Hola queridos lectores, como cada fin de semana su servidor pasando lista de presente en sus hogares. En esta entrega les presento una buena noticia: la reapertura del templo de la Santísima Trinidad después de casi tres años de que se cerró por las afectaciones que sufrió en el temblor del 2017.
Este hermoso templo, localizado en la esquina de la Avenida Reforma y la Calle 3 Norte, tristemente se vio muy afectado con el temblor del 17 de septiembre del 2017, lo que motivó que las autoridades del INAH y de protección civil lo cerraran a la feligresía y al público.
¿Por qué la importancia a esta noticia?, esto se debe a varios factores: el primero, a pesar de ser el templo más céntrico en la ciudad, es uno de los pocos que nunca recibió ninguna agresión de todas las que se vivieron en la historia de Puebla, bueno, ni siquiera muestra daños por balas en su fachada de piedra de cantera (¡qué suerte! diría el templo de San Agustín), es uno de los más antiguos, pues su construcción data del año de 1618, terminándose en 1673.
Funcionó como templo y convento alterno al de la Purísima Concepción (esquina de la 16 de Septiembre y 7 Poniente), el cual también fue de la orden de monjas concepcionistas, que lo construyen a base de donativos y como sede alterna a la gran cantidad de chicas solicitantes para ser novicias, pero con una diferencia: el de la Concepción era reservado para chicas de alto poder económico, y este, el de la Santísima, para las de clase media, debido al tamaño de la dote que debían pagar sus padres para ingresar al convento, pues en este último era mucho más pequeña que la de la Concepción.
Así funcionó este templo, hasta que se establece la ley Lerdo de expropiación de bienes eclesiásticos, por la cual les decomisan las casas aledañas, que son puestas en venta a particulares, incluso existe la leyenda que una es adquirida por la familia que le dio hospedaje al general Ignacio Zaragoza, donde vivió hasta su muerte; leyenda nada creíble porque Zaragoza fallece en 1863 y la ley Lerdo es aplicada hasta 1873; lo que sí es verdad es que la congregación de monjas abandona sus casas por la ley de exclaustración aplicada en 1862 por Miguel Cástulo Alatriste, abuelo de los hermanos Serdán.
Pues así la noticia, nuevamente podremos admirar la majestuosa belleza de este templo, su impresionante nave bellamente decorada, la riqueza artística de su altar mayor, y un detalle increíble: es el templo con la nave del coro más grande, con una profundidad de 15 metros desde el enrejado hasta la pared del fondo, pues debido a la gran cantidad de novicias que ingresaban al convento era necesario para que todas las monjas pudieran escuchar los servicios religiosos fuera de la vista de la feligresía, pues hay que recordar que esta era una orden conventual enclaustrada.
- Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, nos leemos el próximo sábado.
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