Hola queridos lectores, mil gracias por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares en este recién estrenado 2019. Hoy que celebramos la llegada de los Santos Reyes Magos, todos los niños felices y los no tan niños también, aunque no hayamos recibido nada, pero lo que pasamos en nuestras infancias nunca se olvidará, siempre lo mantendremos vivo en nuestros recuerdos, mil gracias papás reyes magos, por darnos una infancia hermosa.
En esta ocasión les voy a narrar una historia que surgió de la casualidad. Al estar volando en mi poderoso Fokker de la primera guerra mundial, vientos invernales me arrastraron hasta muy al norte de nuestra Angelópolis provocando que aterrizara de emergencia en la Plaza Juárez de la bella airosa, ciudad minera de Pachuca, capital del estado de Hidalgo.
Ocasión más que perfecta para hacer un recorrido por su también histórico centro y disfrutar del hermoso sonido de las campanas de el reloj más famoso del país, el enorme y bello reloj inglés que corona su centro histórico, y disfrutar las hermosas melodías navideñas que reproduce hora con hora en estas fechas, y desde luego degustando un delicioso paste pachuqueño.
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Al estar paseando por esta ciudad me entero que conserva dentro de sus museos: el Museo de Fotografía Casasola, que comparte el atrio con la famosa Iglesia de San Francisco, patrona de la ciudad. Ahora les narro mi visita, comencemos.
El archivo Casasola está formado por más de un millón de fotografías que tomaron los hermanos Agustín y Miguel Casasola, a partir de los años 1895 y hasta 1930, retratando toda la era porfiriana y la revolución, fueron los pioneros en el país en hacer el foto reportaje periodístico y todo su acervo esta resguardado aquí en este museo; todo perfectamente archivado en salas climatizadas, y todos los negativos y placas, archivados entre hojas de papel libre de ácidos.
Pero ¿Por qué la importancia de este archivo museo? muy sencillo, fueron unos hermanos los cuáles junto con sus hijos y sus ayudantes, tuvieron la oportunidad de colarse en absolutamente todas las habitaciones, cuartos, momentos, situaciones y conflictos de las dos épocas más simbólicas de nuestra historia: el porfiriato y la revolución.
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El archivo inicia con la toma de posesión del primer mandato presidencial de Porfirio Díaz y termina con el último día del mandato presidencial de Plutarco Elías Calles. Toda la vida de México quedó plasmada en placas de vidrio, en un principio y finalmente en películas de celuloide con una característica muy singular: a pesar de que ya se experimentaba la película a colores --en un principio la transparencia y posteriormente el negativo-- no existe una sola fotografía a colores en este archivo. Los hermanos Casasola nunca confiaron en la película a colores, y otro detalle, no existe en el archivo, película cinematográfica, este se le reservó en exclusiva al también famoso archivo Toscano.
Este archivo y museo está localizado al sur del atrio de la Iglesia de San Francisco, en pleno Centro Histórico de Pachuca, es en realidad muy pequeño pues solo consta de dos enormes salas de exposición.
En la primera sala se describe la historia de la fotografía y su primitivo proceso, el Daguerrotipo y luego su cambio hacia la película fotográfica, el revelado de esta y su transformación hacia la fotografía en placa de vidrio, posteriormente a película en rollo, y finalmente la impresión de negativos en papel fotográfico. Esta sala se complementa con un escenario que reproduce exactamente como era un estudio fotográfico a finales del siglo XIX.
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La segunda sala es un muestrario de fotografías del movimiento revolucionario y de la vida cotidiana en el país, complementado con una increíble colección de cámaras fotográficas de la era porfiriana, desde cámaras de cajón de todos tamaños, portátiles, hasta una enorme cámara de placas de película negativa de 16 por 20 pulgadas, ¡tan enorme! que está montada en un carrito para su traslado; hasta cámaras alemanas de la década de los cincuentas. Todo un paraíso para el aficionado a la fotografía, un “Disneylandia fotográfico”, le llamaría yo.
Así es querido lector, en tu próximo viaje a la bella airosa, no dejes de visitar este pequeño gran museo de fotografía, te sorprenderás.
Soy Jorge EduardoZamora Martínez, agradezco el favor de tu atención, mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com, mis paginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, watsaps 2212532690, y twiter @elbaronrojo62, se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo, hasta la próxima.