/ sábado 11 de agosto de 2018

La confitería poblana | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

Tiendas que le han dado fama a nivel mundial

Hola, queridos lectores. Su servidor el Barón Rojo, como cada domingo, haciéndome presente en sus hogares, siempre con el deseo de complacerlos con una lectura agradable para disfrutar el domingo en compañía de su familia.

En esta ocasión les voy a platicar de algo sumamente dulce y totalmente poblano: la confitería poblana y, desde luego, las tiendas que le han dado fama a nivel mundial; las deliciosamente aromáticas dulcerías poblanas. Comencemos:

Toda la vida hemos caminado por la histórica calle de Santa Clara, la famosísima 6 Oriente. Y toda la vida la hemos conocido por sus dulcerías, ¿pero cuál es el origen de tan deliciosas tiendas? Nos trasladamos a la época de la fundación de nuestra ciudad, el siglo XVI, cuando los primeros pobladores fueron cientos de familias españolas, inglesas, francesas, entre otras. Además, indiscutiblemente estaban presentes las congregaciones religiosas tanto de sacerdotes, frailes, monjes y órdenes religiosas femeninas; cada una con una tarea específica. Por ejemplo, los franciscanos fundaron monasterios en las afueras de la ciudad para evangelizar y educar al campesinado en labores agrícolas; las ordenes sacerdotales en la ciudad -como dominicos, agustinos o jesuitas- se encargaron de la educación para el pueblo, fundando desde escuelas elementales para la población de bajos recursos hasta universidades e instituciones hospitalarias.

Por su parte, todas las congregaciones de monjas se encargaron de la labor social en todos los aspectos: servicios hospitalarios, escuelas para mujeres, refugio de madres en desgracia, niños pobres, orfanatorios, asilos, ayuda médica para desahuciados, parturientas, niños y, principalmente, casas de cuna.

Dentro de las labores de ayuda de las órdenes religiosas estaba capacitar a mujeres en labores de trabajo tanto para buscar un empleo como para hacer labores en casa que les redituara un ingreso. Dentro de estas actividades aparece la confitería poblana, así es como dentro de las actividades intramuros conventuales se comienza a experimentar con distintas recetas, algunas de origen europeo, como español, francés e inglés. Esto se debía a que en toda congregación siempre había una integrante del Viejo Continente, dando origen a una gran variedad de dulces. Incluso se tienen orígenes del Oriente Medio y sobre todo de indígenas. ¡Así es! En el México prehispánico también había dulces.

SURGE LA DULCERÍA POBLANA

Con el paso del tiempo las amas de casa, aparte de recibir refugio en los conventos, elaboraban entre otros dulces los camotes, muéganos, alegrías, palanquetas, borrachitos, mazapanes, jamoncillos de leche, tortitas de Santa Clara, galletas de cochinito de panela, gallinitas de dulce de pepita de calabaza, cocadas, higos, acitrones, marinas… ¡Ufff, podría dedicar páginas completas nada más mencionando toda la variedad existente! Sin olvidar el rompope de huevo, esencias y saborizantes como la vainilla, menta, frutas diversas, conservas de frutas, mermeladas, etc.


CALLE DE LAS CRUCES

Así se le nombraba antiguamente a la calle de Santa Clara. Pero ¿cuál es el origen de las tiendas de dulces? Pues esto se lo debemos a la familia Serdán ya que es en esta calle cuando en 1910 se inicia el movimiento revolucionario con una fenomenal balacera entre la familia Serdán y las guardias federales. Pero bueno, esa será otra historia a narrar. El caso es que después de terminada la refriega surge en la ciudad un nuevo tipo de visitante, el turista nacional. Pasado el tiempo, cuando se calma la situación revolucionaria, nos visitan infinidad de turistas, preferentemente de la ciudad de México, con la intención de conocer el sitio de la batalla entre los Serdán y las guardias nacionales, sobre todo al convertirse su casa en museo. Es en ese momento que se establece la primera tienda de dulces típicos poblanos, “EL LIRIO”. Estamos hablando de más o menos 1917 y es tanta la demanda que se establecen a lo largo de toda la calle infinidad de dulcerías, todas ofreciendo dulces típicos. Así es como surge “La calle de los dulces”.

SANTA CLARA, SIN DULCES

¿Sabías que en el Convento de Santa Clara nunca se elaboró ningún dulce? Así es, toda la confitería poblana se elaboraba en casas particulares, hasta la fecha, con recetas heredadas dentro de las familias poblanas; algunas tal vez con orígenes desde la Puebla colonial, pero la mayoría de las recetas tuvo su origen en el convento de las madres catalinas, que se localizaba en la 3 Norte entre 2 y 4 Poniente, una enorme construcción que se perdió cuando se aplicaron las leyes de Reforma, lo que propició su expropiación y consecuente destrucción. En este sitio se construyeron los cines Variedades y Coliseo, actualmente funcionando como una tienda de telas. Lo único que se salvó de ser destruido es el templo existente: la congregación de las madres catalinas hoy día tiene su sede en la Avenida 5 Oriente, a un costado del Templo de Analco.

Querido lector, cuando camines por “La calle de los dulces” recuerda, al saborear una tortita de Santa Clara, que estás degustando historia y tradición culinaria poblana, única en todo el país, y tal vez en toda América.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención. Mi correo a tu disposición: profelalo2002@hotmail.com. Mis páginas: Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora. WhatsApp: 22 12 532690 y Twitter @elbaronrojo62. Se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. ¡Hasta la próxima!

