Hola queridos lectores, como cada sábado les agradezco el favor de abrirme las puertas de su hogar para presentarles otro relato de nuestra gran ciudad cincosiglera, (bonita palabra que acabo de inventar). En esta ocasión les platico la historia de una enorme casona, hoy en día bellamente restaurada y convertida en hotel. Iniciemos.
LAS CALLES EN QUE SE UBICA
Esta enorme edificación está localizada en la esquina de la actual 3 Sur y la 3 Poniente, antiguas calles de Molina y de Herreros. Aquí surge la primera ambigüedad en los datos: la calle de Herreros no aparece en los mapas de nomenclatura antigua con ese nombre, sino con el de Avenida Lafragua, nombre que le fue dado en el año de 1877, puesto que, en 1812, en el número 8 de la calle de Herreros nace el político poblano y profesor del Colegio del Espíritu Santo, José María Lafragua, fundador de la biblioteca de la mencionada institución, que después cambio su nombre al de Colegio del Estado.
Pero ahora vamos con el primer nombre, el cual todo el tiempo en libros de historia se menciona como Calle de Herreros, pero en realidad era la calle de herraderos, de caballos, no herreros de forja de metal.
En cuanto a la otra calle de este crucero, la actual 3 Sur, era antiguamente llamada Calle de Molina y también tiene su parte de confusión, no precisamente porque tenga su origen en Confucio, sino que en crónicas escritas se menciona esta vía como de un solo inmueble, pero colindante con la Calle de Cholula, o sea la actual Avenida Reforma y se menciona como propietarios a Pedro de Molina Rincón y a su pariente Francisco de Molina Menés. El siguiente inmueble indicado es el de la esquina de las actuales 3 Sur y 3 Poniente, una casa con cuatro escaleras y dobles entrepisos, la única actual es la casona objeto de este artículo.
SUS PROPIETARIOS
Se tiene el registro en crónicas que en el año de 1602 su propietario fue un carpintero de nombre Juan Gómez de Melgarejo, el cual instala en esta casa un tablado para realizar comedias y pequeñas obras de teatro; al poco tiempo esta esquina y su dueño adquieren el monopolio de las representaciones teatrales de la época, siendo el sitio preferido para su puesta en escena.
Hasta el año de 1613, cuando las autoridades le exigen el pago de un impuesto local; al negarse, termina con el teatro improvisado, pero esto no evitó que dejara huella en la historia como el sitio más antiguo de puestas en escena, en fechas anteriores a la construcción del Teatro Principal.
LA CASA HOY
Ahora vamos con la casa, actualmente está plenamente restaurada y convertida en un hermoso y acogedor hotel. Quiero hacer mención de que tuve la oportunidad de conocer esta casa en mis años mozos, allá por los setentas, cuando la totalidad de ella eran despachos en renta para profesionistas de distintas áreas, pero grata fue mi sorpresa el darme cuenta de que con la restauración recuperaron la totalidad de sus habitaciones, localizadas entre sus varios pisos y entrepisos.
Querido lector, a la primera oportunidad que tengas, no dejes de visitar esta hermosa casona, admirar lo bello de su patio interior y lo intrincado de su construcción.
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.
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