La Casa del Dean | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

De vecindad a sala de cine

JORGE EDUARDO ZAMORA MARTÍNEZ

  · domingo 24 de junio de 2018

Hola, queridos lectores, gracias por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares. Los saludo como cada domingo, siempre con el deseo de que disfruten las notas que publico.

En esta ocasión y a petición de un grupo de niños de primaria, quienes amablemente me pidieron que les narrara esta historia, comparto con mucho gusto la siguiente narración; tengo la seguridad de que será de su agrado.

LA PRIMERA CASA EN LA PUEBLA DE LOS ÁNGELES

Al estar frente a un muy nutrido grupo de escolapios, estos me pidieron que les narrara cual fue la primera casa que se construyó en la ciudad de Puebla. Revisando mis notas, y después de realizar varios recorridos por estas calles de Dios, mi conclusión es que la casa más antigua en la ciudad es la Casa del Deán, localizada en la esquina de la calle 16 de Septiembre y la avenida 7 Poniente.

Esta casona, de la cual solamente se conservan la fachada y algunos cuartos restaurados, tiene grabado en su dintel superior la fecha de 1550, esto es, 19 años después de fundada la ciudad. Fue construida exprofeso para que fuera habitada por el deán de la Catedral. El deán era un puesto dentro de la jerarquía católica, quien realizaba las funciones de sustituto del Obispo de la localidad, pero, según algunas descripciones, también se le llama así al jefe de un grupo de diez párrocos. Al menos en la historia de Puebla, aparte de sus funciones eclesiásticas, el deán era el, digamos, jefe de mantenimiento de todas las iglesias de la ciudad, pues todos los sacristanes le tenían que reportar daños y reparaciones en todos los templos, incluso, la reparación y restauración de imágenes, pinturas y mobiliario eclesiástico.

Durante la fundación de la ciudad el cargo lo ocupo Don Tomás de la Plaza, por más de 30 años, y, según crónicas, la casa la diseñó el arquitecto Francisco de Becerra. La casa constaba de una esquina completa, aproximadamente 50 metros en su fachada oriente y más de 80 metros en su fachada sur; el dueño original del inmueble fue la iglesia católica, pero cuando se aplicaron las Leyes de Reforma, la casa fue expropiada por el gobierno federal, se puso en venta durante la Revolución, y los descendientes de esos primeros dueños la convirtieron en vecindad por más de 40 años, pues constaba de dos plantas con 25 cuartos cada una, un gran patio y, al fondo, su clásica escalinata colonial. Después del congelamiento de rentas impuesto por Lázaro Cárdenas en el 34, la casa se destruyó por efectos del descuido, hasta quedar en ruinas, pero la mala suerte de esta casa continuó: en 1951 fue destruida totalmente gracias a que se derogó la ley estatal de protección de monumentos históricos.

Y SIGUE LA MALA SUERTE

Durante su destrucción también se arruinaron murales históricos plasmados en todos los cuartos, esto no se descubrió sino hasta que, por accidente, desprendieron la pintura de los dos únicos cuartos que no se destruyeron, los cuales se salvaron de ser demolidos porque pertenecen al área de la esquina y que, precisamente por ello, se preservaron, para no perder la cuadratura del terreno. Es en este momento cuando se dieron cuenta del daño tan grande que le causaron al patrimonio histórico de los poblanos, incluso, para agrandar el daño, la escalinata monumental ya estaba destruida totalmente; por presiones de la sociedad la recuperaron, escalón por escalón, volteando sobre la calle los camiones llenos con el cascajo ya preparados para llevarlo al tiradero municipal.

De esa manera la escalinata monumental fue recuperada totalmente y reconstruida a la entrada de la casona, sobre la calle 16 de Septiembre; posteriormente, las autoridades obligaron a los dueños a restaurar los únicos cuartos existentes, en los cuales, tiempo después, el INAH restauró los majestuosos murales existentes.

A finales de 1955, sobre la que fue la imponente y majestuosa Casa del Deán, se construye el, por muchos años, Cine Puebla, el cual era tan enorme que, hoy en día, lo transformaron en 8 pequeñas salas de cine. Imagínense de qué tamaño era.

Actualmente la Casa del Deán ya está bajo protección del INAH y es un pequeño museo digno de ser visitado. También está como ejemplo, para que nos sirva a los ciudadanos como escarmiento por nuestra indiferencia, por no mostrar más interés en defender el patrimonio histórico de nuestra ciudad, ya no para nosotros, sino para nuestra descendencia, si no ¿qué les vamos a heredar?, ¿fotografías y dibujos?

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez. Agradezco el favor de tu atención. Mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com; mis páginas: Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora; WhatsApp 22 12 532690; y Twitter @elbaronrojo62. Se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. ¡Hasta la próxima!