Hola, queridos lectores. Su servidor el Barón Rojo, como cada domingo, haciéndome presente en sus hogares, siempre con el deseo de complacerlos con una lectura agradable para disfrutar el domingo en compañía de su familia.

En esta ocasión les voy a platicar de algo sumamente dulce y totalmente poblano: la confitería poblana y, desde luego, las tiendas que le han dado fama a nivel mundial; las deliciosamente aromáticas dulcerías poblanas. Comencemos:

Toda la vida hemos caminado por la histórica calle de Santa Clara, la famosísima 6 Oriente. Y toda la vida la hemos conocido por sus dulcerías, ¿pero cuál es el origen de tan deliciosas tiendas? Nos trasladamos a la época de la fundación de nuestra ciudad, el siglo XVI, cuando los primeros pobladores fueron cientos de familias españolas, inglesas, francesas, entre otras. Además, indiscutiblemente estaban presentes las congregaciones religiosas tanto de sacerdotes, frailes, monjes y órdenes religiosas femeninas; cada una con una tarea específica. Por ejemplo, los franciscanos fundaron monasterios en las afueras de la ciudad para evangelizar y educar al campesinado en labores agrícolas; las ordenes sacerdotales en la ciudad -como dominicos, agustinos o jesuitas- se encargaron de la educación para el pueblo, fundando desde escuelas elementales para la población de bajos recursos hasta universidades e instituciones hospitalarias.

Por su parte, todas las congregaciones de monjas se encargaron de la labor social en todos los aspectos: servicios hospitalarios, escuelas para mujeres, refugio de madres en desgracia, niños pobres, orfanatorios, asilos, ayuda médica para desahuciados, parturientas, niños y, principalmente, casas de cuna.

Dentro de las labores de ayuda de las órdenes religiosas estaba capacitar a mujeres en labores de trabajo tanto para buscar un empleo como para hacer labores en casa que les redituara un ingreso. Dentro de estas actividades aparece la confitería poblana, así es como dentro de las actividades intramuros conventuales se comienza a experimentar con distintas recetas, algunas de origen europeo, como español, francés e inglés. Esto se debía a que en toda congregación siempre había una integrante del Viejo Continente, dando origen a una gran variedad de dulces. Incluso se tienen orígenes del Oriente Medio y sobre todo de indígenas. ¡Así es! En el México prehispánico también había dulces.

SURGE LA DULCERÍA POBLANA

Con el paso del tiempo las amas de casa, aparte de recibir refugio en los conventos, elaboraban entre otros dulces los camotes, muéganos, alegrías, palanquetas, borrachitos, mazapanes, jamoncillos de leche, tortitas de Santa Clara, galletas de cochinito de panela, gallinitas de dulce de pepita de calabaza, cocadas, higos, acitrones, marinas… ¡Ufff, podría dedicar páginas completas nada más mencionando toda la variedad existente! Sin olvidar el rompope de huevo, esencias y saborizantes como la vainilla, menta, frutas diversas, conservas de frutas, mermeladas, etc.


CALLE DE LAS CRUCES

Así se le nombraba antiguamente a la calle de Santa Clara. Pero ¿cuál es el origen de las tiendas de dulces? Pues esto se lo debemos a la familia Serdán ya que es en esta calle cuando en 1910 se inicia el movimiento revolucionario con una fenomenal balacera entre la familia Serdán y las guardias federales. Pero bueno, esa será otra historia a narrar. El caso es que después de terminada la refriega surge en la ciudad un nuevo tipo de visitante, el turista nacional. Pasado el tiempo, cuando se calma la situación revolucionaria, nos visitan infinidad de turistas, preferentemente de la ciudad de México, con la intención de conocer el sitio de la batalla entre los Serdán y las guardias nacionales, sobre todo al convertirse su casa en museo. Es en ese momento que se establece la primera tienda de dulces típicos poblanos, “EL LIRIO”. Estamos hablando de más o menos 1917 y es tanta la demanda que se establecen a lo largo de toda la calle infinidad de dulcerías, todas ofreciendo dulces típicos. Así es como surge “La calle de los dulces”.

SANTA CLARA, SIN DULCES

¿Sabías que en el Convento de Santa Clara nunca se elaboró ningún dulce? Así es, toda la confitería poblana se elaboraba en casas particulares, hasta la fecha, con recetas heredadas dentro de las familias poblanas; algunas tal vez con orígenes desde la Puebla colonial, pero la mayoría de las recetas tuvo su origen en el convento de las madres catalinas, que se localizaba en la 3 Norte entre 2 y 4 Poniente, una enorme construcción que se perdió cuando se aplicaron las leyes de Reforma, lo que propició su expropiación y consecuente destrucción. En este sitio se construyeron los cines Variedades y Coliseo, actualmente funcionando como una tienda de telas. Lo único que se salvó de ser destruido es el templo existente: la congregación de las madres catalinas hoy día tiene su sede en la Avenida 5 Oriente, a un costado del Templo de Analco.

Querido lector, cuando camines por “La calle de los dulces” recuerda, al saborear una tortita de Santa Clara, que estás degustando historia y tradición culinaria poblana, única en todo el país, y tal vez en toda América.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención. Mi correo a tu disposición: profelalo2002@hotmail.com. Mis páginas: Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora. WhatsApp: 22 12 532690 y Twitter @elbaronrojo62. Se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. ¡Hasta la próxima!

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