Hola queridos lectores, gracias nuevamente por leerme cada sábado; en esta ocasión voy a describir la belleza del templo de la Compañía de Jesús, sus características arquitectónicas y su hermosura interna. Ya que la historia de este templo está completamente ligada a la del edificio universitario, la narraré en una futura nota.
El templo de la Compañía de Jesús fue construido y consagrado para la adoración de uno de los elementos de la Santísima Trinidad: el Espíritu Santo, representado por una paloma blanca. Según crónicas, se construyó un primer templo que fue consagrado en el año 1600, totalmente de estilo barroco, pero por necesidades de capacidad, por el aumento de la devoción de feligreses, se decidió demoler este, sin embargo, se conservó únicamente la sacristía, la cual es la única parte original existente.
La nueva construcción se inició en el año de 1700, teniendo como característica especial su fachada: la mitad inferior de piedra de cantera, coronada con dos grandes torres de tres niveles en las que, al igual que la Catedral, la torre norte es la única con campanas; la parte superior es de argamasa, de un estilo barroco en su totalidad. Cuenta con un portal y, un dato curioso, este templo y la Catedral son los únicos con tres entradas existentes; además, esta iglesia tiene todo su interior con estilo neoclásico, con fachada barroca.
Cuenta en su fachada con dos medallones en cantera, representando a San Pedro y a San pablo; al centro esta uno de los símbolos de la compañía de Jesús, las siglas “IHJ”, que significas Iesus Homini Salvatore (Jesucristo salvador de hombres). El portal está resguardado por una enorme y bella reja de herrería forjada, que le da un aire místico.
Esta construcción cuenta con una característica que por su perfección no se puede apreciar: todo el templo está montado en una cimentación independiente del edificio carolino, únicamente la sacristía está integrada a la construcción de este inmueble. El interior está formado por tres grandes naves, sostenidas por 14 pilastras de cuatro pilares cada una; las naves norte y sur están dedicadas a retablos, la central es para el uso exclusivo de los oficios religiosos.
Otra característica de este templo es que tiene una serie de ventanales que le proporcionan un interior perfectamente iluminado y tan exactamente colocados, que a las horas posteriores al cenit, hasta cerca de las 6 de la tarde, la iluminación en su interior es tan fabulosa que muestra un espectáculo bellísimo, sin necesidad de ninguna luminaria artificial; incluso se ilumina completamente el altar principal, que exhibe en su parte superior un juego de 12 figuras de los apóstoles, en un tono gris capaz de engañar a nuestros ojos, haciéndonos creer que están elaborados en piedra de cantera, pero no, están talladas en madera y perfectamente pintadas en gris cantera.
Para coronar esta enorme y bella construcción, cuenta con una cúpula montada en tambor cuadrado, sostenida por un juego de 8 contrafuertes, única en su tipo, dándole al horizonte poblano una increíble vista durante la noche iluminada.
Otro detalle especial de este templo es que cuenta con el único atrio techado del mundo y su techo lo forman sus enormes torres, las que a su vez han sido las causantes de los más grandes daños que ha sufrido a través de varios temblores en su existencia.
Fue por el último temblor que se decidió construirle una serie de contrafuertes sobre la Avenida Juan de Palafox, con lo que se consiguió reforzar todo el conjunto, pues por este temblor las torres se separaron de la nave del templo casi diez centímetros, logrando con estos, su total recuperación.
Soy el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.
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