclore popular, que son las que le dan vida a este barrio.

Foto: Cortesía Eduardo Zamora

UN POCO DE HISTORIA

Este barrio, al igual que muchos otros, se fundó alrededor del siglo XVI, concretamente se tiene el dato del año 1555, cuando el H. Ayuntamiento Virreinal, designa a los barrios de El Alto, La Luz, Xanenetla y San Antonio, como lugares de asentamiento de los miles de trabajadores indígenas de la construcción, los cuales eran aceptados en la traza urbana y premiados con un pequeño lote para que fincaran sus casas, en agradecimiento por haber entregado sus manos y sus vidas a darle forma a los cientos de casas y templos que se levantaron en la Angelópolis, desde su fundación y hasta ya entrado el siglo XIX.

Por sus características populares, este espacio fue durante muchos años el sitio predilecto de asentamiento de lugares de esparcimiento popular: cantinas, cenadurías, fondas, hoteles de dudosa reputación y un sinfín de negocios que desgraciadamente le crearon una mala fama, ya desaparecida pero difícil de olvidar.

Fue en este lugar donde, según cuentan, en los años 20, se estableció en los cabarets la moda del “fichaje”, que consistía en que los parroquianos, la mayoría ferrocarrileros les pagaran a las damas una moneda para bailar; dicho pago era utilizado para mandar lavar sus vestidos, ya que estos clientes generalmente tenían las manos llenas de grasa, producto de su arduo trabajo en las vías.

Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

Dentro de los negocios que le dieron fama a este barrio los lugareños todavía recuerdan el antro denominado “Waikiky “, la taquería “El pipirín”, el taller de motocicletas “Lerín “, la marisquería “Maguito”, la imprenta “Orla “, los baños públicos Niagara, entre otros.

UNA DE LAS LEYENDAS MÁS POPULARES

Los lugareños mayores aún cuentan acerca del músico y poeta Agustín Lara, quien se dice que a finales de la década de los 30, huyendo de la guerra cristera que se libraba en el norte y centro del país, el compositor se vino a refugiar y a pasar una temporada en este popular barrio y, para sostenerse económicamente, encontró trabajo de pianista en uno de los muchos antros que existían aquí.

Durante una gresca entre los parroquianos, una doncella por error le propinó al músico - poeta una estocada en el rostro con una botella rota, dejándole de por vida una cicatriz que formó parte de su fama, al grado de que su mejor amigo y cantante Pedro Vargas se burlara de él al bautizarlo con el sobrenombre de “Señor Acapulco”, porque tenía una quebrada cerca de la bocana.

Foto: Cortesía Eduardo Zamora

Estas y muchas otras leyendas son las que le dieron fama a este popular barrio, pero la que sobrevive y le sigue dando vida es la celebración de San Antonio Abad, el día 17 de enero. Una enorme y gran fiesta popular, cuyos principales protagonistas son los miles de mascotas que son presentadas al templo para recibir las bendiciones de su patrono, protector de los animales de granja y mascotas, santo que siempre es representado en compañía de un cerdito.

Aunque el templo fue levantado para ser el hogar de San Antonio de Padua, que se celebra el 13 de junio, pero la fiesta más popular es en honor a San Antonio Abad. ¿Qué les pareció esta historia?, espero que haya sido de su agrado.

  • Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.
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